Capítulo 13
Belén no sabía por qué pensaba en todas esas cosas sin sentido, con las mejillas sonrojadas, se apresuró a salir de los brazos de Valentín.
Su voz era tan baja como el zumbido de un mosquito: “Gracias, Valentín“.
Valentín esperó a que Belén se estabilizara antes de retirar sus manos, como si lo que había pasado hace un momento hubiera sido algo casual y no hubiera aprovechado para abrazarla.
Los ojos de Tobi, oscuros como uvas negras, giraban sin parar, mirando de uno a otro, y de repente frunció el ceño, mostrándose un poco descontento.
Belén ya se sentía algo incómoda, al ver la expresión insatisfecha de Tobi, el niño mimado de la familia Serrato, rápidamente preguntó: “¿Qué le pasa a Tobi?“.
Valentín le echó un vistazo y le dio unas palmaditas en los glúteos, diciendo sin mucha emoción: “Probablemente esté triste porque su beso ha sido rechazado“.
“¿Ah?“.
Belén estaba confundida, pero rápidamente comprendió que lo que Valentín llamaba “beso” era lo que había sentido en su rostro, algo húmedo y pegajoso, y se frotó las manos con cierta incomodidad: “Así que eso fue… lo siento, Tobi, me asustaste en ese momento, no es que no me gustara“.
Valentín, sosteniendo al niño en las escaleras, bajó la vista y pudo ver la cabeza de Belén cubierta de pelo.
Sus orejas ya estaban tan rojas que parecían a punto de echar humo, sus dedos rojos del frío se frotaban constantemente, luciendo confundida pero adorable.
Él desvió la mirada sin hacer ruido y le preguntó a Tobi: “¿Quieres salir a jugar?“.
Belén levantó la vista, pensando que él le hablaba, pero luego vio el perfil superior de Valentín envuelto en una luz tierna y cálida, resaltando aún más sus rasgos finos y distinguidos.
La habitual dureza de su rostro se fundía, revelando un lado infantil.
Quizás porque su mirada era demasiado directa, el hombre de repente la miró.
Ella rápidamente apartó la vista, sintiéndose un poco avergonzada por dentro.
No sabía cuántas veces se había quedado mirando a Valentín.
Esperaba que no pensara que ella tenía algún tipo de intención hacia él. Eso sería realmente embarazoso…
“¡Vamos a jugar!“..
“¡Quiero ir a jugar!“.
Tobi parecía muy emocionado por la idea de salir, movió sus manitas y pies al escuchar la
1/2
01.550
Capitulo 13
pregunta de Valentín, mostrando su gran entusiasmo por la aventura.
“Bien, entonces vamos a jugar“. Valentín le pellizcó cariñosamente la nariz a Tobi, personificando completamente la imagen de un hermano mayor amable y complaciente.
Belén permanecía en su lugar, sin saber qué hacer.
Después de todo, Valentín la había salvado, por lo que simplemente irse sin más le parecía de mala educación.
Pero quedarse allí también la hacía sentir estúpida.
Belén apretó los labios, estaba a punto de decir “si van a jugar, entonces me iré“, cuando de repente escuchó la voz de Valentín sobre su cabeza: “¿Te gustaría unirte?“.
Belén se quedó paralizada.
Levantó la vista, viendo cómo los copos de nieve comenzaban a caer, algunos aterrizando en el tejado de la exquisita mansión detrás de Valentín, otros en sus hombros.
Con una ternura difícil de describir.
“Bien“.
Quizás fue la nieve lo que la cegó, o quizás simplemente no quería seguir en la familia Haro, pero aceptó.
Incluso en el fondo, había un leve sentimiento de expectación.
Sería la primera vez que salía con Valentín, y con su carácter tan reservado, ¿a dónde los
llevaría?
Ese sentimiento de curiosidad y anticipación continuó hasta que el auto se detuvo frente a la entrada de la mayor sala de juegos de San Gregorio, donde Belén se encontró con los ojos de dos enormes pero adorables muñecos de gatos, transformando todas sus emociones en excitación y alegría.