Capítulo 295
Daniela hizo una pausa estratégica mientras una sonrisa maliciosa afloraba en sus labios, calculando el impacto de sus siguientes palabras en el silencio expectante que había creado.
-Señorita, permítame darle un consejo: no centre siempre su desconfianza en las mujeres. Los hombres pueden resultar igualmente peligrosos, a veces incluso más.
Dirigió una mirada intencionada hacia André antes de añadir:
-¿Verdad, señor Carvalho? Un hombre tan… delicado como usted debería tener mucho
cuidado.
Fabián captó al instante la insinuación de Daniela y la furia estalló en su interior como pólvora. Se tenso, listo para abalanzarse sobre ella. Ahora que Sabrina y André habían firmado el divorcio, ya no tenía nada que perder ni motivos para contenerse.
-Fabián -la voz serena pero autoritaria de André cortó el aire como una navaja, despertándolo de su arrebato-. ¿Qué piensas hacer exactamente?
Fabián, todavía temblando de ira, señaló acusadoramente a Daniela.
-¡Esta mujer está diciendo puras tonterías! ¡Voy a darle una lección que no olvidará!
André frunció el ceño con evidente disgusto ante la reacción desmedida.
-¿Te hace sentir muy hombre golpear a una mujer?
La respiración de Fabián se detuvo en seco. Solo entonces notó las miradas reprobatorias de los presentes y varios teléfonos apuntando hacia él, grabando la escena. Un escándalo como este frente al registro civil era precisamente el tipo de espectáculo que la gente no dudaría en compartir en redes sociales. Retrocedió, consciente de que no podía permitirse ese tipo de exposición.
André se acercó a Sabrina con expresión impasible.
-Thiago tiene fiebre. ¿No vas a verlo?
Sabrina lo miró con absoluta indiferencia, como si hablara de un extraño.
-No pienso ir.
-¿Nos divorciamos y de repente ya no te importa nuestro hijo? -cuestionó André con frialdad.
-Si tanto quieres que me haga cargo de él, ¿por qué no me das la custodia? -respondió Sabrina sosteniéndole la mirada-. Si está bajo mi cuidado, obviamente me haré responsable.
André permaneció en silencio, estudiándola con una mirada penetrante y oscura que ocultaba sus verdaderas intenciones.
Daniela empujó discretamente a Sabrina, susurrándole:
-Todavía no te pagó, no lo olvides.
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Capitulo 295
Sabrina asintió imperceptiblemente y se dirigió a André con determinación.
-André, según nuestro acuerdo, tienes que liquidar los nueve mil millones restantes.
Las palabras de Sabrina provocaron que Araceli, que observaba la escena desde un costado, enrojeciera de indignación contenida. ¿Diez mil millones por unos simples suplementos? ¡Qué descaro tan absoluto!
-No te preocupes -susurró Fabián inclinándose hacia Araceli-. Aunque el dinero llegue a su cuenta, nunca podrá disfrutarlo. André siempre tiene formas de recuperarlo.
-¿En serio? -preguntó Araceli, insegura pero esperanzada.
Fabián esbozó una sonrisa calculadora que revelaba su verdadera naturaleza.
-Puede tener el dinero, pero jamás lo disfrutará. Para nosotros, manipular a una mujer como Sabrina, que no entiende nada de negocios ni finanzas, es fácil.
-Pero tienen un hijo en común -objetó Araceli, aún dudosa-. ¿André realmente será capaz de hacerlo?
-Si no hubiera armado tanto escándalo, André quizá habría sido más indulgente -explicó Fabián con frialdad-. Pero lo que hizo últimamente cruzó todos los límites. Algunos socios descubrieron que la esposa de André mantenía contacto con una empresa competidora y pensaron que el Grupo Carvalho jugaba a dos bandas… Eso violó una regla no escrita del sector, y André tuvo que invertir semanas en arreglarlo. Varios ejecutivos desconfiados hasta cancelaron sus contratos con el Grupo.
Fabián observó a Sabrina a la distancia con la mirada gélida de un depredador acechando a su
presa.
-Gracias a Sabrina, el Grupo Carvalho ha sufrido pérdidas millonarias, y André está furioso. En un principio, considerando a Thiago, quería darle una oportunidad, no divorciarse de inmediato y solo darle una pequeña lección. Pero después de lo ocurrido, André está verdaderamente enfurecido…
Fabián dejó escapar un resoplido despectivo que destilaba veneno.
-Sabrina está cavando su propia tumba sin darse cuenta. Su vida sigue siendo tranquila solo porque André no ha puesto manos a la obra. Cuando lo haga, la va a dejar en el mismísimo purgatorio.
Las palabras de Fabián finalmente tranquilizaron a Araceli, devolviendo algo de equilibrio a su angustiado corazón.
André, sin perder más tiempo, llamó a Iván para ordenarle que transfiriera el saldo pendiente a Sabrina. Minutos después, la cuenta bancaria de Sabrina recibió aquella suma estratosférica que sellaba definitivamente su libertad.
Al confirmar la transacción, una expresión de genuina satisfacción iluminó el rostro de Sabrina.
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-Vámonos, Daniela.
Daniela parecía incluso más exultante que la propia Seng ante el desenlace.
¡Vamos ya! Esto merece una gran celebración