Capítulo 5
Se abre un nuevo camino
Elena estaba sentada en la mesa de la esquina de la cafetería de lujo, con los dedos
envueltos alrededor de una taza de café caliente. El aroma del
espresso recién hecho llenaba el aire, mezclándose con el suave murmullo de
las conversaciones a su alrededor. Habían pasado tres meses desde que
había dejado atrás a Ryan y su mundo sofocante. Tres
meses desde que había asumido el mayor riesgo de su vida.
Bajó la mirada hacia su teléfono y volvió a leer el correo electrónico.
—Felicitaciones, Sra. Carter-Stone. Nos complace
informarle que su propuesta para Stone Enterprises ha sido
aprobada.
Su corazón latía con fuerza. Era real. Lo había logrado.
Una sonrisa confiada se extendió por sus labios. Ya no era
la mujer a la que le habían dicho que no era nada sin
Ryan. Ahora era una empresaria, una líder, alguien
que había construido algo propio. La satisfacción que
se hinchó en su pecho no se parecía a nada que hubiera sentido antes.
Justo cuando estaba a punto de tomar otro sorbo, una voz familiar
interrumpió sus pensamientos.
—¿Elena?
Elena levantó la vista y vio a Nathan Sterling, un viejo amigo de la universidad
y una de las pocas personas que habían creído en su potencial
mucho antes de que ella misma creyera en sí misma. Vestía un
traje azul marino a medida y su presencia era imponente como siempre.
—¡Nathan! —Se puso de pie y lo abrazó suavemente—. ¿Qué estás
haciendo aquí? —Estaba
a punto de preguntarte lo mismo. Lo último que supe es que
estabas interpretando el papel de la señora Lancaster. —Su voz no transmitía
juicio, solo curiosidad.
Elena se rió y sacudió la cabeza—. Ya no. Me alejé
y, honestamente, fue la mejor decisión de mi vida.
La sonrisa de Nathan se ensanchó. —Esa es la Elena que recuerdo.
Cuéntamelo todo.
Y así lo hizo. Le contó las luchas, las dudas
y, finalmente, el momento en que tomó el control. Nathan escuchó
atentamente, asintiendo en los momentos adecuados. Cuando terminó,
él se inclinó hacia atrás y la estudió.
—Sabes, podría tener algo que podría llevar a Stone
Enterprises al siguiente nivel —dijo—. Hablemos de negocios.
Elena sonrió. Este era exactamente el lugar donde debía estar.