Capítulo 5
Después de salir de la casa, Vanessa tomó sus maletas y se dirigió al Grupo Leyva.
En su vida anterior, había descubierto por casualidad, a través de Isabella, que su verdadero padre era Emilio Leyva. Sin embargo, en aquel entonces, ya había perdido toda esperanza en las relaciones familiares y nunca se le ocurrió buscar a Emilio.
Sin embargo, ahora, siendo menor de edad, necesitaba un tutor.
El Grupo Leyva tenía un sistema de seguridad muy estricto, y Vanessa sabía que sin una cita previa no podría entrar, así que decidió esperar en la entrada.
La noche caía lentamente.
Al principio, los guardias de seguridad que cambiaban de turno intentaron echarla, pero al ver que la joven solo se sentaba quieta, decidieron dejarla en paz.
Vanessa observaba con indiferencia a la gente que iba y venía.
Hasta que un grito desgarrador, acompañado de un fuerte golpe, interrumpió sus
pensamientos.
-Señor Emilio, sé que me equivoqué, por favor, perdóneme. Me vi obligado a hacerlo. Si no entregaba el proyecto, ellos amenazaban con matar a mi hijo.
Un hombre de mediana edad estaba postrado en el suelo, golpeando su cabeza contra el piso, dejando una mancha de sangre en el suelo.
-Señor Rodrigo, ¿de qué está hablando? ¿Cuándo lo he puesto en una situación difícil?
El hombre frente a él esbozó una sonrisa que no alcanzó sus ojos.
-Señor Emilio… Me equivoqué, no volverá a suceder. Estoy dispuesto a pagar por mis errores, incluso si eso significa morir, pero por favor, perdone a mi familia -suplicaba Rodrigo, arrodillado.
Pero el hombre frente a él no parecía tener compasión.
-Entonces ve y muere.
Sus ojos eran fríos, mirando al hombre arrodillado como si fuera un insecto.
-Cuando me traicionaste, debiste haber pensado en las consecuencias.
El corazón del hombre de mediana edad se hundió y, desesperado, optó por maldecir su suerte: -Emilio, eres un monstruo, recibirás tu castigo, y tus hijos también sufrirán por tu culpa.
-No tendré hijos.
Emilio apenas movió los labios mientras hacía un gesto desinteresado.
-Es demasiado ruido, sáquenlo de aquí.
Capitulo 5
Con esas palabras, los guardaespaldas lo levantaron y lo sacaron.
Vanessa no pudo evitar estremecerse.
La cara bien definida de Emilio, la había visto en las noticias financieras más de una vez en su vida anterior. A pesar de sus 37 años, parecía más atractivo que cualquier estrella de cine que hubiera conocido, y el tiempo no había dejado huella en su rostro.
Vanessa fijó la vista en su figura, respiró hondo y decidió seguirlo.
-Emilio.
Su voz era suave, con un toque de inocencia.
La chica vestía de manera sencilla, pero su rostro era extraordinariamente bello. Aunque Emilio había visto muchas chicas hermosas, el rostro de Vanessa lo dejó sin palabras, era un rostro que no se olvidaba fácilmente.
Sin embargo, la belleza no cambiaba el hecho de que Emilio detestaba a los niños.
Emilio frunció el ceño ligeramente, su voz era fría: -¿Me estás llamando, niña?
Vanessa lo miraba fijamente y se presentó con calma: -Me llamo Vanessa, soy tu hija.
Al escuchar esas palabras, Emilio frunció el ceño, el brillo en sus ojos se volvió peligroso.
Otra persona tratando de engañarlo.
Con una expresión de impaciencia, dijo: -Nunca me he casado, ¿cómo podría tener una hija tan grande?
Vanessa lo miró fijamente, sin mostrar miedo: -No te estoy mintiendo, en realidad soy tu hija. Puedes hacer una prueba de paternidad para comprobarlo.
Emilio la miró con un ligero desconcierto.
Esos ojos le resultaban familiares… como si los hubiera visto antes.
Pero rápidamente apartó esos pensamientos, entrecerrando los ojos con frialdad: -¿Quién te envió?
La frialdad en su mirada era como un cuchillo que se clavaba en el corazón de Vanessa.
La luz en los ojos de Vanessa se apagó un poco.
Con serenidad, respondió: -Nadie me envió, digo la verdad.
Al ver que Emilio no reaccionaba, Vanessa añadió rápidamente: -Además, sé ganar dinero, no necesito que me mantengas.
No esperaba que Emilio la cuidara. Para ella, Emilio era la mejor opción para alejarse definitivamente de la familia Sánchez.
Vanessa se calmó y asumió un papel más negociador.
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Capitulo 5
-El Grupo Leyva lleva cinco años investigando robots médicos inteligentes y aún no ha tenido
éxito.
Emilio mostró un leve cambio de expresión.
El proyecto de los robots médicos inteligentes era uno de los más secretos del Grupo Leyva y nunca se había hecho público. Además, los prototipos resultantes habían sido fracasos.
Solo el personal clave de la empresa conocía estos detalles.
Cada vez más, Emilio pensaba que esta niña no era simple: -¿Cómo lo sabes?
Vanessa lo miró fijamente, sin revelar que lo había deducido. En su vida pasada, había sido una figura dominante en el mundo empresarial, y deducir esto no era difícil para ella.
Al ver que Emilio parecía un poco más receptivo, continuó: -Tengo la patente de este proyecto. Te interesará. Puedo vendérsela al Grupo Leyva.
Emilio mostró un destello de sorpresa en sus ojos, pero al mirar a la joven frente a él, pensó que probablemente estaba pensando demasiado.
Una niña no debería saber tanto; tal vez había oído algo de alguien más.
Pensando que casi había sido engañado por esta pequeña, soltó una sonrisa irónica.
-Los niños deben concentrarse en estudiar. No te preocupes por lo que no te incumbe.
-Mi tiempo es muy valioso.
En ese momento, Vanessa comprendió que Emilio no le creería.
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