Capítulo 1065
-Entonces, ¿por qué no vienes directamente a preguntarme? -dijo Dionisio acercándose a Rosana.
Al escuchar la voz detrás de ella, Rosana se dio la vuelta y lo vio acercarse con una mirada profunda como el abismo. De repente, se sintió un poco incómoda.
-Voy al baño -dijo Hilario al ver la escena, prefiriendo no quedarse allí como un estorbo.
Rosana levantó la vista hacia Dionisio, que ya estaba cerca.
-Entonces, ¿por qué te retiraste en su momento?
-¿Ya sabes quién soy? -preguntó Dionisio al notar la pregunta, adivinando que ella estaba al tanto de su pasado en el Equipo Pelota.
Rosana asintió.
-Sí, lo supe hace poco. Eres el legendario jugador del que todos hablaban. Tu famosa técnica de los doce golpes seguidos es…
Se detuvo abruptamente, casi revelando más de lo que debía. Después de todo, no estaba en su vida pasada.
-¿Qué pasa con mis doce golpes seguidos? -insistió Dionisio.
Rosana dudó un momento antes de responder.
-Nada, es solo que tus doce golpes seguidos son muy difíciles de aprender.
Recordó cuánto le había costado aprender esa técnica, incluso con Dionisio enseñándole pacientemente. Al final, él nunca se dio por vencido con ella. Pensar en todo lo que él había hecho en su vida pasada llenó a Rosana de emociones encontradas, como una ola que la envolvía. Suspiró en silencio, reflexionando sobre cómo las personas cambian
constantemente.
Hasta hace poco, aún guardaba rencor hacia él.
-¿Por qué suspiras? -preguntó Dionisio, mirándola desde arriba.
-Pensé en lo difícil que fue practicar los doce golpes seguidos, por eso suspiré. -Rosana lo miró fijamente-. Joaquín, el gerente, me dijo que te retiraste por un accidente de carro. ¿Es
cierto?
Dionisio hizo memoria.
-Sí, más o menos. En ese momento, mi padre tuvo un accidente, y no podía seguir jugando para evadir mi responsabilidad.
Bajó la mirada hacia Rosana.
-Ese accidente cambió tanto tu destino como el mío.
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Frente a la rueda gigante del destino, nadie puede resistirse.
-¿No te arrepientes? -preguntó Rosana.
-No, no hay nada de qué arrepentirse. Pero admiro que hayas aprendido los doce golpes por tu
cuenta.
Dionisio estaba sinceramente sorprendido.
Rosana se sintió un poco culpable al recibir su elogio, sabiendo que en su vida pasada fue él quien le enseñó durante mucho tiempo. Gracias a ese tiempo juntos, se había enamorado de un amigo en línea que nunca había conocido en persona. Pero ese amor secreto terminó trágicamente en su vida anterior.
-Eso es porque soy muy lista -dijo Rosana, sonriendo.
En su vida pasada, algunas personas también la habían llamado torpe.
-Sí, eres muy lista -admitió Dionisio.
Rosana no era buena para aceptar halagos de sí misma y sentía que estaba aprovechándose de él, ya que, en el fondo, él no sabía valorar.
-¿Vas a cenar hoy con la familia Lines? -preguntó Dionisio.
-Sí–respondió Rosana, con un toque de sarcasmo en su mirada.
Dionisio frunció el ceño.
-¿Te están molestando por lo de mi mamá?
Conocía bien a la familia Lines.
-No es por eso, es por Leonor -respondió Rosana con una sonrisa.
Le contó lo que había pasado con Leonor de la manera más tranquila, como si fuera algo sin importancia.
Dionisio, sintiendo compasión, le tomó el hombro.
-Ellos no lo valen.
-Lo sé, solo me incomodan, pero no me lo tomo a pecho. Después de todo, ya tengo lo suficiente para ser feliz.
Desde que sus padres fallecieron, había perdido el sentido de la familia, pero tenía otras cosas. -Julio me dijo que el bebé de Leonor no es de Benito, igual que lo sospeché antes -añadió Rosana, mirando al hombre frente a ella.
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