Capítulo 9
Aitana no quería armar un escándalo por ese tipo de cosas en plena calle. Después de tomar la foto, jaló a Renata hacia el carro estacionado al otro lado de la calle con la intención de irse. Pero justo al salir del bar, alguien las detuvo. Frente a ellas estaba un sujeto joven con el rostro serio y una presencia imponente, vestido con un traje negro que resaltaba su figura alta y esbelta.
Aitana lo conocía. Era Salvador, el asistente personal de Rodrigo. Había sido apoyado por el -Grupo Macías desde pequeño y, desde la preparatoria, fue elegido para seguir a Rodrigo de
cerca. Era su más fiel seguidor y la persona en la que más confiaba. Este tipo no se molestaba en ser amable con nadie, solo escuchaba a Rodrigo, y era completamente frío y distante. Aitana no tenía una buena impresión de él.
El hecho de que él se acercara en ese momento, sumado a la expresión de Rodrigo hace un momento, no era un buen augurio. Aitana instintivamente apretó su celular.
-Dame tu teléfono, por favor -dijo Salvador, extendiendo la mano hacia Aitana con una expresión impasible.
Aitana no dijo nada, pero tampoco tenía intención de entregarle el teléfono. Giró su cuerpo para mirar en dirección a Rodrigo. Él estaba hablando íntimamente con Guadalupe, sin prestarles atención, con una expresión de ternura que Aitana nunca había visto. Aitana no quería seguir viendo, así que apartó la mirada y se enfrentó a Salvador con una frialdad en el rostro.
-¿Y si no quiero?
-Por favor, no lo hagas más difícil -respondió Salvador sin mostrar ninguna emoción, como si fuera un robot programado-. No te compliques la vida.
Eso ya era una amenaza.
-¿Qué te pasa? -exclamó Renata, interponiéndose entre Aitana y Salvador-. ¿Nos. quieres asaltar en plena calle? ¿Dónde quedó la ley?
Salvador observó el rostro de Renata por un momento antes de soltar información de manera pausada.
-Renata, abogada con seis años, cinco meses y 18 días de ejercicio profesional, especializada en apelaciones de casos civiles y comerciales, casos de propiedad intelectual y servicios legales empresariales. Actualmente trabaja en el Bufete Jurídico Continental, el más prestigioso del país.
Hizo una pausa y luego continuó:
-Curiosamente, el Grupo Macías tiene estrecha colaboración con el Bufete Jurídico Continental. Señorita Renata, me imagino que un bufete de tal envergadura no tendría problemas en encontrar reemplazo para un abogado destacado.
El rostro de Renata palideció y no pudo decir una palabra. El mensaje era claro, si intervenía en
15.525
Capitulo 9
esto, enfrentaría una crisis profesional. Con el poder del Grupo Macías, podrían fácilmente
forzar al bufete a cerrarle las puertas en el gremio. Pero la que estaba siendo presionada en la calle era su mejor amiga.
-Tranquila, Renatita -dijo Aitana, respirando hondo para calmar el enojo que hervía en su interior. Forzó una sonrisa apaciguadora, jalando a Renata hacia el carro-. Espérame allá, voy a solucionar esto y te alcanzo, no te preocupes.
Si esto afectaba la carrera de su amiga, se sentiría culpable y arrepentida toda su vida. Pero Renata no podía estar tranquila. Si ya se atrevían a amenazar a Aitana frente a Rodrigo, quien era su esposa legítima, eso decía mucho sobre la postura de Rodrigo. Tan despiadado. ¿Cómo podía dejar sola a Aitana en esta situación? ¿Y si recurrían a la violencia?
Entonces, Salvador levantó la mano nuevamente para detenerlas.
-Me temo que la señorita Renata tampoco puede irse. También necesito revisar su teléfono.
La ira que Aitana había estado conteniendo finalmente explotó.
-¡Ella no tiene nada que ver! ¡Quiero hablar con Rodrigo ahora mismo!
Intentó pasar por encima de Salvador para dirigirse hacia Rodrigo y Guadalupe, que conversaban animadamente. Salvador frunció el ceño y levantó el brazo, deteniendo a Aitana al nivel de su omóplato, impidiéndole el paso sin llegar a tocarla. Una cortesía falsa.
Aitana soltó una carcajada sarcástica, intentó esquivarlo sin éxito, y al empujar perdió el equilibrio, retrocediendo varios pasos mientras sentía una punzada de dolor en el omóplato.
-Ya le dije, no se complique -dijo Salvador con el ceño fruncido ligeramente-. Esto no tiene
sentido.
15:520