Capítulo 581
Federico se quedó en silencio por unos segundos, pero su actitud seguía siendo firme.
-Tal vez no sea la persona que dices. Señorita Valdés, estás siendo demasiado precipitada. Me dijiste que no debería sacar conclusiones sin conocer toda la historia. Pero lo que estás haciendo ahora no es muy diferente, ¿verdad?
Estela asintió con la cabeza.
-Tienes razón, he sido precipitada. Hagamos esto: si la amiga de tu hermana no es Araceli, haré una excepción y seré su invitada especial. Si resulta ser Araceli, entonces no quiero que me hablen más del asunto. ¿Qué opinas, señor Ramos?
Federico asintió.
-De acuerdo.
Después de todo, Sabrina era su hermana y sabía dónde estaban sus prioridades. Mientras hablaban, el mesero llegó con los platillos.
-Esta comida corre por mi cuenta. No acompañaré al señor Ramos a cenar -dijo Estela.
Luego le indicó al mesero que empacara los dos platos que había pedido.
Federico frunció el ceño. Pensaba que el comportamiento impulsivo de Estela no era propio de una dama de sociedad. Pero como aún no era su prometida, prefirió guardar silencio. Lo hablaría después del matrimonio.
Al salir del restaurante, Estela echó un vistazo hacia Federico, quien seguía sentado dentro, y en su mirada apareció un destello de reflexión.
André tenía que tener algo de influencia para haber involucrado a Federico. Este tipo de persona no se inmiscuía en asuntos ajenos sin un buen motivo. Tal vez había algún tipo de relación entre Federico y André.
No podía dejar esto así, era necesario alertar a Sabrina para que estuviera preparada y no se viera perjudicada.
Con esa idea en mente, Estela llamó a Sabrina.
Al día siguiente, Sabrina acababa de llegar a su estudio cuando recibió una llamada de Thiago. -Thiago, ¿qué pasa? -preguntó Sabrina con la voz serena.
-Mamá -respondió Thiago con voz débil-, un señor que dice ser mi abuelo me ha llevado a un lugar que no conozco. Tengo un poco de miedo…
-¿Abuelo? -Los ojos de Sabrina se endurecieron-. ¿Dónde estás ahora?
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Capitulo 581
…
No lo sé.
-No te preocupes, mamá irá a buscarte enseguida -le aseguró Sabrina antes de colgar el teléfono.
No tenía el número de Martín, así que no podía contactarlo, pero sabía cómo encontrar a Thiago.
Llamó a André.
-André, necesito que localices a Thiago de inmediato.
Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea.
-¿Qué le ha pasado a Thiago ahora?
Sabrina no pudo contener su enojo.
-Eres el padre de Thiago, ¿y ni siquiera sabes que alguien se lo ha llevado?
André respondió:
-Hoy es fin de semana. Mi madre lo llevó a la casa de campo, está con ella.
Sabrina se rio con desdén.
-Acabo de hablar con Thiago, y dice que alguien lo ha llevado. André, en vez de discutir conmigo, mejor asegúrate de dónde está Thiago.
-Está bien -aceptó André sin molestarse-. Voy a verificarlo y te avisaré.
Sabrina colgó sin más.
Unos veinte minutos después, André la llamó de vuelta.
-Baja, te llevo a buscar a Thiago.
Sabrina no perdió tiempo y bajó rápidamente.
Tan pronto como se abrochó el cinturón, el carro arrancó a toda velocidad.
-¿Ya sabes dónde está Thiago?
André conducía a gran velocidad, pero su expresión seguía siendo tranquila y distante.
-Dijo que está en algún lugar con alguien que afirma ser su abuelo.
Sabrina no respondió de inmediato.
La voz fresca como un arroyo de André resonó en el silencio del carro.
-Sabrina, ¿no tienes nada que decir al respecto?
La voz de Sabrina tenía un tono de sarcasmo.
-¿Decir qué?
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