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as cejas guapas de Alberto se fruncieron.
na, orgullosa y satisfecha con lo dicho, miró a Raquel. – Raquel, ¿en verdad te duele tanto? ideme ayuda, si me la pides, quizás deje que Alberto te lleve al hospital.
aquel, soportando el agudo dolor, miró a Ana. Entre nosotros, veremos quién pide qué a
ién.
espués de decir eso, Raquel se marchó con dificultad
aquel regresó a su apartamento y sacó su celular para llamar a José. -Hola, José, Luis ha sido apturado por Alberto, envía pronto a alguien para rescatarlo.
sé se rió al oírlo. Es curioso que alguien se atreva a capturar a Luis, Raquel, ¿te has frentado acaso a Alberto?
aquel pálida todavía sentía un dolor sutil en vientre José, no vuelvas a mencionarlo, refiero pensar que nunca lo conocí, ¡definitivamente me equivoqué con él!
sé respondió respetuoso, -Raquel, no te preocupes, me ocuparé de lo de Luis. Por tu voz, areces estar indispuesta, ¿te sientes mal?
ras escuchar a José, Raquel se tranquilizó un poco, sabiendo que si algo malo le sucedía a Luis or ella, se culparía.
-Estoy bien, José, solo necesito descansar un poco y nada más.
-Está bien, entonces descansa.
os dos colgaron al mismo tiempo. Raquel todavía sentía un dolor sutil en el bajo vientre; hoy, lberto la había enfadado demasiado, afectando su embarazo.
ecesitaba preparar medicina para proteger el embarazo, pero le faltaban dos ingredientes senciales en casa.
aquel llamó enseguida a su asistente. -Envíame dos ingredientes, Atractylodes acrocephala y Astragalus.
lberto fue a la empresa, y Ana llegó a Villa del Lago, deseando ver a Raquel.
ambién quería presumir delante de Raquel para que la tratara pronto de su enfermedad del
orazón.
I ascensor llegó, Ana iba a entrar cuando de repente el asistente de Raquel corrió apresurado
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hacia ella. Espera un momento.
Ana no conocía al asistente de Raquel, se abrieron las puertas del ascensor y ambas personas
entraron.
Dentro del ascensor, el asistente de Raquel sacó su celular y llamó. -Hola, La Invencible, ya he llegado, ahora estoy subiendo en el ascensor.
Ana movió las orejas, no pudo evitar observar de cerca al asistente de Raquel, resulta que era el asistente de Raquel, ¿para qué la había llamado?
-Invencible, ya le he traído las dos hierbas que me pediste, Atractylodes macrocephala y Astragalus.
¿Atractylodes macrocephala y Astragalus?
¿Para qué quería Raquel estas dos hierbas?
Ana no tiene formación médica y no entendía para qué servían estas dos hierbas chinas.
Pero le pareció extraño que Raquel las necesitara.
Pronto, el ascensor llegó a su destino, y el asistente de Raquel salió a toda prisa, pero Ana no se movió y tomó el ascensor para bajar.
Cambiando de opinión, decidió no ir a buscar a Raquel en ese momento. Quería averiguar para qué eran esas hierbas.
Si era algo que pudiera usar en contra de Raquel, sería perfecto para tener algo con qué presionarla.
Ana sacó su celular y buscó el número de un médico, el médico personal de la familia Pérez.
Llamó al doctor. -Hola, doctor Lirion, tengo una pregunta que me gustaría hacerle.
-Señorita Ana, no se preocupe, pregunte sin reservas.
-Quisiera saber, ¿para qué se usan Atractylodes macrocephala y Astragalus?
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