Capítulo 1070
Después de todo, las empresas de los Lines no estaban pasando por su mejor momento. A excepción del grupo bajo el mando de Alonso, que aún sobrevivía a duras penas, solo el negocio de Román prosperaba.
Alonso no creía que Román estuviera dispuesto a entregar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo a Rosana sin más.
Román, con una expresión serena, dijo: -Si mi hermana puede perdonarme, ¿qué importancia tienen estos negocios o este dinero? Si fuera necesario, le daría hasta mi vida.
Ante esas palabras, todos miraron a Román con sorpresa.
Especialmente Alonso, quien no podía ocultar su asombro: -¿Desde cuándo te llevas tan bien con Rosana, Román? Recuerdo que desde que te fuiste de casa, apenas has vuelto y no has mantenido mucho contacto con ella.
Alonso pensaba que Román estaba siendo demasiado generoso con Rosana.
-A fin de cuentas, ella es mi única hermana -respondió Román con calma-. De niños teníamos una buena relación, ¿o es que ya lo olvidaron?
Todos guardaron silencio.
Alonso, sin embargo, miraba a Román con una mezcla de emociones: -No habrás hecho algo malo a Rosana a nuestras espaldas, ¿verdad? De otro modo, ¿por qué harías todo esto por ella? Alonso creía conocer bien a Román. Su carácter siempre había sido más bien distante, lo que le había permitido vivir años lejos de casa, dedicándose a la investigación.
Pero ahora, este tipo tan reservado de repente se mostraba tan atento con Rosana. Algo no
cuadraba.
La expresión de Román cambió de inmediato al escuchar estas palabras. Sujetó a Alonso por el cuello de la camisa y le dijo: -¿Con qué derecho dices eso? ¿Acaso lo que tú le hiciste a Rosana no es también algo reprochable?
La inesperada explosión de Román sorprendió a todos.
Julio se adelantó y sujetó a Román por el brazo: -Román, cálmate. Estamos en un tribunal.
Román empujó a Julio y señaló a todos los presentes: -Todos ustedes son responsables. Han hecho cosas terribles que lastimaron a Rosana. No soy el único culpable, todos lo somos, ¿verdad?
No era solo su culpa, todos tenían parte de culpa.
Julio encontró extrañas estas palabras, pero dado que estaban en un tribunal, no era el lugar para indagar más.
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Capítulo 1070
Con paciencia, le dijo a Román: -Tienes razón, Román. Todos le hemos fallado a Rosana. No te enojes por lo que Alonso dice.
Gerardo se acercó y sostuvo a Román: -Sí, Román, hoy estamos aquí por algo más importante. Solo cuando este juicio termine y la familia Montes pague las consecuencias, podremos enmendar las cosas con nuestra hermana.
Román logró calmarse, aunque seguía con un semblante adusto, avanzó sin hablar con nadie.
Alonso, sintiéndose un poco avergonzado, murmuró: -¿Será que Román se volvió loco? Creo que lo que dije lo tocó, por eso reaccionó así.
Julio le dio una palmadita en el hombro a Alonso: -¿Por qué te molestas, Alonso? Ya sabes cómo es Román, un poco solitario.
Tal vez el carácter de los genios es siempre peculiar. Fue precisamente su naturaleza reservada lo que permitió a Román trabajar solo en una isla durante tantos años y alcanzar su posición actual.
Alonso pensó en su colaboración con la empresa PZ y en cómo dependía de Román, así que se acomodó la ropa y dijo: -Está bien, como su hermano mayor, no me voy a rebajar a discutir con él.
Caminaban hacia donde estaban Rosana y Tadeo, quienes conversaban.
Rosana levantó la vista y vio acercarse a la familia Lines. Con un tono tranquilo, dijo: -En un momento el Sr. Sabín entrará, hay algunas cosas que necesita decirles.
Tadeo enumeró brevemente algunos puntos importantes para evitar que la familia Lines cometiera errores.
Sin embargo, al terminar, Tadeo comentó con sarcasmo: -¿Por qué no respondieron a las preguntas de los periodistas hace un momento? ¿Acaso tienen miedo?
El rostro de Alonso se ensombreció al escuchar eso: -¿Qué quieres decir? ¿Acaso tú concertaste a los periodistas?
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