Capítulo 86
Keira
Después de regresar del viaje a la universidad, Kevin y yo establecimos una rutina en casa. Nos despertábamos, mamá ya se había ido al trabajo, uno de nosotros salía y el otro se quedaba en casa. Esto duró las primeras dos semanas.
Kevin decía que era nuestro tiempo de relajación antes de ir a la universidad. Sabía que necesitaba encontrar un trabajo de verano, así que en mis días libres salía a buscar empleo. Necesitaba dinero para la escuela, pero hasta ahora no he tenido mucha suerte.
Hoy fue diferente al despertar: hoy era el cumpleaños número 18 de Kevin y mío. Ahora
éramos adultos legalmente.
Bajé las escaleras y vi a Kevin desayunando. Me acerqué y lo abracé.
-¡Feliz cumpleaños, hermano gemelo! -dije felizmente.
-Feliz cumpleaños, hermanita -Kevin me respondió y me pasó un sobre con una nota escrita
a mano.
Era solo una nota que mi mamá había escrito en el reverso de un sobre deseándonos feliz cumpleaños. Debo haber tenido una expresión en la cara porque escuché a Kevin hablar.
-Vístete, estoy seguro de que mamá Laura tiene algo especial para nosotros.
Nos dirigimos a la casa de los Cases y Kevin tenía razón. Laura nos recibió y nos llevó al comedor, donde estaban Adam, Evan y Austin. También había dos pasteles de cumpleaños en
la mesa.
-¡Feliz cumpleaños! -gritó Laura a Kevin y a mí.
En uno de los pasteles de cumpleaños decía: “Feliz 1 Kevin“. En el otro pastel de cumpleaños
decía: “Cumpleaños 8 Keira“. Cuando juntamos los pasteles, decía: “Feliz cumpleaños 18
Kevin Keira“.
-Hice el pastel de Kevin de vainilla con relleno de limón. Keira, tu pastel es de chocolate con relleno de fresa. Quería que tuvieran pasteles diferentes, pero especiales, para cada uno de ustedes. Sé que son gemelos, pero quería que cada pastel fuera especial para cada uno –
explicó Laura.
Una lágrima comenzó a formarse en mis ojos.
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-Gracias, Laura, me encanta el mío, el chocolate y la fresa son mis sabores favoritos -le dije,
dándole un abrazo.
Kevin me siguió y también abrazó a Laura.
-Sé que solo son las diez de la mañana, pero ¡creo que comer pastel de cumpleaños en el desayuno es una gran idea en este momento! -dijo Laura.
Laura puso una vela de 1 y 8 en un pastel y otra vela de 1 y 8 en el otro pastel. Encendió las velas en ambos pasteles y todos cantaron el cumpleaños feliz para mí y Kevin.
-¡Pidan un deseo! -expresó Laura emocionada.
Cerré los ojos y solo tuve un deseo, uno que esperaba que se hiciera realidad cuando llegara
el momento.
Adam me tomó por la cintura y me dio un beso.
-Tengo una sorpresa para ti, pero quiero dártela más tarde, en privado -dijo.
Sonreí y respondí:
-Ok.
-Ok, ¿qué sabores quieren ustedes? -dijo Laura después de cortar los pasteles y darme mi
porción de chocolate con fresas y a Kevin su porción de vainilla con limón.
Después de que terminamos con el pastel, Adam me pidió que subiera a su habitación.
-Pensé que te gustaba usar la casa de la piscina cuando querías privacidad -le dije.
-Bueno, sí, pero Evan está viviendo en ella ahora -indicó, y se acercó más-. Además, quiero
besarte sin miedo a una cámara.
-Sí, está eso–respondí riendo.
Mientras subíamos a su habitación, Laura gritó.
-Adam, mantén la puerta abierta. Sé que ya son adultos, pero no hagan travesuras mientras
esté aquí, por favor.
-¿Travesuras? -le pregunté a Adam, y él encogió los hombros y sacudió la cabeza.
Una vez que estábamos en la habitación, miró hacia el pasillo y asintió hacia el baño, indicándome que entrara allí. Entré y él me siguió, cerrando la puerta.
Me abrazó y me dio un gran beso.
-Mmm, feliz cumpleaños, cariño. Estaba deseando hacer esto desde que llegaste aquí —dijo.
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-Tuviste que llevarme al baño, ¿verdad? -Me reí.
-Sí, te dije antes que los baños son nuestro lugar. -Se rio.
Salimos del baño y me hizo sentarme en su cama. Tenía en su mano lo que parecía ser un
sobre de tarjeta.
-De hecho, he estado planeando este regalo de cumpleaños durante un tiempo, y espero que te guste–me dijo Adam mientras me daba el sobre.
Lo abrí y me quedé en shock por lo que había dentro. Era una tarjeta de cumpleaños, pero
dentro de la tarjeta había un certificado casero que decía: “Te vas por tres días y dos noches a
Walt Disney World, todos los gastos pagados“.
-Adam, ¿cómo? Esto es tan caro, joh, Dios mío! -Estaba en shock.
-No te voy a mentir, mis padres ayudaron a pagar esto, pero acordaron que necesitabas un
poco de diversión y como de todos modos vas a Florida, esto te dará un pequeño adelanto de
Florida -dijo Adam.
-Sabes que Kevin y yo nunca hemos ido de vacaciones antes. Mamá nunca pudo pagarlo -le
dije.
-Lo sé. Dijiste que querías que yo fuera tu primera experiencia, así que déjame darte tus
primeras vacaciones -contestó.
-Adam, esto es increíble, gracias -solté, emocionándome.
-Confesión: en realidad iba a usar estas vacaciones para tal vez darte el cuento de hadas en
nuestro primer hotel juntos, pero tú me ganaste ahí -dijo Adam.
-Oh, Dios mío–dije, atrayéndolo para que se sentara a mi lado y poder darle un beso.
Adam
Me encantó ver la expresión de sorpresa de Keira cuando le di mi regalo. Originalmente,
quería hacer de nuestro primer momento a solas un cuento de hadas. Creo que Keira necesita
ser tratada como una princesa. Además, quería tener cada momento especial con ella.
Cuando hablé con mamá sobre hacer este viaje con Keira, ella estaba más que emocionada
porque incluso ella sabe que los gemelos nunca han ido a ningún lado.
Esa es la única cosa que aún no le he contado a Keira: Kevin y Jamie también van. Mi mamá
tuvo que hablar con los padres de Jamie para ver si le permitirían a Jamie compartir habitación con Keira y yo compartiría habitación con Kevin.
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Los padres de Jamie querían ayudar a pagar, pero mi mamá no los dejó. Quería que
gemelos tuvieran un gran 18 cumpleaños.
los
No estaba exactamente emocionado de tener a Kevin y Jamie en el viaje. Realmente quería
estar a solas con Keira. No podía simplemente decir: “Oye mamá, ¿puedes ayudarme a
planear unas vacaciones con mi novia para poder tener relaciones sexuales con ella?”
Keira y Kevin eran gemelos, y no podía darle unas vacaciones sin el otro. Lo único que mi madre no sabía era que no compartiría habitación con Kevin, sino con Keira.
-Entonces, ¿cuándo nos vamos? -me preguntó Keira.
-En realidad, este viernes, en dos días. -Keira tenía una expresión sorprendida en su rostro.
-Mamá…
-Ella lo sabe, mi mamá habló con ella. También necesito decirte que Kevin y Jamie también
van. Técnicamente, este es el regalo de Kevin ya que son gemelos le dije.
-¿Mamá estuvo de acuerdo? -me inquirió.
-En su mayoría, sobre todo porque Kevin y Jamie también van -respondí.
-¡Dios mío, mis primeras vacaciones, nuestras primeras vacaciones! ¡Necesito pensar en qué voy a llevar! ¡Dios mío, gracias! -Keira dijo, dándome un gran beso.
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