Capítulo 507
Al ver a quien entraba, la sonrisa de Daniela se congeló en su rostro.
-Señor Castillo.
Gabriel echó un vistazo alrededor.
-¿Sabrina aún no ha regresado?
Daniela negó con la cabeza, mostrando cierta preocupación en sus ojos.
-Le he llamado a Sabrina varias veces, pero no responde, aunque su teléfono sigue encendido. Daniela miró a Gabriel.
-¿Tampoco tienes noticias de Sabrina, señor Castillo?
El rostro de Gabriel, por lo general sereno, se tornó inusualmente serio.
-Comiencen con la presentación. Voy a revisar las cámaras.
Justo cuando se disponía a irse, una pequeña mano sujetó su manga. Gabriel se giró para encontrar a Romeo mirándolo con ojos suplicantes.
-Papá, señorita Sabrina estará bien, ¿verdad?
Gabriel acarició la cabeza de Romeo.
-Sabrina estará bien.
-Entonces prométeme que la encontrarás, papá.
Con una voz baja y firme, Gabriel respondió:
-Te lo prometo, hijo.
Dicho esto, Gabriel se dio la vuelta y salió del lugar. La puerta se cerró suavemente, dejando entrar una ligera brisa fresca.
Los que se quedaron miraron la puerta cerrarse lentamente con expresiones de preocupación.
En las gradas, Eva notó la inquietud de los Blanco a su lado y preguntó suavemente:
-Gloria, ¿conoces a los que están actuando?
Gloria Blanco dudó por un momento, antes de responder en voz baja:
-El que está en el escenario es mi hermano… mi hermano de sangre.
Los ojos de Eva brillaron un poco.
-¿Es el hijo no reconocido del señor Blanco?
Gloria asintió con la cabeza, hablando en voz baja:
Capitulo 507
-Sí, papá lo buscó durante mucho tiempo… con la esperanza de que regrese a la familia Blanco y tome el legado.
Los ojos de Eva mostraron un leve cambio.
En la alta sociedad, las historias escandalosas nunca faltan.
El caso de Valentino fue un ejemplo sonado. En su juventud, Valentino se enamoró apasionadamente de una joven de origen humilde. Su amor fue intenso y desafiante.
Valentino, en su lucha por este amor, desafió a su familia y rompió lazos con la familia Blanco. Sin embargo, un amor no bendecido por la familia estaba destinado a fracasar.
Valentino, sin la protección de su familia, no pudo resistir las presiones de la familia Blanco. Usaron todo tipo de tácticas para forzarlo a separarse de la joven y casarse con una mujer de
su mismo estatus social.
Aunque Valentino nunca amó a su esposa, tampoco mantuvo contacto con su antiguo amor. Su matrimonio fue siempre distante, una relación de mera cortesía.
Pero su esposa, que había visto cómo Valentino se entregaba a otra mujer, no podía conformarse con una relación tan fría. Su carácter se volvió cada vez más extremo.
Si Valentino hablaba con otra mujer, ella lo acusaba de infidelidad. Para un hombre como Valentino, las mujeres que se le acercaban eran incontables. Aunque él rechazaba sus avances, las mujeres seguían acercándose.
La esposa lo observaba todo con odio. Al principio, solo buscaba asustarlas, pero sus métodos se volvieron más crueles. Desfiguraciones, accidentes organizados, situaciones que dejaban a sus víctimas sin salida…
Finalmente, llegó al punto de desaparecerlas. Y aun así, Valentino nunca la miró dos veces.
La esposa sabía, en el fondo, que Valentino no había olvidado a su primer amor. Así que dirigió su ira hacia aquella joven humilde.
Valentino y su antiguo amor llevaban tiempo sin contacto, pero la persecución implacable de su esposa obligó a la joven a buscarlo, pidiéndole que controlara a su esposa.
Valentino apareció, deteniendo el caos, prometiéndole a su esposa una vida juntos. En ese momento, ya tenían un hijo y una hija. Pero la esposa, decidida a eliminar al primer amor de Valentino, siguió adelante.
Y fue entonces, siguiendo las pistas, que descubrió que la joven había dado a luz en secreto a
un niño.
212
