Capítulo 42
Tomás escuchó a Melissa llamando a Rolando y frunció el ceño, diciéndole a Rolando: “Es mi chica, ¡está tratando de hacerme enojar! Hace un par de días discutimos, y todavía está molesta“.
Rolando miró a Tomás, que estaba exagerando, y dijo: “¿Ah sí?“.
No se giró a mirar a Melissa, pero si uno observaba con atención, podía notar que sus orejas estaban rojas.
En la segunda mitad del juego, Rolando jugó con especial dedicación… EL Tardio Sol IIumina 42
En la primera mitad, con Tomás enfocándose en él, Ubaldo todavía podía tocar el balón…
Pero en la segunda mitad, Tomás no actuó en su contra, así que no logró anotar ni un sólo
punto.
Porque el balón siempre estaba con Rolando…
Él solo era imparable para cualquier otro.
El juego terminó con un marcador abrumadoramente a favor.
Liceo de las Estrellas perdió de manera desastrosa…
Y el más afectado fue Ubaldo, quien siempre había sido comparado con Rolando de la Escuela
Secundaria Los Andes.
La gente solía ponerlos al mismo nivel. Pero después del juego de ese día, quedó claro… ¡Que
Ubaldo no estaba ni cerca del nivel de Rolando!
Al ver a Rolando anotar, Melissa estaba emocionadísima al margen. Ella admitió que antes había hablado demasiado alto. Nunca había prestado verdadera atención a Rolando ni sabía de su verdadero talento. Ahora se daba cuenta de lo ciega que había estado.
Valeria y Adriana habían organizado un grupo para animar a Ubaldo, pero en ese momento se
encontraban…
Sin palabras.
Al mirar a Melissa, vieron que había elegido el bando de Rolando, donde ya había muchos fanáticos felices.
Melissa estaba especialmente emocionada, observando a Rolando y gritando en voz baja.
Valeria dijo: “Ella ni siquiera debe recordar que pertenece a Liceo de las Estrellas. Por suerte, a Rolando no le interesa, de lo contrario… sería insoportable“.
Justo después de que Valeria terminara de hablar, Rolando, quien acababa de terminar el juego, se acercó a las gradas, justo frente a Melissa.
Al acercarse, las otras chicas comenzaron a gritar.
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Capitulo
Melissa lo miró y dijo: “Eres increíble“.
“Dame una botella de agua“, pidió Rolando.
Su voz era baja y magnética, como el sonido de un violonchelo… Nunca habría imaginado que alguien no sólo pudiera ser tan sobresaliente, sino que también tuviera una voz tan agradable.
La chica más cercana a él rápidamente le pasó una botella de agua, pero Rolando no la aceptó. Miró a Melissa, quien tuvo que tomar la botella y entregársela.
“Eres increíble“, dijo ella con una voz suave. Sin embargo, esas palabras hicieron que la garganta de Rolando se moviera.
Si no estuvieran en la cancha, sino en otro lugar al escuchar esas palabras…
¡Sería inimaginable!
Él la miró y bajo su mirada para beber el agua con grandes tragos.
Tomás, quien había querido impresionar especialmente a Melissa ese día, abrió los ojos de par en par al ver esa escena. ¿Qué estaba pasando?
Había estado tratando de impresionarla todo el día, con la esperanza de conquistarla, pero ahora… Rolando se había adelantado.
Lo más sorprendente era que Rolando nunca mostraba interés por las mujeres. Incluso en los juegos, siempre llevaba su propia agua y evitaba cualquier contacto con las chicas.
No le gustaba que la gente se le acercara y siempre mantenía una distancia prudencial en la escuela.
Pero ahora…
¿Podría ser que Rolando también se hubiera fijado en Melissa?
Esa realización sorprendió completamente a Tomás.
Después de beber el agua, Rolando le dijo a Melissa: “Voy a cambiarme. Nos vemos después de clase para volver juntos“.
Melissa asintió, “Está bien“.
Rolando regresó, y Tomás ya lo miraba con los ojos bien abiertos, “¿En serio… Rolando… tú la conoces?“.
Con toda tranquilidad, Rolando respondió: “Estoy intentando persiguirla“.