Libro 2 | La fabulosa vida de Jay Capítulo: 18
Jay
Quería que Evan revelara su orientación, pero no así. Todo esto había sido mi culpa. Nunca
debí haber besado a Tristan. Por mucho que lo odiara por el dolor que me había causado, caí
en la maldita atracción que sentía hacia él.
Esa atracción no era amor, era lujuria. Y la lujuria te mataba cuando era lo único que sostenía
una relación. Me dejé llevar por la estúpida lujuria, más bien por los recuerdos de lo que
alguna vez había sentido con Tristan.
Vi a Evan y Laura entrar en la cafetería. Mi corazón se encogió al notar el dolor en los ojos de Evan, obligado a decirle a su madre que era gay.
Evan no estaba listo para eso. Debería haberlo hecho a su manera, no ser forzado a admitirlo.
-Olvídalo, Jay. Él no es bueno para ti -comentó Tristan.
-¿Bueno para mí? ¿Como tú dices que lo eres? -le solté con dureza.
-Soy mejor que él. Te conozco, sé cómo excitarte y hacerte sentir bien -respondió, con ese
tono arrogante que tanto me molestaba.
-Sí, sentirme bien. Me hiciste sentir tan bien que me enamoré de ti. ¡No podíamos dejar que nadie lo supiera porque molestaría a tu esposa! -le grité.
-Jay, por favor, baja la voz -pidió en un susurro.
-Eh, estamos al aire libre, por si no te diste cuenta. Pensé que dijiste que estabas divorciado -repliqué con ironía.
-Lo estoy, pero mi exesposa y yo tenemos personas que no saben por qué nos divorciamos
murmuró, esquivando mi mirada.
-Oh, así que no quieres que la gente sepa que te divorciaste porque eres gay, ¿o es que eres bi? Estabas teniendo sexo con tu esposa mientras tenías sexo conmigo -espeté con desdén.
-Jay, vamos, eso fue en el pasado -intentó justificarse.
-Sí, nuestro pasado casi me mata -solté con amargura.
-No seas tan dramática -bufó.
-¿Dramática? ¡Vete al diablo, Tristan! ¡Estaba terriblemente enamorado de ti! Me usaste como tu sucio secreto. No podía soportarlo. Me rompiste cuando me dijiste que nunca
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dejarías a tu esposa, ni siquiera por mí. La imagen era importante para ti y nunca podrías ser visto en una relación conmigo en público. ¿Sabes lo que malditamente hice? -grité, sintiendo cómo la ira y el dolor me ahogaban. Tristan se quedó callado, sin saber qué responder. Su silencio solo avivó mi rabia-. ¡Me tomé un maldito frasco de pastillas para dormir con una botella de tequila! Si Mitzi no me hubiera encontrado cuando lo hizo… ¡Intenté matarme! Estaba tan enamorado de ti que me destrozó saber que no me amabas lo suficiente como para estar conmigo más allá de la sombra de un secreto -solté entre lágrimas.
Le lancé una última mirada llena de desprecio y me giré hacia la ventana de la cafetería. Allí estaban Laura y Evan, hablando. No quería seguir en ese lugar. Me di la vuelta y caminé hasta
mi coche. Necesitaba alejarme de todo esto.
Evan
Antes de ir a buscar las bebidas para mi mamá y para mí, miré por la ventana de la cafetería para ver si Jay y su amante seguían afuera. Parecía que Jay le estaba gritando. Me giré para
ir al mostrador a buscar las bebidas. No quería ver a Jay reprender a su novio por ser
descubierto.
Sabía que no tenía derecho a estar tan molesto con Jay. No éramos pareja, ni siquiera
estábamos saliendo, pero me dolió verlo besar a ese tipo. Lo que más me lastimaba era que Jay no me hubiera dicho simplemente la verdad.
Habría preferido que fuera honesto conmigo y admitiera que tenía a alguien, incluso si solo era algo casual. Sentí celos, dolor y rabia al mismo tiempo cuando lo vi besando a ese
hombre.
Regresé a la mesa y le entregué a mi mamá su latte.
-Mamá, ¿qué haces aquí? -pregunté.
-Aunque parezca increíble, vengo mucho por aquí a esta hora porque este lugar tiene los mejores chai tea lattes. Creo que podría tener un trabajo de verano para Keira y necesito esto -respondió, levantando su taza-. Estoy revisando algunos números, 1uiero ver si puedo
contratar a Keira para la boutique que estoy abriendo. Necesita el dinero para la universidad, y
su mamá no la va a ayudar porque eligió ir a Florida State -explicó.
-Ya veo -murmuré, mirando el latte que tenía en las manos.
-Evan, mírame -pidió mi mamá.
Levanté la vista hacia su rostro.
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-Te amo. Eres mi hijo. Sería una hipócrita si tuviera una amistad con Jay y Mitzi
aceptara a mi propio hijo -aseguró.
Cerré los ojos, dejando que sus palabras calaran en mí.
y no
-Cariño, dime, ¿desde cuándo sabes que eres gay? Siempre parecías salir con chicas
preguntó con suavidad.
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-Creo que siempre lo supe, solo me he estado mintiendo a mí mismo. Claro, he estado con
chicas, mamá, pero… -respondí, dudando.
—Pero ¿qué, cariño? —insistió.
-Digámoslo así: en las películas de los Vengadores, yo fantaseaba con Thor, mientras que
Austin y Adam lo hacían con Black Widow -confesé con una sonrisa cansada.
Mi mamá sonrió y extendió la mano sobre la mesa para posar la suya sobre la mía.
-Sé que esta no es la forma en que pensabas decírmelo, pero me alegra haberlo descubierto. Admito, sin embargo, que estoy confundida sobre por qué le estabas gritando a Jay por besar a alguien comentó con curiosidad.
-Mamá… -Suspiré antes de continuar-. La verdad es que en realidad llegué la noche antes de la graduación de Adam. Me registré en un hotel y fui a un bar gay. Nunca he estado con un hombre. Me atraen los hombres, pero jamás he estado realmente con uno. Conocí a Jay esa noche en ese bar. No pasó nada, pero aquella cena de graduación no fue la primera vez que lo
- vi.
-Ya veo… Te gusta Jay, ¿verdad? -preguntó con perspicacia.
-Sí, cuanto más lo conozco… No sabía que tenía a alguien. Nunca me dijo que tenía novio, y me dolió verlo besarlo justo ahora -admití.
-Jay no tiene novio ni está saliendo con nadie -aclaró mi mamá-. Ese chico es su ex, y por lo que sé, le rompió el corazón. Sé que lo viste besándolo, y eso no puedo explicarlo. Tendrás que preguntarle a Jay sobre eso, pero, hasta donde sé, no tiene intenciones de volver con él.
