Capítulo 1082
Marina se acercó con curiosidad y preguntó: -¿El niño es de Melvin?
-Probablemente sí -respondió Rosana.
En su mente, Rosana recordó al antiguo mayordomo. No era muy probable, considerando que ya estaba bastante mayor. En cuanto a fertilidad, Melvin, siendo joven, tenía más
posibilidades.
Sara tomó una pulsera del estuche: -Pongámonos una cada una. Es una edición especial de un famoso diseñador, no se consigue en el país.
Rosana escogió una pulsera y se la puso, sintiendo el frío del metal en su piel.
-Flora probablemente testificará en contra de Miranda sobre el envenenamiento -comentó
Rosana mientras miraba a Sara.
Sara mostró sorpresa: -¿La señora Jurado ya lo sabe?
-Sí, lo sospechó ella misma, no pudimos ocultárselo.
Rosana acarició la pulsera mientras Sara decía: -Entonces no hay de qué preocuparse. Si la señora Jurado tomó esa decisión, debe estar segura de lo que hace.
-Lo sé.
De repente, Rosana sintió pena por Flora. Había dado tanto por su buena amiga, solo para terminar en esta situación. Cualquiera en su lugar se sentiría triste.
Por la tarde, cuando Rosana iba a clases, escuchó que Lourdes ya había tramitado su retiro de la facultad.
Marina, siempre dispuesta a compartir chismes, comentó: -Aunque la Facultad de Comercio se ve tan impresionante, si la familia quiebra, los pueden echar en cualquier momento.
Otros compañeros se unieron a la conversación: -Lourdes se lo merece. Era tan prepotente en la escuela. Incluso en la secundaria acosaba a otros estudiantes, y uno de ellos se suicidó. Esto es karma.
Marina asintió: -Exactamente. Es el karma de la familia Montes.
Rosana escuchaba cómo los demás hablaban de las travesuras pasadas de Lourdes sin miedo alguno. No era de extrañar que Lourdes se retirara; probablemente no pudo soportar las habladurías y temía que las personas a las que había hecho daño buscaran venganza.
En realidad, todos los Montes eran iguales de fondo.
Esa noche, Dionisio le envió un mensaje: [Mi mamá planea ir mañana al centro de detención.]
[¿Tu mamá quiere ver a Miranda?] Rosana sintió cierta preocupación.
Pronto llegó otro mensaje: [Sí, ¿tienes tiempo?]
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Capitulo 1082
[Sí, lo tengo.] Rosana entendió que Dionisio quería que ella acompañara a Flora, y no se negó.
Al día siguiente por la tarde, Rosana planeaba manejar su carro, pero vio el carro de Dionisio estacionado en la calle.
Reconoció su carro. La puerta se abrió y Dionisio salió: -No necesitas manejar.
-Rosana, ven acá -Flora, sentada en el asiento trasero, bajó la ventanilla y la llamó.
Rosana se acercó; además de Flora, un médico también estaba en el asiento trasero.
Se subió al asiento del copiloto y Dionisio arrancó el carro.
Rosana miró hacia atrás a Flora: -Hoy se le ve muy bien.
Era evidente que Flora se había arreglado especialmente y parecía estar más animada.
Flora acomodó su ropa: —Sí, hay que seguir adelante. No quiero que se preocupen por mí.
Después de descubrir que le habían ocultado el envenenamiento, Flora se dio cuenta de que su desánimo por la traición de su amiga había preocupado a quienes la querían.
Flora no quería que los que la querían siguieran preocupados, así que decidió poner fin a todo.
Pronto llegaron al centro de detención. Miranda salió y, al ver a Flora, sonrió.
Pero al notar lo bien que lucía Flora, su expresión se torció un poco. ¿Por qué parecía estar perfectamente bien? Algo no cuadraba.
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