Capítulo 1059
Rosana escuchó las palabras de Alonso, y después de colocar el incienso, regresó a su lugar.
Los demás también pasaron a presentar sus respetos uno por uno.
Una vez que la ceremonia terminó, todos se dirigieron hacia los sofás.
Alonso fruncía el ceño: -Rosana, todavía no has respondido a mi pregunta. Frente a nuestros padres, no puedes mentirnos.
Román intervino: -¿Podrías contarnos qué pasó realmente en aquel entonces?
Rosana miró a Alonso y luego habló: -Lo que ocurrió ya lo saben, no difiere de lo que recuerdo. La persona que me salvó en aquel momento y que volvió para intentar salvar a nuestros padres no fue el padre de Leonor, sino Dionisio.
Después de sus palabras, el salón quedó en silencio.
Ella miró a los miembros de la familia Lines con una expresión de burla: -¿Les parece gracioso? Me lo dijeron innumerables veces antes, pero al final, esa persona no era el padre de Leonor, sino Dionisio.
Todos se veían un poco incómodos.
Alonso habló con un tono poco natural: -Nosotros no lo sabíamos.
Julio agregó: -Sí, yo tampoco lo esperaba.
Román sonrió con calma: -Parece que la familia Lines le debe un favor a Dionisio.
Gerardo comentó: -Aprovechamos esta oportunidad para tratar a Flora y así saldamos la deuda; así nuestra familia no le deberá nada a la familia Jurado.
Rosana observó la actitud de Román y continuó: -Mientras podamos tratar a Flora, la familia Jurado no presionará más a la empresa Lines.
Julio sonrió: -Eso es un alivio.
Alonso, sin embargo, soltó un bufido: -Ahora que el Grupo Lines está como está, Dionisio también tiene parte de la culpa. ¿Con solo no presionar basta?
-¿Entonces qué propones? -preguntó alguien.
Alonso prosiguió: -Sabes lo que más necesita el Grupo Lines ahora. Si la familia Jurado quiere invertir, podríamos dejarlo todo atrás.
Rosana se rio directamente: -¿Invertir?
-Sí, ¿acaso no deberían?
Con una mirada llena de ironía, Rosana replicó: -Para mí, el proyecto de inteligencia artificial del Grupo Lines nunca debió desperdiciar dinero.
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Capitulo 1059
-¿Qué quieres decir con eso, Rosana?
-Lo que dije, tal cual. Un producto tan malo es solo un despilfarro.
Rosana había visto antes el producto que el Grupo Lines estaba desarrollando, y en verdad era pésimo.
Alonso se mostró molesto: -Si no fuera por ti, este proyecto ya habría tenido éxito.
Rosana le miró con una sonrisa burlona: -¿Yo qué hice? Si tu producto es malo, yo no tengo la culpa.
-Pero tú también eres parte de la familia Lines, ¿por qué ayudar a otros?
Rosana arqueó una ceja: -¿Insinúas que debería trabajar en el proyecto del Grupo Lines?
-Exactamente.
-¿Acaso olvidas cómo me trataban en la familia Lines en ese entonces? Aunque presentara mis ideas, con solo una palabra de Leonor, todo el crédito sería para ella. Yo lo daría todo y no
recibiría nada.
Con enfado, Rosana dijo: -Además, mis planes son míos. Cooperaré con quien desee.
Alonso, furioso, se dirigió a Román: -Mira cómo la defiendes sin pedir nada a cambio. Y ella, ¿qué ha hecho por la familia?
Con el rostro serio, Rosana le preguntó a Román: -¿Qué condiciones quieres proponer?
No creía que Román no tuviera alguna intención, así que era mejor que lo dijera de una vez.
El rostro de Román adoptó una expresión amarga: -Hermanita, te lo digo en serio, no quiero nada, solo quiero ayudarte.
Sin embargo, Rosana seguía desconfiada: -No hay ayuda desinteresada. No quiero que luego me llamen ingrata. Hasta entre hermanos las cuentas claras.
Alonso exclamó: -¿Y qué si pido condiciones? Tú y Dionisio, tan hábiles, al final vienen a pedir ayuda a la familia Lines.
Gerardo se levantó: -Basta, Alonso, lo que estás diciendo es muy inapropiado, ¿lo entiendes?
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