Capítulo 98 Excepcionalmente agotada
Finalmente, Cecilia no tuvo más opción que rendirse por el momento. Quizás debido a la prolongada contienda, se encontraba inusualmente exhausta y sucumbió al sueño. A la mañana siguiente, los rayos solares acariciaron sus rostros.
Natanael abrió los ojos, pensando: «Qué extraño. Jamás había dormido tan plácidamente». Observó a Cecilia, acurrucada entre sus brazos, y su mirada, habitualmente gélida, se suavizó notablemente.
El aire acondicionado funcionaba en la habitación. Al notar que Cecilia temblaba, Natanael extendió su mano para cubrirla con una chaqueta. En ese instante, ella abrió los ojos y, al ver la mirada dulce de Natanael, exclamó:
-Natanael.
Sorprendido, Natanael la observó mientras Cecilia, al recobrar la consciencia, se apartaba de sus brazos y caía pesadamente al suelo. Con un gesto de dolor, respiró agitadamente. Natanael, alarmado, la levantó rápidamente y preguntó:
-¿Cómo me has llamado?
-¿Qué? -Cecilia optó por fingir ignorancia.
Al verla así, Natanael prefirió no insistir. Se incorporó y, con palabras cargadas de sarcasmo, dijo:
-Señorita Sosa, realmente tiene un don para olvidar, ¿no es así?
A diferencia de la mirada amable que tenía al despertar, sus ojos ahora solo reflejaban indiferencia, y su expresión se tornó aún más fría. Cecilia se percató de que había malinterpretado la situación cuando un destello de decepción cruzó su mirada.
Desde que comenzó la universidad, el comportamiento de Natanael cambió drásticamente al unirse al Grupo Rotela. Se volvió particularmente distante, perdiendo la dulzura de antaño. Además, seguramente no se desviaría de su camino en medio de la noche para encontrarla si fuera acosada.
Inicialmente, Cecilia atribuyó su creciente mal humor al exceso de trabajo y la inmensa presión laboral. Sin embargo, luego comprendió que siempre había sido así; simplemente ella no lo había entendido cuando eran más jóvenes.
-Señor Rotela, ayer lo invité a cenar, así que hoy no lo acompañaré a casa -dijo Cecilia, intentando alejarlo de manera indirecta.
Natanael, malhumorado, replicó:
1/3
4:43 pm
Capítulo 98 Excepcionalmente agotada
—¿Estás segura de que quieres que me vaya?
Ante el silencio de Cecilia, el semblante de Natanael se tornó gélido:
-¡Te estoy haciendo una pregunta!
Lectura terminada
Por razones desconocidas, se sentía particularmente irritado cuando Cecilia lo ignoraba. Al notar su molestia, Cecilia habló nuevamente:
-No es eso lo que quería decir. Solo creo que ya es hora de que esté en el trabajo. Hoy no iré a la oficina.
Su justificación forzada solo sirvió para enfurecer aún más a Natanael. Después de marcharse, permaneció sentado en su automóvil, incapaz de encontrar sosiego durante un largo tiempo. Desde su perspectiva, Cecilia parecía haberse transformado en una persona completamente distinta. Ya no era la mujer que no soportaba verlo enojado, que lo trataba con tanta cautela.
Natanael abrió el compartimento de su coche con la intención de tomar un cigarrillo. Sin embargo, al introducir la mano, se percató de que estaba completamente vacío. Los cigarrillos que otros le habían preparado de antemano se habían agotado.
Desde la desaparición de Cecilia, desarrolló ese mal hábito, así como el insomnio. En los últimos cinco años, a menudo no conciliaba el sueño hasta las tres o las cuatro de la madrugada, y en ocasiones incluso debía recurrir a medicamentos. A medida que consumía más y más, su cuerpo desarrollaba una resistencia que hacía necesario aumentar las dosis. Sin embargo, su calidad de sueño seguía disminuyendo. Por eso, la noche anterior el somnífero no lo había afectado tanto.
El médico le informó que su estado podía deberse a un estrés mental excesivo y que necesitaba tomarse un tiempo para relajarse y descansar. No obstante, no podía hacerlo. En cuanto lo intentaba, su mente se llenaba de las palabras sin sentido de Cecilia.
Después de permanecer solo en el coche durante una eternidad, encendió el motor y partió.
Mientras tanto, Viviana se había reunido con Cecilia. Le entregó todos los documentos organizados relacionados con la demanda contra Estela para que los revisara. Mientras Cecilia hojeaba página tras página, se percató de que todas las pruebas eran convincentes. Sorprendentemente, había evidencias de que personal directivo interno de Central Media estaba ayudando a Estela. Las pruebas incluían registros de chats y grabaciones de ellos comprando o pirateando obras ajenas.
-¿Quién te proporcionó esta información? -preguntó Cecilia.
-Me la entregó Jonás, afirmando que el señor Rejala se lo había ordenado -respondió Vivian.
2/3
4:43 pm
M D
Capítulo 98 Excepcionalmente agotada
Lectura terminada
Cecilia se sintió un poco culpable. Durante tantos años, siempre fue Calvin quien la ayudó a lidiar con los problemas. La deuda que tenía con él seguía creciendo.
-Estela se ha vuelto poderosa e influyente. No será sencillo acabar con ella. Sin embargo, estoy segura de que podrás recuperar tu trabajo -concluyó Viviana.
390
3/3
4:44 pm
Liberación de un amor cruel