Capítulo 1181
Capítulo 1181
Rosana nunca antes se habia comportado como la mala de la historia, pero en ese instante dejó ver una expresión arrogante, como si por fin hubiera entendido el encanto de imponer su voluntad.
Las familias presentes se pusieron de pie, nerviosas, lanzándose miradas inquietas entre ellas mientras observaban a Rosana y a Dionisio.
-Ese asunto de la señorita Lines… la verdad, nunca escuchamos nada de eso -duno, con la voz temblorosa.
-Si, justo ese día de la fiesta, nosotros, siendo familias pequeñas, ni siquiera tuvimos la oportunidad de asistir añadió el otro, evitando la mirada.
Rosana los miró sin perder la compostura, con una sonrisa que parecía afilada.
-Si ya saben de la fiesta, ¿cómo es que no están enterados de lo que la familia Jurado hizo circular después?
Los dos se miraron, incómodos, como si de pronto el aire se hubiera vuelto demasiado pesado para respirar.
Lo cierto era que el mensaje de la familia Jurado ya se había regado por todos lados. ¿Quién se atrevía a no hacer caso a la familia más poderosa del país? Cuando ellos hablaban, los demás solo podían bajar la cabeza.
Keira se puso de pie y le dirigió una mirada desafiante a Rosana.
-¿A qué viene todo esto? ¿Desde cuándo te dedicas a abusar de tu posición, Rosana? Jamás pensé que te vería rebajarte así.
Rosana alzó la cabeza y, con un destello de triunfo en la mirada, le contestó:
-La verdad, nunca creí que esto de imponer tu poder fuera tan divertido. Ahora entiendo por qué antes les gustaba tanto
hacerlo.
-¡Rosana! -exclamó Keira, apretando los dientes.
Keira entonces se volvió hacia Dionisio, buscando apoyo en él.
-Lo que están haciendo ya se pasó de la raya. ¿Acaso la familia Jurado quiere quedarse con todo para ustedes?
Dionisio avanzó, colocándose protectivamente frente a Rosana.
-Yo soy un hombre de negocios. Si podemos quedarnos con todo, ¿cuál es el problema?
-Todo lo que diga ella, lo respaldo añadió Dionisio, sin apartar la mirada.
Keira no pudo más y le gritó:
-¿En qué momento perdiste la cabeza, Dionisio? Tú nunca eras de los que modificaban sus principios por una mujer. ¿Ya se te olvidó la tradición de los Jurado, de respetar siempre su palabra y no abusar del poder?
Rosana, sin perder la oportunidad, miró a Keira y preguntó con aire curioso:
-¿Y cuál es esa famosa tradición familiar de los Jurado?
Keira, con una sonrisa de superioridad, respondió:
-Ser un empresario íntegro, nunca aprovecharse de los demás y jamás dañar el mercado con competencia desleal.
Rosana giró la cabeza hacia Dionisio y soltó una media sonrisa:
-Vaya, sí son estrictos en tu casa.
Keira, viendo la oportunidad de atacar, se burló:
-Pero mira nada más, Dionisio rompiendo las reglas de su familia solo por ti. ¿No les pesa traicionar la memoria de sus antepasados?
Rosana rodó los ojos y, sin soltar el brazo de Dionisio, replicó:
-No vengas a querer jugar la carta moral, Keira. Si te soy sincera, lo que pasa es que estás celosa, ¿no? Porque él nunca hizo nada así por ti.
Keira, rabiosa, apretó los labios y contestó:
1/2
21:11
Capítulo 1181
-Rosana, si todo esto es por lo que pasó en la fiesta, puedo pedirte disculpas.
Rosana se sorprendió, como si no pudiera creer lo que escuchaba.
-Vaya, eso sí que no me lo esperaba… oirte pedir disculpas.
-Entonces, ¿ya pueden irse?-dijo Keira, impaciente.
Rosana se levantó, todavía tomada del brazo de Dionisio.
-Ya que pediste disculpas, si sigo dándole vueltas al asunto, sería mala onda de mi parte.
Keira mantuvo el ceño fruncido.
-Más te vale que lo sepas -le soltó, seca.
Rosana miró a las otras dos familias.
-Supongo que ustedes tampoco quieren ponerse en contra de la familia Jurado, ¿verdad?
Y sin esperar respuesta, salió del salón, llevándose a Dionisio con ella.
Apenas salieron, Keira recompuso el semblante y se volvió hacia las otras familias.
-Bueno, continuemos.
Pero los representantes de ambas familias ya se lanzaban miradas de pánico; enseguida, cada uno inventó una excusa y se marchó casi corriendo.
Keira los vio alejarse, sintiendo cómo la rabia le subía por dentro. Se giró hacia Francisco, su compañero de proyectos, y masculló:
-Otra vez los de la familia Lines vinieron a arruinar todo. Ni modo, luego busco a otra gente, todavía conozco a varios inversionistas.
Sin embargo, Francisco, harto, le dio una bofetada tan fuerte que el eco retumbó en el salón.
¿Ya ves lo que hiciste? Echaste todo a perder de nuevo. Si no consigues el dinero necesario para la inversión, los dos vamos a pagar las consecuencias, y no van a ser nada bonitas.
Keira, sobándose la mejilla, miró a Francisco con desconcierto.
-Pero… no entiendo. Mientras el proyecto funcione, ¿no es suficiente? ¿De verdad es tan importante la inversión?
Francisco la miró con desdén.
-¿Tú qué sabes? Aquí no solo importa que el proyecto salga bien, también hay que conseguir el dinero. ¿O crees que el jefe te admitió solo porque sí? ¿Por qué crees que terminaron poniéndote como mi asistente?
21:11