Capítulo 1053
-Eso ni se pregunta -dijo Julio, dándole una palmada en el hombro a Román.
-No es lo mismo. No pienso igual que ustedes -respondió Román, de repente alterado.
Julio lo miró con sospecha. -Román, ¿qué te pasa? ¿Hay algo que nos estás ocultando?
Román trató de recomponerse. -No es nada.
Volvió a ser el Román callado de siempre. Sin embargo, Julio continuó hablando:
-Cuando Rosana se lastimó y tú la atendiste, me contaron que ella despertó en medio del procedimiento y al verte, se asustó tanto que se cayó de la camilla.
Román mostró una expresión de inquietud.
-¿Por qué le dio tanto miedo verte en ese momento? -insistió Julio-. ¿Le hiciste algo a escondidas?
-No–respondió Román en voz alta. Al darse cuenta de su reacción, se calmó y añadió-: Solo aprendí estas cosas después de irme a la isla. No he vuelto en años, ¿cómo iba a hacerle daño a mi hermana?
Gerardo asintió. -Sí, eso lo sabemos todos.
Julio miró a Román. -Entonces, ¿por qué Rosana tiene tanto miedo? ¿Le preguntaste?
Román tragó saliva. ¿Cómo iba a preguntarle? Fue entonces cuando empezó a atar cabos.
Gerardo intervino para explicar: -Dionisio se llevó a nuestra hermana en aquel momento. No tuvimos la oportunidad de hablar con ella a solas. Ahora no vuelve a casa ni se comunica con nosotros; parece que nos ve como extraños.
Cada vez que Gerardo regresaba a la casa de la familia Lines y veía el cuarto vacío que Rosana solía ocupar, sentía una tristeza profunda. Sin embargo, por sus errores del pasado, no se atrevía a exigirle nada a Rosana.
Julio también quedó en silencio, sabiendo que no era el único que pensaba así.
Román habló con serenidad: -Si trabajamos juntos, podemos cambiarlo todo. Nada es imposible de cambiar.
Porque ahora todo era diferente. Así que cualquier cosa era posible.
Esa idea le hizo sonreír con confianza.
Julio observó el cambio en Román, pero no pudo evitar sentir un escalofrío ante su sonrisa.
No pasó mucho tiempo antes de que Rosana saliera de la habitación. Flora aún no sabía lo del envenenamiento. Rosana se preguntaba si debería contárselo o dejar que Dionisio tomara esa
Capitulo 1053
decisión.
Al salir, vio a Dionisio y a Óscar juntos, mientras Román estaba con Julio y Gerardo. Se mantenían separados, como si hubiera una línea divisoria entre ellos.
Cuando Rosana apareció, todos dirigieron su mirada hacia ella.
Rosana se acercó a Dionisio. -Tu mamá está tranquila por ahora. No le he dicho nada sobre el
envenenamiento.
-Mejor así -respondió Dionisio-. Esperemos a tener un tratamiento antes de decírselo.
Saber que había sido envenenada, y más aún que el veneno vino de alguien cercano, podría ser un golpe devastador.
Rosana asintió, pues le parecía lo mejor.
Entonces, se dirigió a Román: -¿Podrá recuperarse? ¿Quedarán secuelas?
-Se puede tratar, pero será complicado. Parece que lleva mucho tiempo envenenada, lo que ha dañado sus funciones corporales. La recuperación será larga y podría no ser completa -explicó Román.
Rosana suspiró aliviada y sonrió. -Mientras se pueda tratar, está bien.
Lo que más temía era que no hubiera cura.
Al ver su sonrisa, Román se quedó un momento perdido en sus pensamientos y murmuró: -Es la primera vez que me sonríes.
Rosana bajó la mirada. -¿Qué tan complicado es el tratamiento? ¿Se necesita preparar algo?

