Capitulo 17
Les das desques de descubrir que estaba embarazada estaban llenos de
Por primera vez en años senti que podia respirar. Travis estaba tras las rejas, el pasaco finalmente quedaba atras y yo estaba construyendo un futuro con
Todas las mañanas, Preston se despertaba antes que yo, asegurandose de que tuviera el cesayuno listo y la casa estuviera llena de flores frescas. Era casi comico lo protector que se habia vuelto.
“Necesitas agua? ¿Estas comoda? ¿Debería traer otra almohada?“. preguntaba, con el ceño fruncido por la preocupación.
Merel y sacudi la cabeza. “Preston, estoy bien. Estoy embarazada, no frágil“.
Pero en secreto me encantaba.
Travis, sin embargo, no estaba dispuesto a soltarme.
Comentaron a llegar cartas a la finca, cada una pidiendo verme.
Zoe, necesito hablar contigo. Por favor. Al menos, ¿me ves? Perdoname.
Los rompi sin leer más.
Cuando no podia comunicarse conmigo por cartas, me enviaba mensajes a
través de conocidos en común.
Felicitaciones por el bebé, decia uno.
Otre lecture, se que me odias pero tal vez podríamos vernos. Te echo de
menos
Cada uno de ellos me revolvía el estómago de la ira. ¿Qué quiere? Dejé claro que ya no lo queria. Los ignore todos y tiré cada mensaje a la basura sin pensario dos veces
Preston, como siempre, estabs a mi lado. No me permitió estar sola ni u momento, equilibrando su trabajo con cuidarme.
Por la noche, cuando el trauma se apoderaba de mi y los recuerdos amenazaban con abrumarme, me abrazaba fuerte y me susurraba suavemente hasta que me quedaba dormida
“Estás a salvo“, decia. Te tengo“.
Y siempre lo hacia
15 12 Sat, 15 Mar
En una de mis citas con el médico, finalmente recibimos la noticia.
“Es un niño“, dijo el médico, sonriendo mientras señalaba la pantalla.
Miré a Preston, con lágrimas acumulándose en los ojos.
-Un niño -susurré.
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Preston sonrió y apretó con fuerza la mano que yo tenía sobre la mía. Vamos a tener un hijo.
Pasamos el resto del día en un estado de excitación, hablando de nombres y de cómo podría ser su aspecto. Preston insistía en que se parecería a mí, mientras que yo bromeaba diciendo que probablemente heredaría la terquedad de Preston.
El fin de semana siguiente fuimos a comprar ropa para el bebé.
El centro comercial estaba bullicioso, repleto de familias y parejas, y las risas resonando en las paredes. Por primera vez en lo que parecía una eternidad, me sentí normal.
Miramos pequeños monos y zapatos de bebé, riéndonos mientras Preston sostenía las prendas y hacía caras exageradas.
“Éste“, dijo, levantando una pequeña camiseta azul que con “Pequeño Héroe de Mamá” impresa.
Me reí. “Vas a coonsentirlo, ¿no?”
-Por supuesto -respondió Preston sin dudar.
Estábamos tan absortos en nuestra felicidad que no me di cuenta del hombre acechando detrás de mi hasta que fue demasiado tarde.
Una mano me agarró el brazo y me tiró hacia atrás con tanta fuerza que tropecé.
-No grites -susurró una voz en mi oído.
Me quedé paralizada, con el corazón acelerado al darme cuenta de lo que estaba pasando. El hombre tenía un arma y me estaba arrastrando hacia unal esquina de la tienda..
-¡Zoe! -La voz de Preston atravesó el pánico, pero el hombre apretó su agarre sobre mí.
-¡Quédate atrás! -gritó el hombre, agitando el arma frenéticamente.
Todo a mi alrededor estaba borroso: los gritos de la gente, el caos de los pasos mientras los compradores se dispersaban en todas direcciones.
15:12 Sat, 15 Mar
-Déjala ir -dijo Preston.
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-¡Quédate atrás! -gritó de nuevo el hombre, con la mano temblorosal mientras apuntaba con el arma a Preston.
Podía sentir mi corazón latiendo con fuerza en mis oidos, mi respiración era superficial y errática.
Y entonces, de la nada, se escuchó un fuerte estallido.
El sonido de los disparos resonó por toda la tienda y senti que el agarre del hombre se aflojaba mientras se tambaleaba hacia atrás.
Preston se abalanzó sobre él en un instante, derribándolo al suelo y luchando por desarmarlo.
-¡Corre! -me gritó Preston, pero mis piernas parecían estar arraigadas al suelo.
Se oyó otro disparo y me estremecí, agachándome instintivamente.
Cuando levanté la vista, Preston había sometido al hombre, sujetándolo al suelo mientras la seguridad entraba corriendo.
Pero el alivio fue efímero.
Mientras estaba allí, temblando, sentí que algo húmedo me caía por la pierna. Miré hacia abajo y se me cortó la respiración.
Sangre.
-Preston–susurré mientras el pánico crecía en mi pecho.
Se volvió, sus ojos se abrieron al ver la sangre.
-No -dijo con la voz quebrada mientras corría a mi lado.
Intenté hablar, decirle que estaba bien, pero no me salían las palabras. Mi visión se nubló y lo último que vi fue el rostro aterrorizado de Preston mientras me desplomaba en sus brazos.
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