Capítulo 14-1
El desayuno se sirvió más tarde el dia después de la luna llena. Todos necesitaban dormir un poco más, y yo no mne opuse. La conversación alrededor de la mesa cuando nos sentamos a comer se centró en mi y en mi transformación. Todos querian saber cómo se sentia y decirme que me había visto ferox. Fue un poco embarazoso, pero hice mi mejor esfuerzo para escucharlos. Cuando terminamos, Finlay me preguntó si estaba lista para nuestra charla. No vela el punto de posponerla; lo habla decidido la noche anterior.
Vamos a mi oficina en mi casa. Nos dará algo de privacidad -dijo, lanzando una mirada significativa al resto de las personas alrededor de la mesa. Todos parecian no tener Idea de lo que estaba hablando. La casa de Finlay estaba al lado de la casa de la manada. Era una casa de dos pisos de buen tamaño con tejas oscuras y esquinas de piedra. Tenia un pequeño porche que daba al camino de entrada de la casa de la manada. Me
mostró el interior y traté de no ser demasiado obvin al intentar mirar todo. El interior era acogedor, pero no tenia ninguno de los recuerdos que esperaba. Me recordó a mi madre haciendo bromas sobre cómo el apartamento de mi padre habia estado prácticamente vacio antes de conocerla. Segui a Finlay hasta una oficina. Parecía mucho más personal que la sala de estar. Supuse que pasaba más tiempo en su oficina que en el resto de la casa. Tenia estanterias en dos de las paredes, un escritorio frente a las ventanas que mostraban su jardin y el arroyo más allá. Había una mesa con seis sillas alrededor y una pizarra en la pared. En la esquina, habia dos sillones. Finlay los señaló y me senté en uno de ellos. Era increiblemente cómodo, y me
hundi en él.
-¿Entonces?-dijo mientras se sentaba en el otro.
-¿Quieres mi decisión? -pregunté, burlándome de él. Sonció.
-Si, la quiero.–Asenti y me puse seria.
-Aceptaré tu oferta con gusto le dije. Su sonrisa se amplió y se iluminó.
-Sabia que lo harías. Me alegra que lo hayas hecho.
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-Pero necesito ser útil para la manada. Estoy acostumbrada a trabajar y no me va bien no tener cosas que
hacer–anadi. El asintió.
-Todos contribuyen a la manada–me dijo. Ya sea teniendo un trabajo fuera de la manada o ayudando con las tareas conjuntas, todo es apreciado. Asenti. Creo que tengo otra tarea en mente para ti, si crees que
estás a la altura.
-Eso despertó mi curiosidad -dije. Él se rió.
-Me gustaría que te unieras al liderazgo de la manada y trabajaras con nosotros para mejorarla. -Me quedé
atónita.
-Pero no hay vacantes–señalé-. Tienes a tu Beta y Gamma.
Si, y no voy a reemplazarlos. Pero tengo la sensación de que has tenido mucho más entrenamiento para asumir esos roles que el resto de nosotros. Para decirte la verdad, en nuestra antigua manada, aquellos que no eran preparados para asumir un rol en el rango superior, no se les permitia participar en ninguna de esas actividades. Hasta ahora hemos improvisado con la ayuda de lo que nos parece correcto y los consejos de mi tia. Te voy a ofrecer el rol de asesora de la manada. ¿Qué piensas? -¿Qué pensaba? Era cierto que habia pasado mucho tiempo con mi padre y mis tios mientras hacian su trabajo. Y había escuchado a mi hermano a James cuando hablaban sobre su entrenamiento. Mi tio Jonas y mi padre me hablan dado tareas, ya que disfrutaba organizando horarios y haciendo planes.
-Puedo intentarlo. Podemos ver si mi conocimiento puede ayudarte a ti y a la manada -le dije. Él asintió.
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Y necesitaré que alguien me lleve de vuelta a la ciudad para poder dar mi aviso y empacar mis cosas–funció
el ceño pero asintió,
Podemos regresar hov. Te ayudaré a empacar y si no tienes espacio en tu coche, podemos poner el resto de tus cosas en el mio -sugirió.
Lo aprecio. Mis vacaciones terminan mañana y no puedo simplemente irme. CeCe y la señora Jones merecen más que eso. Necesito entregar mi renuncia y trabajar hasta que la señora Jones encuentre un reemplazo le dije. Pude ver que no le gustaba. Lo pensó por un momento.
Está bien, entiendo que tienes obligaciones que no puedes simplemente abandonar. Eres leal, es una buena cualidad. Te llevare de vuelta hoy y luego me llamarás cuando hayas hablado con tu jefa y arreglaremos cuá
ndo puedes regresar a casa.
Puedo hacer el viaje de regreso sola. No tengo tantas cosas y mi coche es más que capaz de llevarlo todo-
dije. El negó con la cabeza.
-Me llamarás y enviaré a alguien insistió.
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Capítulo 14-2
-Si, Alpha–dije. Finlay me miró cuando usé su titulo como mi Alpha por primera vez. Luego apareció una sonrisa en su rostro y asintió.
-Bien. Eso nos lleva a tu ceremonia de sangre. ¿Quieres esperar hasta la próxima luna llena? -preguntó. La ceremonia de sangre era el ritual que se realizaba para convertirse en parte de una manada en la que no habí as nacido.
-¿Podríamos hacerlo antes? Mi lobo se siente inquieto sin una manada, y supongo que empeorará cuando regrese a la ciudad. No quiero prolongar su sufrimiento más de lo necesario–le dije honestamente,
-Podemos hacerlo tan pronto como regreses. ¿Crees que eso será suficiente? También podemos hacerlo antes de que te vayas–ofreció.
-Creo que sería peor hacerla parte de la manada y luego hacerla irse. Pero tan pronto como regrese suena
bien.
-Déjame saber si se sale de control cuando estés fuera. Incluso antes de la ceremonia, soy tu Alpha, quiero que sepas que siempre puedes contar conmigo.
-Gracias, lo haré.
-Bien. Ahora, al siguiente tema. Arreglos de vivienda. ¿Estás pensando en construir una casa? Hay mucho espacio en el pueblo me dijo. No había pensado en eso. Y no era una decisión que quisiera tomar a la ligera.
-Estoy feliz de tomar una habitación en la casa de la manada por ahora–dije. Él asintió.
-¿Te gusta la habitación en la que estás?
-Es una habitación increible -dije.
-Entonces decidimos que será tuya–decidió.
-Gracias, Alpha.
-Creo que eso es todo por ahora. ¿Tienes alguna pregunta?
-No, no tengo preguntas por el momento.
-Bien. Si surge alguna, Ilámame o mándame un mensaje. ¿Qué te parece si vamos a la casa de la manada y le decimos a todos que te quedas? Luego deberíamos ponernos en camino–me dijo.
-Suena bien. -Caminamos de regreso a la casa de la manada. Martin, Sam, Medow y Matilda nos esperaban
en el vestibulo.
-¿Entonces?-preguntó Medow.
Entonces ques
-bromeó Finlay. Los tres lobos más jóvenes gimieron, pero Matilda sonrió.
-Me quedo confesé. Hubo un fuerte vitoreo, y me encontré en medio de un abrazo grupal.
-Sabia que lo harias. Esto será increible me dijo Medow.
-¿Le preguntaste sobre lo que hablamos? -preguntó Sam. Finlay se rió..
-Lo hice, y aceptó el puesto de asesora le dijo al grupo. Tanto Martin como Sam parecian complacidos.
-¿Qué estamos esperando? Vamos a saquear el congelador y tener una fiesta de helados para celebrar- sugirió Sam. Le sonrei.
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-Necesito regresar a la ciudad por un tiempo. Necesito arreglar mis asuntos y empacar mis cosas expliqué.
La llevare alli y regresaré de inmediato–explicó Finlay.
-¿Vamos a enviarla sola?-preguntó Martin.
-Ove, lo haces sonar como si me estuvieran enviando a un campamento enemigo. Es un pequeño y tranquilo pueblo donde he vivido durante cuatro años y donde tengo amigos. Estará bien–prometi.
-¿Pero qué pasa con tu lobo? Necesita correr–señaló Medow.
Estoy segura de que Amie estará de vuelta mucho antes de que In necesidad se vuelva urgente
Matilda.
-Diosa, si estuve de acuerdo.
-Me aseguraré de que la manada lo sepa–ofreció Martin.
-les dijo
-Y si conozco a mi compañera y a tu tía, ya estarán planeando algún tipo de fiesta de bienvenida -dijo Sam, besando a Medow en la mejilla.
-Estoy deseando que llegue les dije, y descubri que era la verdad. Solo subiré a la habitación y tomaré las
llaves de mi apartamento le dije a Finlay. Él asintió.
Antes de darme cuenta, estábamos de camino de regreso a la ciudad en la que habia pasado cuatro años
tratando de construir una vida. Era extraño que sintiera que las tierras de la manada eran más hogar después de tres dias, que la ciudad jamás lo había sido.
-¿Vas a estar bien? -me preguntó Finlay mientras nos acercábamos. Hablamos pasado la mayor parte del
viaje en un cómodo meio-. Sé que nosotros, yo incluido, nos entusiasmamos demasiado cuando pensamos
en que te unas a la manada. Olvidamos que tienes una vida fuera de la manada y necesitas despedirte de ella.
-Está bien. He hecho algunos amigos increíbles. Pero no se puede comparar con estar en una manada. No me
di cuenta hasta que pensé en regresar. Pero siento que estos cuatro años han sido un período de espera en
mi vida. Ha estado bien, pero estaba esperando algo más.
-Nos estabas esperando a nosotros–dijo, como si fuera lo más natural del mundo. Tal vez lo era. Cuando la
ciudad apareció a la vista, se veía diferente. Más pequeña y solitaria, Finlay me llevó casi hasta el punto en que su camioneta rozaba las escaleras de mi apartamento.
-Gracias por el viaje le dije.
–
-¿Ni siquiera me vas a invitar a un café?-bromeó. Me rei y le di un golpe en el brazo.
-Necesitas regresar a la manada. Ya he tomado demasiado tiempo..
-Está bien. Pero mantente en contacto, Red. Volveremos para asegurarnos de que llegues a casa a salvo –
dijo. El nuevo apodo me sorprendió, pero no lo odié.
-SI, Alpha. Y va en ambos sentidos. Déjame saber que llegas a casa a salvo.
-¿Miedo de que me lastime? – preguntó..
Más bien tengo estándares. Necesito saber si alguien más se hará cargo de la manada y si puedo soportarlos como mi Alpha.
-Ay, me siento un poco herido.
-Sobrevivirás. Conduce con cuidado, Finlay. Y gracias por insistir en que viniera a visitar–dije y abri mi
puerta.
Las mejores cuatro cenas y desayuno en los que he gastado dinero, Red–me dijo antes de irse. Verlo irse me hizo sentir extrañamente vacia. Luego me encogi de hombros y entré en mi apartamento para hacer una lista de cosas que necesitaba hacer antes de poder irmie,