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Amor 356

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Capítulo 356 Un parecido sorprendente

A primera vista, Cecilia notó que la mujer del video se parecía a la joven Paula.

Cuando era pequeña, admiraba muchísimo a Paula. A menudo miraba furtivamente videos de una Paula joven bailando en el escenario.

Cuando Paula era más joven, comenzó su carrera como bailarina de ballet.

“Jefe, ¿ya terminó? ¿Qué le parece?”

Cuando Cecilia recuperó el sentido, pensó que probablemente se trataba de una coincidencia. “Es bastante bueno. Sin embargo, me gustaría esperar y ver”.

“Está bien, conservaré su información de contacto por ahora”.

—Está bien —Cecilia entonces finalizó la llamada.

No se atrevió a ver el vídeo de nuevo porque, en cuanto lo puso, la escena que inmediatamente dominó su mente era de su infancia. Era el momento en el que le había dicho a Paula que quería aprender a bailar y, posteriormente, ella se burló de ella.

—¡Eres sorda! No puedes bailar si ni siquiera puedes escuchar el ritmo con claridad. ¿Puedes seguirlo? No me avergüences —dijo Paula.

Crees

puede

Más tarde, Cecilia todavía estaba en un escenario.

En aquel entonces había recibido innumerables premios, pero Paula nunca la había elogiado por ello.

“¿Qué sentido tiene trabajar tanto? Algunas cosas no se pueden lograr sólo con esfuerzo, ¿sabes?” Paula miró a Cecilia con desprecio. “La gente como tú, que nace con una discapacidad, debería dedicarse a hacer lo que pueden hacer las personas discapacitadas. Ni siquiera sueñes con lograr un gran éxito de la noche a la mañana. Simplemente no estás hecha para bailar”.

A pesar del constante desánimo de Paula, Cecilia nunca abandonó el baile.

Un día, cuando estaba en una competición de baile, alguien le quitó su audífono mientras descansaba.

Por ello, cuando volvió al escenario, lo único que oía era la cacofonía, sin poder discernir la melodía. Su actuación en el concurso nacional estuvo plagada de errores, lo que la llevó a la eliminación.

Después de regresar a casa, Paula cortó su traje de baile frente a ella y arrojó sus zapatos de baile a la basura. “No te atrevas a bailar en el futuro. Si te vuelvo a ver bailando, te romperé las piernas”.

Reflexionando sobre todo lo que había sucedido en el pasado, Cecilia se acurrucó, abrazándose fuertemente a sí misma  mientras  un ligero temblor  recorrió  su cuerpo.

El dolor de su infancia era algo de lo que temía no poder recuperarse nunca por completo.

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Capítulo 356 Un parecido sorprendente

Su vida.

+5 Perlas

Dentro de la sala de música, Cecilia estaba absorta en su doloroso pasado, ajena a la figura que había entrado y dicho: “Ceci”.

La voz familiar trajo a Cecilia del pasado al presente mientras giraba la cabeza para mirar a Nathaniel.

-¿Por qué estás aquí? -preguntó Cecilia con voz ronca.

Después de que Nathaniel perdió la vista, su sentido del oído se agudizó extraordinariamente. Llegó frente a Cecilia  deseando acercarse y abrazarla, pero temía su rechazo.

Así, se acercó al piano y se sentó. Bajo la mirada peculiar de Cecilia, posó sus finos dedos sobre las teclas del piano.

Aunque no podía recordarlo, instintivamente podía tocar  rápidamente una  melodía suave.

Cecilia lo miró fijamente. “¿Sabes tocar el piano?”

En el pasado, Nathaniel se quejaba de que su forma de tocar el piano era ruidosa, y ella siempre había pensado que él no podía tocar el instrumento.

Una vez que la melodía terminó, Nathaniel hizo una pausa. “No del todo”.

Él continuó tocando otras melodías y, para su sorpresa, se dio cuenta de que en realidad estaba tocando la misma pieza que ella había compuesto recientemente.

Él simplemente lo escuchaba de vez en cuando y lo recordaba.

Mientras Nathaniel tocaba, señaló simultáneamente las áreas en las que Cecilia sentía que había problemas  “Siento que esta parte se podría cambiar”.

Después de realizar el cambio, Cecilia no encontró problemas después de escucharlo nuevamente.

En ese momento, la percepción que Cecilia tenía de él cambió inevitablemente.

Algunas personas confían en el destino para salir adelante, pero Nathaniel realmente dependía de sí mismo.

Inmediatamente, Cecilia revisó las partes que necesitaban corrección.

Antes de la cena, con la ayuda de Nathaniel, Cecilia logró milagrosamente corregir todos los problemas de la pieza.

—¿De verdad perdiste la memoria? —preguntó Cecilia incrédula mientras lo miraba.

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