Capítulo 13
Lo miraba con su pequeña cabeza levantada, observando a Ricardo con sus ojos llenos de lágrimas, mostrando esa inocencia y confusión que solo tienen los niños. Era imposible no sentir lástima y quererlo proteger.
Mi esposo se agachó para estar a su altura.
Benjamin ya no tenía que levantar la cabeza para mirarlo a los ojos, con voz entrecortada le dijo: “Papá, ¿me lo prometes?”
“Eres muy joven.” Ricardo siempre había mimado a su hijo, y alzando su mano para acariciar el cabello de Benjamín le dijo: “No deberías enfadarte así con mamá, algún día te arrepentirás.”
El niño negó con la cabeza: “¡No lo haré!” Como si temiera que Ricardo no le creyera, Benjamín se secó las lágrimas mientras continuaba: “Papá, quiero dejar a mamá y vivir con la Sra. Amparo. ¡Soñé con que la Sra. Amparo fuera mi mamá!”
Cada palabra que decía la pronunciaba con convicción.
Ricardo no respondió, solo le dio unas palmaditas en el hombro antes de levantarse.
Con dificultad, giré mi cabeza para mirar a Benjamin.
Siempre creí que su deseo de ser parte de la familia de Amparo era solo un capricho, pero ese enojo repetido y su actitud, no parecían una broma.
Deseaba desde el fondo de su corazón que Amparo fuera su madre.
¿Y yo qué? ¿Qué pasaría conmigo, su madre que lo había dado todo incondicionalmente? ¿Acaso merecia ser abandonada por él?
Un dolor punzante se apoderó de mi corazón, como si miles de hormigas mordisquearan desgarrando hasta hacer brotar sangre.
“Esposa.” Ricardo se acerco para abrazarme, su gran mano me acarició suavemente la espalda, tratando de consolarme con ternura: ‘No te sientas mal, Benjamin aún es un niño, no entiende el significado de sus palabras.”
Me habia convencido a mi misma más de una vez que, sin importar lo que Benjamín dijera, no deberia tomarlo en serio. Era solo un niño y debía ser comprensiva. Sin embargo, las palabras simples y directas de Benjamin siempre lograban herirme fácilmente.
Con esfuerzo, murmure un ‘Si en sus brazos, esperando a que mis emociones se estabilizaran antes de salir de su abrazo “Vamos a comer
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Me dingi a la cocina para servit la comida que habla preparado en la mesa
Ricardo Sethuendo que the quemara, se ofreció a llevar la cazuela a la mesa
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Capitulo 13
Benjamín, claramente decepcionado por no haber logrado su objetivo, insistió: “iPapá!”
“¡A comer!” Ricardo dijo de manera autoritaria: “No me hagas repetirlo.”
Benjamín finalmente se sentó obedientemente, tomando su pequeño plato y comenzando a comer lentamente.
Con todos los fragmentos de vidrio en el suelo, temía que pudiesen lastimarse, así que decidí limpiar mientras comían.
Mientras Benjamín comía, balanceaba sus piernas y murmuraba: “Odio a mamá, ¡la detesto!”
Me detuve en seco mientras barría. Antes de que el dolor pudiera apoderarse de mí, me recordé a mí misma, ¿no era esto algo que ya había anticipado?
Al principio, cuando no permití que Benjamín tuviera contacto con Amparo, sabía que resistiría vehementemente y que las cosas que diría serían cada vez más hirientes, pero solo tenía que aguantar.
Después de limpiar los fragmentos de vidrio del suelo y ver que ambos habían terminado de desayunar, Ricardo llevó al niño a la puerta, recordándole a Benjamín: “Despídete de mamá.”
“¡No quiero!” Gruñó, girando la cabeza para no mirarme.
Me quedé parada dentro de la casa, viéndolos irse y mi corazón, tan dolido, pareció finalmente calmarse.
“Esposa.” Ricardo tomó mi mano, se acercó y me dio un beso furtivo en los labios: “No te lo tomes a pecho, todo mejorará con el tiempo.”
“Claro.”
El jardín de infancia de Benjamín era de día completo. Se debía llevar antes de las ocho de la mañana y recoger a las seis de la tarde.
Normalmente, Ricardo decía que no quería molestarme, así que solía recoger a Benjamín en su camino del trabajo. Pero a partir de ese día, decidí tomar la responsabilidad de recoger al niño, solo deseaba pasar más tiempo con él, para fortalecer el cariño que sentía por mí.
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