Capítulo 1090
En ese momento, Leonor fue llevada hacia afuera, cubierta con una sábana blanca.
Cuando Rosana vio el cuerpo de Leonor, sintió una especie de desconexión con la realidad. En su vida anterior, cuantas veces había deseado que Leonor muriera.
En esa vida pasada, cuando fue expulsada de su hogar y terminó en la calle, fue Dionisio quien le dio algo de dinero. En ese entonces, pudo haber comenzado una nueva vida lejos de todo. Sir embargo, decidió regresar y ajustar cuentas con Leonor, lo que finalmente la llevó a ser
internada en un hospital psiquiátrico por Alonso.
Pero ahora, Leonor finalmente estaba muerta.
Román se acercó a Rosana, mirando desde arriba el cuerpo de Leonor con una expresión distante. Ella merecía morir desde hace tiempo.
Rosana miró el cuerpo cubierto por la tela blanca. Cuando levantó la mano para tocarlo, Romár la detuvo.
-No lo hagas -dijo, frunciendo el ceño-. Los muertos pueden verse horribles y te podría dejar una impresión que no olvidarás.
Rosana retiró su mano con lentitud.
Observó cómo se llevaban el cuerpo de Leonor. -¿Y el bebé? ¿Es niño o niña?
Una enfermera respondió: -Es un niño.
Rosana miró a Julio. -¿Qué planean hacer con el bebé?
Julio contestó: -Lo llevaremos al orfanato.
Rosana reflexionó un momento. -Es probable que este niño sea de Melvin. Podemos hacer una prueba de paternidad. Si es de Melvin, debería ir con la familia Guzmán.
Ahora que Leonor había muerto y el niño había nacido prematuramente, si era de la familia Guzmán, tendría un futuro asegurado.
Alonso, sorprendido, preguntó: -¿Cómo puedes estar tan segura de que es de Melvin?
-No estoy segura -respondió Rosana-. Por eso sugiero la prueba de paternidad.
Alonso fue categórico: -No es necesario. Si no es de Benito, entonces seguro que es de Melvin.
Rosana lanzó una mirada irónica. -No necesariamente. ¿Olvidaron lo del viejo mayordomo? Los tiempos coinciden, podría ser su hijo.
Al escuchar esto, Alonso y Julio recordaron los eventos pasados.
La expresión de Alonso se tornó amarga, como si reviviera un momento que preferiría olvidar.
Julio también se sintió incómodo. -No puede ser.
-No hay nada imposible -replicó Rosana, lanzándoles una mirada antes de darse la vuelta- Tengo que reunirme con Tadeo ahora.
Román observó la figura de Rosana alejarse y luego se volvió hacia Julio. -¿Qué piensan hacer?
Julio respondió: -¿Hacer qué? Ya hemos decidido todo, ¿no?
Román insistió: -Me refiero a Leonor y al niño que sobrevivió.
-Lo discutimos hace un momento, ¿no? Después del juicio, enterraremos a Leonor y el niño i con la familia Guzmán.
Julio estaba convencido de que el niño era de Melvin, después de todo, el mayordomo ya era bastante mayor.
La voz de Román se volvió sombría. -¿Enterrarla? Ja, eso sería demasiado fácil para ella.
Julio levantó la vista. -¿Qué dijiste?
Román esbozó una sonrisa amarga. Dije que es demasiado fácil. Este tipo de mujer tan crue que ha causado tanto daño a nuestra familia, debería ser castigada severamente. Y ese niño también debería ser eliminado.
Julio lo miró, sorprendido. -Román, jasesinar es un crimen!
Habían puesto tanto esfuerzo en usar las leyes para defender sus derechos. Si cometieran un crimen, como el asesinato, ¿en qué se diferenciarían de la familia Montes? Además, tal acto podría ser usado en su contra en el futuro.
Gerardo soltó un resoplido. -Julio, si matar no fuera ilegal, Leonor y Maurino ya estarían muertos hace mucho tiempo. No habríamos tolerado su existencia hasta ahora.
Julio tomó a Román del brazo. -¿Qué planeas hacer?

