Capítulo 142
Después de mucho esfuerzo, Rafaela logró calmarse un poco y sacó su teléfono para llamar a Amparo: “Necesitas entregarme tu obra lo antes posible.”
Amparo preguntó: “¿Por qué?”
Rafaela tomó aire profundamente: “Quiero promocionar tu trabajo cuanto antes, para demostrarle a Camilo que mi juicio es correcto.”
Amparo, captando la alteración en el tono de Rafaela, preguntó: “¿Él sigue queriendo que priorices la obra de Ofelia?”
“No.” La expresión de Rafaela se volvió más intensa: “Directamente no me permite entrar a su oficina para verlo.”
Amparo se quedó sin palabras.
Rafaela soltó un resoplido frío: “Creo que si logro lanzar un cómic exitoso, seguramente reconocerá mi capacidad, e incluso podría venir a buscarme él mismo.”
Tras un breve silencio, Amparo respondió: “Entonces empezaré ahora mismo.”
“Vale.”
Rafaela colgó el teléfono, sintiéndose un poco mejor.
Si Camilo quería que Dora se reuniera con sus abuelos, tendría que contactarlos con antelación. Así que decidió llamar a su abuelo.
“Camilo.” El abuelo de Dora, llamado Rufino Collado, tenía poco más de cincuenta años, pero su voz sonaba increíblemente desgastada: “La verdad es que, aunque tú no nos hubieras contactado, nosotros queríamos hacerlo.”
“He escuchado que tu madre quiere que te cases, ¿es verdad?”
Camilo se sorprendió al saber que la noticia había llegado a ellos: “Sí, es cierto.”
Rufino preguntó con una risa: “Entonces, ¿ya no tendrás tiempo para estar con Dora?”
“¿Qué tal si nos la envías a nosotros?”
Después de todo, ella es la única hija de su hija.
Y ellos también la adoran.
Camilo no respondió directamente: “Ahora Dora ya puede comunicarse normalmente conmigo.” “¿En serio?” Rufino preguntó incrédulo: “¿Ella está mejor?”
Camilo respondió con calma: “Todavía no, actualmente solo puede hablar conmigo y con su
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madre.”
“Cuando se enfrenta a otras personas, todavía no puede abrir la boca.”
Rufino se sintió un poco decepcionado: “¿Así es?”
Fue entonces cuando Camilo reveló su intención: “Por eso, por el momento, no puedo enviarla
con ustedes.”
Después, explicó: “También les he dejado claro a mi familia que no seguiré con las citas a ciegas.”
Al no continuar con las citas, podría seguir estando con Dora.
Rufino respiró aliviado.
Pero, al reflexionar sobre las palabras de Camilo, de repente sintió que algo no estaba bien: “¿Dijiste la madre de Dora?”
“Sí.” Camilo decidió no ocultárselos: “En ese momento, Dora de repente empezó a hablar conmigo, diciéndome que quería que Ofelia fuera su madre.”
“Así que cumplí su deseo y traje a Ofelia a casa, para que se encargara de ella a tiempo completo.”
“Ofelia tiene un temperamento muy bueno y se lleva bastante bien con Dora.”
“Lo más importante es que Dora no se resiste a comunicarse con ella.”
“Incluso el hecho de que después estuviera dispuesta a hablar conmigo también fue por sugerencia de Ofelia.”
Rufino se esforzaba por asimilar la información que Camilo le proporcionaba.
Camilo continuó: “Últimamente, Dora ha sido acosada varias veces en la escuela, porque no puede hablar, así que ha sufrido mucho.”
“Ofelia y yo discutimos qué podríamos hacer para ayudarla a mejorar lo antes posible.”
“Concluimos que, ya que está dispuesta a hablar conmigo, que tengo una relación cercana con ella, tal vez también estaría dispuesta a interactuar con ustedes, que también la aman.”
“Así que quería preguntarles si estarían dispuestos a venir a charlar con ella.”
Rufino respondió de inmediato: “Por supuesto que sí.”
“Es solo que mi esposa está enferma y hospitalizada…”
“No puedo dejarla sola.”
Al oír esto, Camilo tomó una decisión inmediata: “Entonces, esta tarde después de la escuela,
llevaré a Dora a visitarte.”
“¿En qué hospital están?”
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Rufino se apresuró a enviar a Camilo el nombre del hospital y toda la información detallada.
En el fondo…
Él también extrañaba a Dora.