20:14
Capítulo 1141
Sara asintió, con una chispa de sorpresa en los ojos.
-¿Cómo lo supiste?
Por supuesto que Rosana lo sabía. La empresa PZ había armado una jugada enorme, todo planeado como si fuera una partida de ajedrez: llevaban años moviendo las piezas, y ahora, cuando solo faltaba medio año para cerrar el trato y embolsarse todo, ¿de verdad soltarían el bocado justo cuando ya lo tienen en la bota?
Rosana tosió un poco, ajustando el tono, porque ese tipo de cosas no se podían decir abiertamente frente a Sara.
-He platicado este tema con Dionisio empezó Rosana-. Muchas señoras de la alta sociedad se metieron a invertir con la empresa PZ. Es una trampa muy bien armada, engañaron a medio mundo.
El rostro de Sara finalmente cambió, la preocupación se le notaba en la mirada.
-La verdad, yo tampoco puedo ver todos los detalles, pero confío en el juicio de ustedes. El problema es que mi abogado y los familiares de la familia Chavira no quieren que salga ahora de la inversión. Dicen que perdería diez millones de pesos por nada.
Sara llevaba varios días lidiando con el asunto de la inversión en la empresa PZ. Todo había empezado porque su tía mayor la había metido en el negocio. Pero ahora, la misma tía no quería hacerse responsable de retirar el dinero, y hasta convenció a los demás familiares de los Chavira para que intentaran persuadirla de no salir.
Rosana la escuchó atentamente y luego soltó:
-Tu tía y tú nunca se han llevado bien. Yo diría que hasta estaría feliz si pierdes esos diez millones. Entonces, ¿por qué insiste en que no te salgas?
Sara se quedó pensando, como si hasta ese momento hubiera caído en cuenta.
-A mí también me da curiosidad. Quizá porque fue ella quien lideró toda la inversión, y si me salgo ahora, le quito el mérito o la dejo en evidencia.
Rosana negó con la cabeza, y luego comentó con voz baja:
-Más bien yo creo que tu tía se quedó con algún “agradecimiento extra“. En este tipo de estafas, siempre hay comisiones por traer más gente. Recuerda que cuando invirtió en el Grupo Lines también perdió buena lana, así que debe andar corta de dinero y seguro se quedó con una parte de lo invertido.
Para no exponer ese detalle, obvio no quería que Sara se saliera de la inversión con la empresa PZ.
Sara, al darse cuenta, mostró un profundo desagrado.
-Mi tía ya ni siquiera finge ser amable conmigo. Cuando no hay nadie más, se transforma. Ahora sí veo quién es en realidad.
Rosana siguió, con determinación:
-Por acá planeamos investigar por nuestra cuenta. Tengo la sospecha de que la mamá de Leonor también está metida con la empresa PZ.
Rosana le contó a Sara todo lo que había platicado antes con Dionisio y los demás.
Sara asintió.
-Para justificar que necesito el dinero, dije que era porque tú estabas pasando un mal momento y te quería ayudar.
-Bien hecho. Así no levantaste sospechas. Lo importante ahora es moverse con cautela, conseguir pruebas sin alertar a nadie. Si ellos se dan cuenta antes de tiempo, podrían desaparecer y perderíamos todo.
-Tampoco me imaginé que la señora Jurado y la señora Noelia también estuvieran metidas -añadió Sara-. Y si lo pienso bien, hasta mi tía debe haber invertido, porque tiene guardado mucho dinero para sí misma.
Estas señoras, desde jóvenes, ya venían de familias adineradas, y al casarse llegaron con un montón de biene ajo el brazo. Luego, con tantas inversiones, el dinero les sobraba. Pero nunca es suficiente. Todas quieren hacerlo crecer aún
más.
-Entonces -dijo Sara- esperaré a que ustedes decidan el siguiente paso. Yo no quiero mover nada, no vaya a ser que les dé por sospechar algo.
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Capitulo 1141
-No te preocupes, vamos a recuperar hasta el último peso.
Rosana sentía un coraje especial. Que la mamá de Leonor estuviera involucrada en esa trampa era algo que no pensaba dejar pasar.
Al día siguiente, después de terminar sus clases, Rosana fue a buscar a Julio.
Ya había pasado una semana, y quería saber si la familia Lines había logrado sacas alguna información. Si no, pensaba tomar las riendas personalmente.
Julio contestó la llamada de Rosana y, apenas escuchó su voz, supo para qué lo buscaba.
-Ya tenemos algunos datos -soltó Julio, con voz seria-. ¿Puedes venir a casa un momento?
-¿No puedes decírmelo por teléfono? -replicó Rosana.
-Hay otras cosas de las que hablar. Y tienen que ver con la niña, Leonor.
Rosana sintió un escalofrío al escuchar la respuesta.
-¿No me digas que la familia Guzmán ya pidió la prueba de ADN?