Capítulo 547
Al día siguiente…
Daniela se encargó de contactar a quienes alquilan casas, mientras que Sabrina llevó al desconocido a ver a Hernán.
Para facilitar las cosas, Sabrina decidió llamar al hombre “Hache” por el momento.
Cuando Sabrina presentó a Hache ante Hernán, este lo observó con el ceño fruncido y sacudió
la cabeza.
-Definitivamente no lo he visto antes, no me resulta familiar.
Un tipo con ese aspecto sería imposible de olvidar si lo hubiera visto antes.
Sabrina, al escuchar esto, preguntó:
-Hernán, ¿podrías hacer algo por su amnesia?
Hernán acarició su barba canosa y dijo:
-Puedo tratar todo tipo de enfermedades complicadas, incluso algunas incurables, pero la amnesia… eso es otra cosa. Sin embargo, déjame tomarle el pulso primero.
Hache se sentó frente a Hernán, cooperando plenamente, y lo llamó respetuosamente:
-Hernán.
Parecía una persona tranquila y sin malas intenciones.
Hernán entrecerró los ojos, analizando al hombre con una mirada aguda y experimentada.
Hache soportó la inspección sin problemas, con una sonrisa serena y una expresión relajada.
Hernán apartó la vista y le tomó el pulso, pero sabía que la amnesia no se puede diagnosticar de esa manera.
-No puedo curar su amnesia -concluyó Hernán.
Sabrina, que ya había anticipado ese resultado, no se mostró demasiado decepcionada. Solo quería intentarlo.
-Gracias, Hernán.
De repente, Hernán comentó:
-Sabrina, respecto al asunto de Nicolás, investigué un poco… lo siento mucho por lo que pasó. Sabrina no le dio importancia.
-Hernán, eso no tiene que ver contigo. Estoy contenta de que no te molestara que no le diera tregua ayer.
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-Se lo merecía por lo que hizo, no te preocupes por mí -afirmó Hernán-. Si ese mocoso vuelve a molestarte, me lo dices y le rompo las piernas.
Suspiró.
-Lo vi crecer, y de niño era un chico leal. ¿Qué le habrá pasado para torcerse tanto?
Hache escuchó la conversación sin que lo evitaran. Después de todo, no era un tema secreto.
Hernán cambió de tema repentinamente:
-Sabrina, ya que no hay futuro con Nicolás, ¿has pensado en su tío, Fidel Castaño? Te lleva ocho años, pero está soltero. Aunque es mayor, sabe cómo tratar bien a las personas y será el próximo jefe de la familia Castaño.
Hache, sin mostrar ninguna emoción, le dio una mirada a Hernán.
Sabrina, con resignación, respondió:
-Hernán, agradezco tu interés, pero no estoy buscando un novio ahora mismo.
Hernán, evidentemente interesado en que Sabrina se uniera a la familia Castaño, continuó:
-Casarse en una buena familia es más difícil que encontrar un buen tipo. Si te unes a la familia Castaño, te prometo que ningún miembro del Grupo Castaño se atreverá a molestarte. Además, te daré ese diez por ciento de acciones como acordamos.
Sabrina no sabía qué decir, mientras Hernán insistía en la idea de que se casara con la familia
Castaño.
Antes de que pudiera negarse, Hernán concluyó:
-Está decidido. Cuando él venga a Cartagena, organizaré que se vean. Solo será una reunión, si te gusta o no, es tu decisión.
Claramente, Hernán no quería dejar que Sabrina, una persona valiosa, fuera “capturada” por alguien más, especialmente por este sujeto misterioso que había aparecido de repente sin motivo aparente.
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