Capítulo 16-1
La semana y media pasó rápidamente y, al mismo tiempo, pareció extenderse por una eternidad. Laura resultó ser una natural atendiendo mesas y absorbió lo que le enseñé en poco tiempo. Eso alivió un poco mi conciencia culpable, ya que sabia que no dejaria a la Sra. Jones y a CeCe con una carga de trabajo más pesada.
Mi último turno en el restaurante fue un turno de noche y, tan pronto como el último cliente pagó su cena, Sra. Jones anunció que el restaurante estaba cerrado. Para mi sorpresa, la mayoría del pueblo entró en tropel cuando CeCe anunció que era mi fiesta de despedida. Fue una noche maravillosa y hasta me emocioné un par de veces. CeCe y Jessie insistieron en que vendrían a ayudarme a empacar mi coche a la mañana siguiente, aunque les dije que conseguiría ayuda. Al final, me quedé sin excusas y acepté que vinieran. No creo que hubiera podido mantenerlas alejadas aunque hubiera dicho que no. Era su manera de tratar de evaluar si sentian que estaba segura con Finlay o no. Fue dulce. Me costó dormir, mi estómago estaba lleno de mariposas nerviosas y mi lobo estaba emocionado.
Mi alarma sonó a las siete de la mañana y me levanté. Empaqué la ropa de cama en una caja que habia guardado para eso y luego me dirigí a la panaderia. La Sra. Andresen había prometido hacerme el desayuno para que no tuviera que ensuciar nada de mi cocina en mi última mañana. Llevé los dos sacos de harina con los que siempre la ayudaba y ella me ofreció varios muffins recién hechos y un delicioso café. Mientras lo disfrutaba y charlaba con la Sra. Andersen, escuché llegar un coche, pero no sonaba como la camioneta de Finlay, Sali a investigar. Para mi sorpresa, no solo había llegado Finlay. Estaba apoyado contra una camioneta
desconocida con Sam y Medow. Medow chilló al verme y corrió a darme un fuerte abrazo. Me rei y la abracé
de vuelta.
-Te he extrañado–dijo Medow.
-Yo también te he extrañado. Pero no esperaba que vinieras aqui -respondi.
-Lo sé, pero cuando Finlay dijo que vendría a buscarte, pensamos… -comenzó Medow, pero fue interrumpida por Sam aclarando su garganta-. Está bien, está bien, pensé que sería una buena idea que vinié ramos también – termino.
-No me opongo. Pero cuatro personas para mudarme parece un poco exagerado. En ese momento, CeCe y Jessie llegaron caminando. Presenté a todos y observé cómo Finlay y Jessie se miraban con cautela. Puse los
ojos en blanco y tanto CeCe como Medow se rieron.
-Bueno, vamos a empacar–les dije a todos antes de que todo se convirtiera en una competencia de egos. Con seis personas y mi muy limitada cantidad de cajas, tomó menos de media hora guardar todo en el Volvo y
la camioneta.
-Yo conduciré–me dijo Finlay y extendió su mano para pedir la llave de mi coche. Dudé.
-Normalmente no dejo que nadie más la conduzca le dije.
-¿Ella? -preguntó, levantando una ceja.
Si, Aime tiene un apego poco saludable a ese coche – se rió CeCe.
-Oye, Beula y yo hemos pasado por mucho -objeté.
Beula?-preguntó Medow.
Le queda bien–dije y acaricié el techo color arena. Todos se rieron.
-¿Me vas a decir que no puedo conducir tu coche?-preguntó Finlay. El tono que usó me dejó claro que estaba preguntando como mi Alfa. Técnicamente, aún no era mi Alfa. Pero no seria una buena manera de empezar la vida en su manada señalando tecnicismos como esc.
Por supuesto que n
no dije, lanzándole las llaves.
-He empacado donas para todos y café–dijo la Sra. Andersen, Caminaba hacia nosotros sosteniendo dost bolsas grandes y equilibrando cuatro grandes vasos para llevar, Sam y Finlay se apresuraron a ayudarla- Gracias, es muy amable de su parte dijo.
-He empacado algunas hamburguesas para que coman en el camino. Sin papas fritas, ya que se pondrian. blandas. Pero muchas papas rellenas anunció la Sra. Jones mientras llegaba con dos bolsas llenas de comida..
-Gracias–les dije a ambas hermanas. Y sabían que no solo les estaba agradeciendo por la comida.
-Ha sido un placer, Amie dijo la Sra. Jones. Mientras le entregaba la comida a Finlay, me dio un abrazo y su
hermana hizo lo mismo.
Capítulo 16-2
-No te olvides de nosotros. Mantente en contacto–dijo Jessie, dándome un abrazo..
-Lo haré. Y pon tus cosas en orden y pidele salir antes de que tenga que enviar a alguien a darte una lección
le dije. El me sonrió. Luego fue el turno de CeCe. Nos abrazamos durante un buen rato y prometimos mantenernos en contacto, y ella prometió cuidar de Jessie. Le devolvi la llave de mi apartamento a la Sra. Andersen y me subi al asiento del pasajero del Volvo, Finlay ya estaba sentado en el asiento del conductor.
-¿Estás bien? -me preguntó.
In dije.
-Lo estaré le dije.
-¿Lista para ir a casa?
-Más que lista -asenti. Era la verdad. Aunque era agridulce despedirme de mi vida anterior, estaba emocionada por comenzar la nueva. Saludé a mis amigos mientras nos alejábamos. El coche olin a comida
frita y café. No eran los peores olores para estar rodeada. Condujimos en silencio por un rato. Creo que
Finlay me dejó disfrutar del momento y lo aprecié.
-¿Quieres una dona? -pregunté finalmente.
-Nunca rechazo productos horneados fritos–dijo. Sonrei y saqué una de la bolsa y se la entregue. -Medow y tia Matilda han estado ocupadas planeando tu ceremonia de sangre. Te lo explicarán esta tarde. Si sientes que es demasiado o no te gusta algo, solo diselo. No se ofenderán me dijo. Sonrei mientras mordía mi
propia dona.
-Estoy segura de que me gustará. ¿Cuándo está planeada?
–
Mañana. Me observó de reojo como si temiera que fuera a objetar.
-Suena bien. Estoy deseando que llegue. Se relajó y sonrió.
-También la manada, deberías escuchar lo emocionada que está Cadence–me dijo Finlay con una risa. Se sentia bien saber que la manada estaba deseando aceptarme.
-¿Ninguna objeción o sospecha de nadie? -pregunté.
-No. Hiciste una impresión excelente en todos dijo. Tomó un sorbo de su café y suspiró felizmente. Lo habi a extrañado, aunque hablábamos por teléfono todos los dias. Pero habia extrañado su aura calmante y su limpio aroma a pino. Sabia que necesitaba ser cuidadosa. No podía dejar que yo o mi lobo nos apegaramos. demasiado. Finlay encontraria a su compañera, y cuando eso sucediera, necesitaría poder aceptarla como mi Luna, Solo me aseguraria de que mantuviéramos las cosas a un nivel amistoso. Alrededor de la mitad del camino, Finlay anunció que habia enlazado mentalmente con Sam y era hora de comer. Aparcamos en unas mesas de picnic al lado de la carretera y sacamos las hamburguesas y las papas rellenas.
-Entiendo por qué pasaste cuatro días comiendo en ese restaurante si esta es la comida que sirven -le dijo Sama Finlay. Todos nos reimos. Senti a mi lobo relajarse. Reconocía a sus nuevos miembros de la manada y disfrutaba la oportunidad de restablecer la conexión social que ambos habiamos construido durante nuestros tres dias en la manada. Noté que Finlay parecia muy complacido con algo.
-Puedo conducir ofreci al volver a los coches.
No va a pasar–me dijo Finlay.
-¿Qué te tiene tan contento? -pregunté después de haber estado conduciendo por un rato.
contento?-pregunté
-Me gusta cuando un plan se concreta. Estoy consiguiendo un nuevo miembro de la manada, uno fuerte. Nos
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ayudarás a construir una manada más fuerte y disfruto de tu compañía. Creo que tengo todo el derecho de sentirme contento–me dijo. Me rei de su honestidad.
Si lo pones asi, diría que tienes razón -asentí y me relajé.
Tú también pareces contenta–comentó.
Tengo un lobo. Estoy a punto de tener una manada y un nuevo trabajo emocionante. Y creo que me estoy haciendo amiga de mi Alla. Diria que tengo tanto de qué estar contenta le dije. Él se rió.
Cierto. Es un buen día asintió. Llegamos a la casa de la manada un par de horas después. Finlay y yo habi amos pasado el tiempo hablando y bromeando. Así que cuando sall del coche, mis piernas se sentian un poco rigidas, pero estaba relajada. Me tomé un momento para oler mi entorno y estaba tan ocupada disfrutando del momento que no vi el proyectil que venía hacia mi.
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