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La Guerra de una Novela 122

La Guerra de una Novela 122

Capítulo 122 

El rostro de Thiago se cubrió repentinamente de erupciones rojizas; su piel enrojecida contrastaba con la palidez habitual mientras jadeaba con dificultad. Su cuerpo, presa de temblores incontrolables, parecía debilitarse progresivamente como si estuviera a punto de desvanecerse por completo ante los ojos de todos los presentes

André se aproximó velozmente a su hijo y lo llamó varias veces, intentando obtener alguna respuesta. Al constatar que Thiago permanecía inconsciente, giró bruscamente hacia Araceli, quien permanecía paralizada por el susto, y exclamó con autoridad

-¡Llama una ambulancia, ahora

Araceli pareció despertar de su trance, su rostro completamente pálido mientras sus dedos temblorosos marcaban el número de emergencias con desesperación

Los comensales del restaurante, testigos involuntarios de aquella escena alarmante, intercambiaban miradas de preocupación mientras observaban el estado crítico del pequeño. Entre el murmullo creciente, la voz clara de uno de ellos se elevó por encima del resto

-Este niño está sufriendo una reacción alérgica severa, necesita atención médica inmediata. Si no recibe tratamiento pronto, podría no resistir hasta la llegada de los paramédicos

-André, ¿qué vamos a hacer? -sollozó Araceli con angustia, las lágrimas descendiendo por sus mejillas mientras sujetaba con fuerza el teléfono contra su oído

André apretó la mandíbula con frustración; jamás había presenciado a Thiago en semejante estado. No siendo un profesional médico y temiendo agravar la situación, alzó la mirada hacia los presentes y proclamó con voz potente

-¿Hay algún médico aquí? Quien pueda salvar a mi hijo recibirá mil millones de pesos

¿Mil millones? Un murmullo de asombro recorrió el lugar instantáneamente

Si cualquier otra persona hubiera mencionado tal cantidad, seguramente habría sido tomado como una exageración desesperada. Sin embargo, la presencia imponente de André, su vestimenta impecable y su tono resuelto confirmaban que se trataba de alguien con el poder adquisitivo suficiente para cumplir semejante promesa

-¡Yo lo haré! -exclamó uno de los espectadores, visiblemente tentado por la 

Los ojos penetrantes de André escudriñaron al voluntario con intensidad

-¿Estás capacitado para salvarlo

recompensa

El hombre vaciló momentáneamente ante aquella mirada intimidante, pero el pensamiento de la recompensa millonaria renovó su determinación casi de inmediato

-Soy médico, señor

Efectivamente era médico, aunque especializado en cirugía, no en pediatría. A pesar de 

compartir título profesional, las diferencias entre especialidades son abismales en situaciones 

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Capitulo 

críticas. Cualquier médico podría implementar técnicas básicas de primeros auxilios, pero ciertos casos requieren conocimientos específicos, y la condición de Thiago claramente excedía su área de expertiz. Aun así, los mil millones eran suficiente motivación para intentarlo

-Esta es mi identificación -dijo, extendiendo su credencial laboral

André relajó ligeramente su expresión al verificar las credenciales. El médico comenzó a examinar a Thiago y justo cuando se disponía a iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar, una voz femenina y firme resonó en el lugar

-¡Detente

El hombre se paralizó, sorprendido por la interrupción

Sabrina emergió entre la multitud, abriéndose paso con determinación. Momentos antes había acudido al baño y al regresar notó la conmoción. Un presentimiento inquietante la invadió al distinguir a André y Araceli rodeados de gente, y se apresuró a investigar lo que ocurría. Al instante comprendió que Thiago había perdido el conocimiento debido a una reacción alérgica severa, y que aquel supuesto médico estaba a punto de aplicar un procedimiento inadecuado

-Señorita Ibáñez, Thiago está muy grave, ¡necesita atención ya mismo! No resistirá hasta que llegue la ambulancia -suplicó Araceli con voz entrecortada

-¡Deje que este doctor ayude a Thiago

-En su estado actual, la reanimación cardiopulmonar está contraindicada -respondió Sabrina tajantemente

La mirada de Sabrina era aguda y profesional mientras enfrentaba al médico

-Doctor, intervenir sin conocer la condición exacta del paciente es negligencia. Si empeora su estado, ¿está preparado para asumir la responsabilidad legal

El hombre, viendo amenazada su oportunidad de obtener la fortuna prometida, se resistió

ceder terreno

-Soy un profesional certificado y conozco mejor estos procedimientos que usted. ¿Quién se cree que es para venir a cuestionar mi criterio médico

Sabrina, concentrada únicamente en la crítica situación de Thiago, no tenía tiempo para discusiones estériles. Apartó al hombre con firmeza, dispuesta a evaluar ella misma la 

condición del niño

De pronto, una mano poderosa la sujetó por la muñeca, deteniéndola en seco. La voz grave y glacial de André resonó a sus espaldas

-Sabrina, ¿podrías dejar de causar problemas

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