Capítulo 83 La superestrella de la televisión
La voz de Natanael tenía un tono ronco y magnético. Solo él sabía el grado de incomodidad que había estado soportando en silencio. Sin embargo, no podía seguirle el juego a Cecilia. Necesitaba entender sus verdaderas intenciones.
Cecilia se quedó paralizada, con los ojos llorosos.
-¿No lo quieres? -preguntó con voz temblorosa.
Natanael, convencido de que ella ocultaba algo, cambió abruptamente de tema:
-¿Acaso has malinterpretado algo? Solo te estaba ayudando a recuperar la memoria. Eso es todo por hoy. Es hora de asistir al banquete.
Cecilia pareció afligida. «¿Nuestro beso compartido, que duró al menos seis o siete minutos, no era más que un juego para él?», pensó, pero no mostró reacción alguna. Su mano se apartó sutilmente del cuerpo de él.
Natanael se dirigió al vestidor para cambiarse antes de ir al banquete con ella.
En el evento, tanto Zacarías como Jorge hicieron su aparición. Jorge, al igual que otros padres, buscaba aprovechar esta rara oportunidad para encontrar una esposa adecuada para Zacarías.
—Te digo que si no te portas bien hoy, puedes irte de la familia Sotelo. No necesito un nieto inútil como tú -advirtió Jorge-. Incluso ahora, sigues soltero. Es una verdadera desgracia para nuestra familia.
Zacarías se quedó sin palabras. No era que le faltaran mujeres, pero accedió más por la salud de su abuelo que por convicción propia.
En ese momento, Jorge vio acercarse a Estela, muy arreglada, y le recordó a Zacarías:
-Recuerda que no puedes estar con Estela.
-No te preocupes -respondió Zacarías, quien desde que descubrió que Cecilia había sido su salvadora, había perdido todo afecto por Estela.
Mientras tanto, Félix y Jonás se mezclaban entre la multitud. Al ver a Estela, los ojos de Jonás se ensombrecieron instantáneamente.
Félix, notando su reacción, explicó:
-Esa es Estela Rojas, se rumorea que es la novia del tío Natanael.
-¿Por qué está sola? ¿Dónde está tu tío? -preguntó Jonás, intrigado.
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Capítulo 83 La superestrella de la televisión
เจ
+5 Perlas
Félix, también desconcertado, admitió no saberlo. Luego, ansioso por la aprobación de Jonás, preguntó:
—¿Qué hace falta para que creas que soy el futuro jefe de la familia Rotela? Incluso he hecho que alguien te lleve por toda la mansión.
Jonás, aplacándolo, respondió:
-Ahora te creo.
Félix fue reconocido, pero no sintió la más mínima alegría. Por alguna razón, se sentía como si un niño pequeño lo tratara como a un infante.
Jonás, decidido a librarse de Félix para poder confrontar a Estela por plagiar el trabajo de Cecilia e intentar quitarle a Natanael, dijo:
—Me duele el estómago. Necesito ir al baño. Luego hablamos.
—Entonces acuérdate de buscarme cuando salgas —se apresuró a decir Félix, observando cómo Jonás se alejaba.
Jonás no respondió. Una vez que estuvo seguro de que Félix había abandonado la zona, se abrió paso entre la multitud.
No muy lejos, Estela aún no había visto a Natanael y pensaba en ir a buscarlo. Pero en ese momento, una pequeña figura se acercó y la abrazó.
-Eres la superestrella de la tele, ¿verdad? —preguntó la vocecita.