Capítulo 22
-Sí, sí, sí, llama, llama -dijo Donia apresuradamente mientras marcaba el número de Gabriel.
Al siguiente instante, escucharon el tono de llamada proveniente del estudio al lado del dormitorio.
Luis y Donia se miraron y rápidamente se dirigieron al estudio.
Al abrir la puerta, un fuerte olor a alcohol les golpeó de frente.
Encendieron la luz y vieron a Gabriel sentado en el suelo, apoyado contra la pared, rodeado de botellas vacías.
Gabriel frunció el ceño al sentir la luz y lentamente abrió los ojos.
Luis, al verlo, se llenó de ira y le señaló mientras gritaba:
-Mira en lo que te has convertido.
Gabriel, sin inmutarse, agitó la botella en su mano, notó que estaba vacía y la tiró a un lado.
-¿Por qué de repente cancelaste la colaboración con el Grupo Flores? -exclamó Luis, furioso-. El Grupo Flores es un socio importante, y además Cristian y Carla están comprometidos. ¿Pensaste en la empresa, pensaste en cómo se sentiría Carla?
Gabriel esbozó una sonrisa sarcástica, su voz ronca y llena de embriaguez.
-¿Acaso Cristian pensó en eso cuando mandó a sus secuaces a molestar a Selena?
-¿De qué estás hablando?
Gabriel soltó una risa amarga y se levantó con esfuerzo.
-Cristian incitó a los presos a golpear a Selena, a darle bofetadas, a forzarla a arrodillarse, a hacerle beber agua del inodoro,
a pincharla con agujas… ¿Sabes por qué Selena cojea? Porque le rompieron la pierna.
Mientras Gabriel enumeraba los horrores, Luis y Donia abrieron los ojos con asombro.
-Eso no puede ser.
Gabriel tocó su celular unas cuantas veces y, al siguiente segundo, los celulares de Luis y Donia sonaron.
-Miren, esta es la información que encontró Roberto.
En los documentos, líneas de texto frío y fotos impactantes revelaban sin piedad los tratos inhumanos que Selena había sufrido en prisión.
Donia se cubrió la boca sin querer, y las lágrimas comenzaron a fluir.
Luis mostró una expresión compleja, frunciendo el ceño. Tardó un rato en hablar.
-Gabriel, actuaste muy impulsivamente.
Gabriel levantó la mirada, inexpresivo.
-¿Se supone que debo ver cómo torturan a mi hermana y no hacer nada?
Luis guardó silencio por un largo rato y luego suspiró profundamente.
-Le has hecho daño a ellos, pero también a nosotros. Terminar la colaboración no beneficia al Grupo Romero en
Como si para reafirmar sus palabras, el celular de Luis sonó de nuevo.
Después de atender la llamada, el rostro de Luis se ensombreció aún más.
-Gabriel, por tu decisión, el Grupo Romero ha perdido diez mil millones.
nada.
El semblante de Gabriel cambió, sus labios temblaron ligeramente, pero finalmente los apretó con fuerza, sin decir nada.
A un lado, Donia estaba perdida, caminando de un lado a otro, frotándose las manos ansiosamente.
-¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Qué podemos hacer?
Luis exhaló lentamente.
-La única solución es restablecer la colaboración con el Grupo Flores.
21:44
Capitulo 22
Dicho esto, marcó el número de Cristian.
Cuando se estableció la llamada, el ambiente en el estudio pareció congelarse.
El rostro de Luis cambió constantemente a medida que avanzaba la conversación, frunciendo el ceño y relajándolo en diferentes momentos.
Finalmente, la llamada terminó, y Luis bajó lentamente el celular.
Donia, al verlo, habló con una nota de esperanza temblorosa en su voz.
-¿Qué dijo Cristian?
-Dice que podemos volver a colaborar, pero exige que Selena vaya personalmente al hospital mañana para arrodillarse y pedir perdón a su hermana.
Justo en ese momento, se escuchó la voz de Carla.
-Hermana, ¿qué haces tan tarde en la puerta del estudio de mi hermano?
Capítulo 23
Selena miró a Carla con calma.