21:32
Capítulo 9
Capítulo 9
Su vida estaba arruinada, y solo entonces él se preocupó por sus estudios.
Qué trônico
Durante diez años, habla estudiado con todas sus fuerzas, con la esperanza de cambiar su destino. Justo cuando sus esfuerzos estaban a punto de dar frutos, no pudo superar al poder.
Los Romero, con una simple palabra, sellaron su destino y la condenaron fácilmente a un infierno en vida.
Podría haber tenido un futuro brillante.
Desde pequeña, su familia no podia competir con el prestigio de otras, lo único con lo que podía competir era con su dedicación al estudio, que superaba a la de cualquier otra persona
Su sueño ere entrar a la universidad de élite, luego hacer una maestria y un doctorado. Quería convertirse en profesora. estar en el podio y cambiar el destino de estudiantes como ella con su propio poder.
Pero la realidad le dio una bofetada sonora.
No se convirtió en lo que quería ser, sino en una criminal despreciada por la sociedad, con una mancha en su expediente que la seguiria toda la vida.
Afectaría a tres generaciones.
Pensando en esto. Selena apretó sus manos en puños, sin darse cuenta de que sus uñas se clavaban profundamente en sus palmas.
-Instituto San José del Mar -dijo Selena con una voz tan suave que casi sonaba cariñosa.
Sin embargo, las palabras “Instituto San José del Mar” pesaban como una roca de mil kilos, aplastando a Luis, Donia y Gabriel, dejándolos sin aliento.
Porque el Instituto San José del Mar era el colegio de mayor puntaje de admisión en todo San José del Mar.
Todos los genios académicos estudiaban allí. A diferencia del Instituto San Agustín de las Colinas, donde el dinero podía comprar la entrada, el Instituto San José del Mar solo reconocía el mérito académico.
La competencia entre genios era feroz, y aun así Selena lograba ser la primera de su clase cada año. Con sus calificaciones, entrar a la universidad de élite era prácticamente seguro.
-No puede ser, estás mintiendo–Gabriel se mostró algo alterado-. El Instituto San José del Mar está en las afueras, a más de treinta kilómetros de casa, y tú ibas todos los días en esa vieja bicicleta…
A mitad de la frase, algo le vino a la mente a Gabriel, y no pudo continuar.
Al ver que el rostro de Gabriel se volvía cada vez más pálido, Selena esbozó una sonrisa sarcástica.
-Prefería ir en bicicleta a ir a la escuela con Carla, porque estábamos en escuelas diferentes.
-Nunca desayunaba con ustedes porque el Instituto San José del Mar tenía clases a las seis de la mañana. Me levantaba a las cuatro para pedalear dos horas hasta llegar a la escuela.
-Nunca volvía a casa al mediodía porque no había tiempo suficiente para ir y volver. No tenía dinero para almorzar, así que tomaba agua para aguantar hasta la noche. Cuando finalmente llegaba a casa, ustedes ya habían cenado. Solo quedaban las sobras, y me decían que tenía un destino miserable, que solo comía las sobras y lo hacía con desesperación, como si estuviera muriendo de hambre…
–Selena, lo siento –las lágrimas de Donia caían como perlas rotas, llorando desconsoladamente. No sabía que habías sufrido tanto. Todo es culpa mía.
-No tienes nada de qué disculparte conmigo -dijo Selena, mirando su rostro lleno de lágrimas con una calma absoluta-. No crecí contigo, así que entiendo que no sientas afecto por mí. Después de todo, ya estoy acostumbrada a esto, y aunque fuera más duro, no lo sentiría así, ¿verdad, Donia?
Al escuchar esto, el llanto de Donia se detuvo.
[Selena, te lo suplico como madre. Eres más fuerte que Carla, puedes soportar más. Si pudiste cuidarte sola en un orfanato, sé que también te acostumbrarás en la cárcel. Por favor, asume la culpa por Carla.]
1/2
21:32
Capitulo 9
Recuerdos de hace cinco años emergieron de repente, golpeando a Donia, quien se cubrió el pecho, como si fuera a desmayarse en cualquier momento
Selena miro friamente a Donia, quien apenas se mantenia en pie, y su corazón se llenó de burla.