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Capítulo 22
Había vuelto de mi viaje hacia una semana y estaba encontrando mi nueva rutina. Era mucho más fácil de lo que había pensado. Siempre había algo que hacer para la manada. Comida que cocinar, preguntas que responder y recados que hacer. Estaba feliz de ayudar donde se me necesitara. Luego teníamos la reunión diaria con los otros rangos altos para discutir los asuntos más importantes y Finlay y Sam me habían puesto a cargo de planificar y dirigir el entrenamiento de la manada. Había pedido la ayuda de Medow para planear el primer evento de escondite. Estaba caminando desde una de las casas de los miembros de la manada hacia la casa de la manada. Martin se acercó a mí y le sonreí. El dudó un momento y se pasó la mano por su cabello oscuro. Tomó una respiración profunda y me miró de nuevo.
-¿Qué pasa? -pregunté.
-¿Tienes un par de minutos? -preguntó.
-Por supuesto dije-. ¿Quieres subir a mi habitación?
-¿Qué tal si damos un paseo por el arroyo?
-Eso suena bien estuve de acuerdo, era un hermoso día de verano. Caminamos en silencio siguiendo el arroyo. La suave hierba en la orilla amortiguaba nuestros pasos. Las flores silvestres llenaban el aire con su fragancia. Nos alejamos del pueblo y finalmente Martin se sentó en la hierba. Me uní a él y ambos miramos el
agua que fluía.
-¿Te ha contado Finlay cómo eran las cosas antes de que formáramos esta manada? -preguntó de repente.
-No, realmente no hemos hablado de tu antigua manada -dije. Lo miré de reojo, pero él seguía mirando el
arroyo.
-Mi familia no formaba parte de las familias de rango. Éramos lobos comunes. Cuando el Alfa Johannes dirigí a la manada, lobos como nosotros estábamos bien. Éramos respetados por nuestra contribución a la manada. Tal vez no de la misma manera que los rangos altos o los guerreros, pero trabajábamos duro -me contó. Hice un sonido de asentimiento, sin querer interrumpirlo ahora que había comenzado-. Pero luego él falleció y Ryan tomó el control de la manada, el hermano de Finlay. De repente, mi familia no valía nada. No éramos fí sicamente fuertes, así que no importábamos, pero entonces Finlay nos dio la opción de seguirlo a él en su
lugar. -Hubo una pausa.
-Tu familia no está aquí -dije. Ya lo sabía porque había estado revisando la lista de la manada con Medow.
-No. Mi padre pensó que sería deshonroso abandonar nuestra manada. Mi madre nunca se iría si mi padre se quedaba y mi hermana se emparejó con uno de los guerreros de la manada. Pero yo sabía que no podía quedarme. No había futuro para mí en esa manada.
-Lo siento. ¿Mantienes el contacto? -pregunté.
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-Con mi hermana y mi madre. Pero mi padre sigue decepcionado de mí me dijo Martin-. Te estoy contando esto porque realmente no sé lo que estoy haciendo. No tengo ni idea de por qué Finlay me eligió para ser su Beta, pero haré todo lo que pueda para estar a la altura del título. Te necesito, y necesito que me digas si no estoy haciendo lo que debería. Renunciaré antes que dañar a la manada. Esta manada es mi vida y la protegeré, incluso de mí mismo. -Sonreí y le di un empujón con mi hombro.
-Lo que acabas de decirme, esa es la razón por la que Finlay te hizo su Beta. Amas a esta manada tanto como él. La relación entre el Alfa, el Beta y el Gamma, y por extensión, sus familias, es más importante de lo que uno piensa. Esa fue la razón por la que dejé mi primera manada. Lo que estaba pasando entre el hijo del Alfa y yo estaba afectando ese vínculo. No quería cargar con eso, así que me fui le dije-. Como Beta, eres el
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control de calidad. Es tu trabajo asegurarte de que el Alfa no se desvie del guion. Los Alfas tienden a tener una visión de túnel. Tu trabajo es asegurarte de que Finlay recuerde el panorama general. Y ayudar a asumir las cosas que él cree que puede manejar, pero que tú sabes que no puede. -Ante eso, él resopló divertido. Sonreí-, Lo estás haciendo bien. Mejor que bien. Lo estás haciendo increíble. Mira la manada. Está feliz, es abierta y acogedora. Una manada así no tiene problemas con los rangos altos. Solo necesitas encontrar tu confianza, y con eso puedo ayudarte.
Gracias, Amie -dijo Martin, y me dio un empujón de vuelta.
-Entonces, ¿cómo se hicieron amigos tú y el Alfa? -pregunté. Martin se rió.
-Nacimos con un día de diferencia, así que nos gusta pensar que empezó un par de horas después de que yo
naciera. El idiota me ganó al mundo por dieciséis horas. Algo de lo que le gusta recordarme. Jugábamos juntos como cachorros, no creo que nuestros padres vieran nada malo en ello. Pero nos unimos desde el principio. Él es el hermano que nunca tuve y yo soy el hermano que él deseaba tener. Cuando me contó su plan de separarse de nuestra antigua manada, supe que lo seguiría -me contó. Sonreí, me hubiera gustado ver la versión de niños pequeños de mi Alfa y Beta. Apostaría dinero a que eran adorables.
-¿Nunca dudaste de que obtendría el permiso? -pregunté.
-Nunca -dijo con una risa-. Cuando Finlay quiere algo, Finlay lo consigue. Si la primera manera no funciona, intentará otra hasta encontrar una que funcione. Ese hombre es terco -dijo. Me reí.
-Sí, esa fue una pregunta tonta. He estado en el lado receptor de esa terquedad -admití. Martin se unió a mi risa. Era agradable sentarse al sol junto al agua y reír.
-Bueno, cuando se pone así, con visión de túnel como dijiste, generalmente es por algo importante. Seré el primero en admitir que lo llamé loco cuando llamó para decir que traería a un lobo solitario a la manada y que deberíamos hacer nuestro mejor esfuerzo para que se uniera a nosotros. Pero… Tenía razón. La manada está mejor contigo aquí. Gracias por aceptar nuestra oferta -dijo Martin.
-Oh, no estabas solo en eso. Yo también lo llamé loco una o dos veces. No sé sobre la manada. Pero
por ser de mente abierta y aceptarme. – Nos quedamos sentados un rato, terminé apoyando mi cabeza en su hombro y él apoyó la suya sobre la mía. Era agradable tener un tiempo de unión. Casi se sentía como cuando solía pasar el rato con Elder. Eventualmente nos levantamos y regresamos al pueblo. Los temas eran más ligeros y nos molestábamos mutuamente. Ambos sentimos que nos habíamos acercado y la vacilación de una nueva amistad ya no estaba allí. Cuando nos acercamos a la casa de la manada, Finlay se acercó a nosotros.
definitivamente estoy mejor aquí. Este es mi hogar. Así que gracias high
-¿Dónde han estado? -preguntó. No parecía molesto, más bien divertido.
-Necesitaba advertirle a Amie sobre lo terco que eres y todos tus otros defectos – le dijo Martin con una
sonrisa.
-Tuve que decirle que era demasiado tarde. Ya sabía todo sobre eso -añadí, y ambos nos reímos.
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Se han unido, veo. ¿Por qué siento que esto será malo para mí? -preguntó Finlay con una risa.
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—Seremos amables contigo le dije. Luego le di un beso en la mejilla a Martin-. Gracias por el paseo. Realmente lo necesitaba y me lo pasé genial. Deberíamos hacerlo de nuevo alguna vez -dije antes de despedirme de ambos hombres y dirigirme a hacer lo que había planeado antes de mi pequeña salida.
