Capítulo 92
Era la segunda vez que él la llamaba.
Raquel giró la cabeza: -¿Qué pasa?
De repente recordó: -¿Qué querías preguntarme antes en el auto?
-Atrevido…
Alberto quería preguntarle, pero en ese momento su celular sonó con el sonido de WhatsApp.
Alberto abrió el mensaje. Ana le había enviado una foto.
Era una foto de la infancia de Ana..
Alberto abrió la foto. La pequeña Ana, en su niñez, tenía cierto parecido con Raquel.
Alberto se detuvo. En ese momento, Ana escribió: -Hoy encontré esta foto en el álbum, ¿te acuerdas de cómo era yo en esos tiempos, Albi?
Resulta que se había equivocado. Ana era la niña de la que él había hablado.
Lo único que pasó fue que la Raquel de su infancia se parecía un poco a Ana, lo que le causó la
confusión.
Alberto se sintió algo ridículo. ¿Cómo pudo haber creído que Raquel era la niña de la que
hablaba?
¿Qué había pensado?
Raquel no era ella.
-Presidente Alberto. -en ese momento, Raquel lo llamó.
Alberto levantó la vista: -Nada, voy a ir a ducharme.
-Está bien.
Alberto entró en el baño, y rápidamente se escuchó el sonido del
agua
corriendo.
Raquel lo encontró extraño. ¿Qué era lo que quería preguntarle antes?
Si no iba a preguntar, entonces no importaba.
Raquel abrió su celular, que había estado apagado, y vio inmediatamente los numerosos mensajes perdidos de Laura.
Se sintió reconfortada y rápidamente le envió un mensaje de WhatsApp a Laura para informarle que estaba bien.
Capitulo 92
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Laura respondió al instante: ¡Raquelita! ¡Finalmente te apareces! ¿Sabes cuánto me preocupé?
-Laura, estoy bien. Debido a la tormenta y el viento fuerte, el presidente Alberto y yo estamos atrapados en una pequeña casa de huéspedes.
En ese momento, Raquel notó algo en la mesa del mueble junto a la cama, con una etiqueta de
precio.
Su rostro delicado se sonrojó al instante. Eso no era… ¿un condón?
Ah.
De repente recordó que en muchos hoteles solían tener productos de control de natalidad disponibles. Parecía que esta casa de huéspedes también los ofrecía, pero con un cargo extra.
Y ella, que recién había preguntado ingenuamente qué era lo que se cobraba.
Él evidentemente lo sabía, pero no se lo había dicho.
Tal vez pensó que ella estaba… Preguntando a propósito.
Raquel de repente se sintió incómoda.
Entonces, notó algo más además del condón.
Había algo de tela negra, tejida en una red. Raquel no entendía qué era.
–
Laura, al ver la foto, respondió rápidamente: ¡Raquelita! ¡Mira, qué inocente eres! Esas son medias de red negras.
¿Medias de red negras?
Laura envió un mensaje con una risa traviesa: -Raquelita, ¿te gustan las medias de red negras para el presidente Alberto?
Raquel se quedó sin palabras.
¿Cómo iba a saberlo?
Ding.
Laura envió un mensaje de voz.
Raquel lo abrió y escuchó la emocionada voz de Laura: ¡Raquelita, esta noche ponte esas medias tuyas de red negras para seducir al presidente Alberto!
Mientras escuchaba el mensaje de voz, Raquel se dio cuenta de que la puerta del baño se había abierto en algún momento sin que ella lo notara. Al levantar la vista, sus ojos se encontraron directamente con la mirada del tipo.
