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Capítulo 35 

Capítulo 35 

Ella volvió en sí. 

-No los conozco. 

Gerardo pensó un momento y sintió que tenía sentido. Carlota había estado casada los últimos años y seguramente no había prestado atención a lo que sucedía afuera. 

-Inicialmente quería ir a reclamarles, pero esa persona era Daniel Zelaya. Tal vez no lo sepas porque llevas unos años sin trabajar, pero Daniel es el heredero de ‘los Zelaya‘, una de las familias más poderosas que existen, creo que se puede decir que su palabra es ley. Aunque quisiera ir a discutir con él, no hay forma de razonar con alguien así. El dinero y el poder aplastan a cualquiera. 

Carlota bajó la mirada. Era cierto, con Daniel no había nada que discutir. Después de haber vivido tantos años con él, lo conocía mejor que nadie. Daniel era alguien que, cuando se enojaba, no escuchaba a nadie, ese hombre solo seguía su propia voluntad. 

-De todas formas, no es algo tan grave. 

Dijo Carlota con una sonrisa tranquilizadora. 

Alfredo observó cómo aquellos dos desaparecían en la calle antes de jalar a Daniel de un 

brazo. 

-¿Qué te pasa? Me asustaste. No tengo ningún deseo de morir contigo en un arrebato. Si llego a morir así, ¿te imaginas cuántas chicas quedarían destrozadas por mi pérdida? 

Daniel permaneció inmóvil, con el rostro tenso, mirando en aquella dirección sin decir una palabra. Por lo que Alfredo se frotó la barbilla. 

-Parece que iban hacia esos apartamentos, no me digas que ya están viviendo juntos. 

Luego echó un vistazo de reojo a Daniel, quien tenía el rostro aún más sombrío. 

-Ese tipo parece bastante decente… Y parece que trata bien a Carlota. Además, son compañeros de clase, así que se conocen desde hace tiempo. 

-Si tienes tanta curiosidad sobre su relación, ¿por qué no vas y le preguntas? 

Soltó Daniel finalmente, con un tono de voz helado. 

-¿Y cómo voy a preguntarle? No es como si fuera mi… 

Antes de que la palabra “esposa” saliera de su boca, Alfredo sintió una mirada tan intensa que casi lo aplastó. 

-Ah… Tenemos que ir a esa empresa, ¿cómo se llamaba? “Diseño Innovador“, ¿verdad? Está por aquí. Vamos, rápido. 

Solo entonces Daniel dejó que lo arrastrara hacia la entrada del edificio, pero su expresión aún 

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Capitulo 35 

era rígida. 

Mientras tanto, en otra parte. 

Apenas entraron en el departamento, Carlota le sirvió un vaso de agua a Gerardo, pero en ese momento su teléfono sonó. Era de la empresa. 

-Sr. Loredo, regrese rápido. Ha venido una persona muy importante, parece que quiere hablar sobre una inversión. 

-¿Qué tan importante? Explícate bien. 

-Cuando llegue lo verá, pero apúrese, pidieron hablar específicamente con nuestro encargado. 

Gerardo se puso de pie de inmediato. 

-Carlota, ¿por qué no vienes conmigo? Después de todo, ahora serás parte de la empresa. Sería bueno que vayas viendo cómo se manejan estas cosas. 

Ella no vio razón para negarse. 

-De acuerdo. 

Ambos se dirigieron rápidamente a la empresa. Apenas entraron, el asistente de Gerardo los recibió con una expresión de entusiasmo. 

-Ya están esperándolos adentro, Sr. Loredo. ¡Rápido! 

Al ver la emoción en el rostro de su asistente, Gerardo se preguntó quién podría ser esa persona tan importante como para causar semejante revuelo. Sin embargo, en cuanto entraron y vieron a las dos personas sentadas en la sala de reuniones, tanto Gerardo como Carlota quedaron completamente atónitos. 

¿Por qué eran ellos? 

¿Qué hacían aquí, en “DI“? 

Los dos hombres sentados también levantaron la mirada al instante. Sus ojos se encontraron y en su interior, Alfredo no pudo evitar exclamar con asombro: 

“¡No puede ser! ¡Qué coincidencia!”