Capítulo 14
Ella sabía que era hora de irse.
Se levantó y extendió la mano para abrir la puerta.
Antes de que sus delgados y pálidos dedos tocaran el pomo, la puerta se abrió desde afuera, revelando a una mujer de casi sesenta años frente a ella.
La mujer la miró y, tras un momento de sorpresa, no pudo ocultar su alegría mientras exclamaba emocionada:
-Señorita, ¿de verdad ha regresado?
Selena se quedó ligeramente atónita.
-¿Beatriz Solis?
Al mirar a Beatriz, una mezcla de emociones inundó su corazón.
Dentro de toda la familia Romero, solo Beatriz la trataba como a una verdadera señorita; el resto de los sirvientes la trataban con frialdad.
Para ellos, la única joven heredera de los Romero era Carla, mientras que a ella solo la llamaban señorita Selena.
En los calurosos días de verano, cuando el calor en el cuarto de trastos le provocaba sarpullidos, era Beatriz quien con su propio dinero le compraba un ventilador.
En los fríos días de invierno, cuando temblaba de frío, también era Beatriz quien le compraba una manta eléctrica para
calentarse.
Al pensar en esto, Selena no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Tras la emoción inicial, Beatriz notó la bolsa de plástico en la mano de Selena.
-Señorita, ¿se va a ir?
Selena abrió la boca, pero no supo qué decir, así que solo asintió en silencio.
alab
Beatriz la miró con dolor, queriendo persuadirla para que se quedara, pero las palabras se le atoraron en la garganta sin poder salir.
Sabía bien que los días de Selena en la familia Romero eran un constante caminar sobre cáscaras de huevo; todas esas miradas frías, injusticias y desaires, ella los había visto. ¿Cómo podría tener el corazón para pedirle que se quedara en ese infierno?
Suspirando resignada, dijo:
-Señorita, no la detendré si quiere irse, pero al menos permítame curar sus heridas.
Selena respondió con indiferencia:
-Son solo pequeñas heridas, ya estoy acostumbrada.
Al oír esto, a Beatriz le dolió el alma.
¿Cuánto sufrimiento había soportado la señorita como para tratar sus heridas con tanta ligereza?
Beatriz sentía una gran injusticia por Selena, pero como simple sirvienta, su voz era demasiado débil para enfrentarse a la familia Romero.
Conteniendo el dolor en su corazón, Beatriz le dedicó una sonrisa cariñosa.
-La señorita no ha comido nada desde que llegó a casa. Déjeme prepararle un plato de pasta, y después puede irse.
Selena volvió a rechazarla.
-No, gracias.
Después de decirlo, sintió que sonaba demasiado fría, así que añadió:
-Quiero irme temprano para encontrar un lugar donde quedarme.
En realidad, no quería comer nada de la familia Romero.
21:32
Capitulo 14
Era pobre, estaba en mal estado de salud y no le quedaba nada, salvo su dignidad.
Prefería mendigar en la calle antes que seguir soportando desprecios en la casa de los Romero.
Cualquiera podia tratarla mal, excepto la familia Romero.
Los Romero le debían demasiado; no merecian su respeto.
-Beatriz, me voy.
Beatriz, llena de pesar, sacó un montón de billetes de su bolsillo y se los puso en la mano.
-Señorita, lléveselos para el camino. Cuidese bien estando sola.
Las lágrimas de Beatriz finalmente brotaron, resbalando por sus mejillas.
Selena quiso rechazar el dinero, pero Beatriz fue firme.
-Una chica sin dinero no puede vivir debajo de un puente.
Selena apretó los dientes, mientras las lágrimas caían silenciosamente.
Incluso alguien que no tenía relación con ella se preocupaba por su bienestar.
¿Por qué sus padres biológicos y su hermano no podían hacer lo mismo?
Capitulo 15
Capítulo 15