Capítulo 1068
Todos los preparativos habían sido para este momento.
El día del juicio, Rosana se vistió de blanco, recordando que el día del accidente era su cumpleaños, y sus padres le habían comprado un vestido de princesa del mismo color.
Ahora, finalmente, podía vengar a sus padres.
Cuando salieron de la escuela, fue Javier quien condujo el carro.
Sara y Marina acompañaban a Rosana, quien al ver a sus amigas a su lado, se sentía completamente satisfecha.
Ahora, sentía que no le faltaba nada.
Marina la animó diciendo: -Hoy me aseguré de hacer una buena predicción, todo saldrá bien.
Sara sonrió y añadió: -La familia Montes está completamente acorralada, incluso están viviendo en un lugar alquilado. El esposo de Miranda también comparecerá hoy para testificar en su contra, señalando que ella fue quien planeó el asesinato. Con esto, Miranda no tendrá oportunidad de recuperarse.
Rosana, algo sorprendida, comentó: -¿No se verá él también involucrado? Podría ser condenado por encubrimiento.
-Pero la pena no será tan severa. Mientras la familia Jurado no siga oprimiendo a la familia Montes, él podrá rehacer su vida una vez salga de prisión. Será mejor que vivir en la calle como ahora.
Rosana miró a Sara, comprendiendo que Dionisio probablemente había hecho algún trato con Ignacio.
Lo cierto es que ahora Ignacio haría cualquier cosa por dinero.
Rosana pensó que, mientras Miranda pagara por lo que hizo hace años, todo valdría la pena.
Pronto, el carro llegó al exterior del tribunal.
Ya había muchos medios esperando ansiosos por obtener la primicia.
Cuando Rosana apareció, casi todos los periodistas se abalanzaron sobre ella.
-Srta. Lines, hemos escuchado que recuerda cómo ocurrió el accidente. ¿Podría contarnos los detalles?
-Srta. Lines, ¿es cierto que se acercó a Dionisio solo para vengarse?
-Srta. Lines, hay rumores de que la familia Lines crió a la hija del cómplice y que incluso la maltrataron, ¿Qué opina su familia al respecto?
Rosana no esperaba preguntas tan incisivas de los reporteros.
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En otro momento se habría sentido ofendida.
Pero hoy era un buen día, su ánimo era excelente.
Javier se interpuso entre los periodistas y Rosana, mientras Sara, a su lado, les pedía a gritos que no se acercaran.
Después de todo, Sara pertenecía a la influyente familia Páez, así que ningún medio se atrevía a pasarse de la raya.
Rosana les dijo a todos: -Gracias por el interés en este caso. Solo quiero decir que, aunque la justicia tarde, siempre llega. El bien y el mal tienen su recompensa.
En ese momento, una fila de lujosos carros se detuvo a un lado de la calle.
Seis hombres vestidos con trajes negros bajaron de ellos, todos con expresiones serias y claramente relacionados entre sí.
La atención de los periodistas se desvió rápidamente hacia ellos.
Rosana levantó la mirada y vio a sus seis hermanos de la familia Lines acercándose.
Cuando aparecían juntos, eran realmente un espectáculo.
De pequeña, a menudo la envidiaban por tener seis hermanos, y ella siempre se sentía orgullosa de ello.
Rosana solo les echó un vistazo antes de darse la vuelta y dirigirse al tribunal, sin esperar a que ellos la acompañaran.
Alonso, al ver cómo Rosana se alejaba sin mirar atrás, no pudo evitar que su expresión se
oscureciera.
En un día tan importante, Rosana debería haber esperado para entrar juntos.
De lo contrario, ¿cómo quedaría la familia Lines frente a los medios?
Con el caso acaparando tanta atención, todos estaban pendientes de la situación del Grupo Lines, lo que incluso había provocado que las acciones del grupo subieran considerablemente. Un periodista se dirigió a Alonso: -Se dice que la familia Lines crió a la hija del cómplice y que incluso maltrataron a su hermana. ¿Qué tiene que decir ahora que conoce la verdad?
La sonrisa de Alonso se desvaneció al instante, dejándolo en una situación incómoda.
¿Acaso ese reportero lo hacía a propósito?
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