Capítulo 24
-Señor Romero tiene dolor de estómago, deberia llamar a un médico, no a mi.
Gabriel sintió cómo su corazón se rompía en mil pedazos, todas sus esperanzas parecían ridiculas ante la expresión serena e impasible de ella.
Un dolor agudo invadió su cuerpo de inmediato, y sus piernas ya no pudieron sostenerlo, dejándolo de rodillas en el suelo.
Sin embargo, sus manos se aferraron con fuerza a la barandilla, mirando fijamente a Selena a través de los barrotes.
Selena simplemente se dio la vuelta, sin intención de ayudarlo.
Su indiferencia enfureció a tuis, quien le gritó a la espalda de Selena)
-Selena, regresa aqui de inmediato y trae la medicina para tu hermano.
Donia lloraba mientras le suplicaba:
-Selena, siempre has cuidado de tu hermano cuando le dolía el estómago. ¿Cómo puedes mirar hacia otro lado esta vez? Somos familia, ¿por qué llegar a esto?
Incluso Carla se unió a la acusación con firmeza:
-Hermana, sé que guardas rencor por haber pasado cinco años en prisión, pero no puedes jugar con la vida de tu hermano. Tú sabes mejor que nadie que medicina le ayuda más.
Selena se detuvo de nuevo.
Los Romero pensaron que la habían convencido, pero cuando ella se volvió, vieron que sonreía.
Sin embargo, esa sonrisa escondía un filo cortante:
-Resulta que no es que no hayan visto mis esfuerzos; los vieron, pero simplemente no les importaron, no los apreciaron. En ese caso, los retiro. A partir de ahora, el destino de ustedes, los Romero, no tiene nada que ver conmigo.
-De todos modos, ustedes nunca tuvieron sentimientos por mí, y ahora, mis sentimientos hacia ustedes también se han extinguido.
Esas palabras golpearon como un martillo en los corazones de Luis y Donia Gabriel.
Donia lloró aún más, mirando a Selena con ojos llenos de lágrimas:
-Selena, no es así. Eres la hija que llevé en mi vientre durante diez meses, deseada día y noche. ¿Cómo podría no importarme?
El rostro de Luis se tornó pálido de ira:
-¿Cómo es posible que hayamos criado a una hija tan desagradecida? Si hubiera sabido que eras tan rebelde, con un corazón tan malo y lleno de celos, siempre atacando a Carla, nunca te habría traído de vuelta, para evitar este caos en la
familia.
El llanto de Donia disminuyó, y ella tiró suavemente de Luis:
-No hables así de nuestra hija.
Luis bufó, fulminando a Selena con la mirada.
Carla intervino para calmarlo:
-Papá, es natural que mi hermana me guarde rencor; yo ocupé el lugar de la hija de la familia Romero, disfruté del amor de la familia que no me correspondía. Si con eso mi hermana se siente mejor, estoy dispuesta a soportar lo que sea.
Sollozando, añadió:
-Hermana, puedo irme, solo espero que no hagas enojar más a nuestros padres y que no abandones a tu hermano, ¿de acuerdo?
Selena los observó con calma mientras actuaban, y cuando terminaron de hablar, respondió sin prisa:
-¿Ya terminaron? Pues me voy a dormir.
Su actitud indiferente enfureció aún más a Luis.
Capitulo 24
Luis la señaló, lleno de decepción en los ojos:
-¿No decías que no tenias sentimientos por esta familia? Entonces, ¿para qué volviste? Eres una ex convicta que pasó cinco años en prisión, la vergüenza de la familia Romero ¿Quién te permitió regresar?
-Puedes irte ahora mismo, nadie te detendrá Durante los años que no estuviste aquí, nuestras vidas fueron felices. En cuanto volviste, nos trataste como si te debiéramos algo.
-Recuerda, solo por haberte traido al mundo, no te debemos nada.
Capitulo 25
Capítulo 25