Capítulo 69 ¿Adónde me llevas?
Inesperadamente, Jonás estaba allí de pic, mirando a Félix con expresión tranquila. Sin andarse por las ramas, Félix fue directo al grano:
-No me gustas. Cuando vuelvas hoy a casa, dile a tus padres que se encarguen la escuela.
Al oír estas palabras, Jonás mantuvo la calma. Se acercó al fregadero y se lavó meticulosamente las manos.
-¿Por qué debería hacerlo? -preguntó con serenidad.
de
que dejes
-¡Simplemente porque soy el futuro heredero del Grupo Rotela y de la Corporación Orión! -declaró Félix con el rostro lleno de orgullo-. Si me ofendes, no sólo sufrirás tú, sino también tus padres. Toda esta escuela está financiada por la Corporación Orión. Ya que te estoy diciendo que te vayas, entonces no tienes más remedio que irte.
Las cejas de Jonás se arquearon ligeramente. «¿Cómo no había descubierto que su inútil padre planeaba entregar la empresa a otra persona?», pensó antes de responder con un simple:
-Oh.
Félix, creyendo que había aceptado, se sintió bastante satisfecho consigo mismo. Sin embargo, entonces oyó a Jonás decir:
-No me voy.
Félix se enfureció al instante. Incapaz de contener su temperamento, levantó el pie, dispuesto a patear a Jonás. Los ojos de este se desviaron hacia él antes de interceptar rápidamente el ataque.
Unos minutos después, las súplicas de piedad de Félix llenaban el baño…
-¿Todavía quieres que abandone? -preguntó Jonás.
-N–No… -respondió Félix entre sollozos.
-¿Me delatarás?
-No…
La cara de Félix había adquirido un aspecto agradablemente redondeado por los golpes. Jonás volvió a lavarse las manos y le advirtió:
-Recuerda que si decides hablar, te pegaré cada vez que te vea.
1/3
4:28 pm
49
Capitulo 69 ¿Adónde me llevas?
+5 Perlas
Félix permaneció en silencio. Desde luego, no denunciaría algo tan humillante como recibir una paliza. Después de todo, iera un hombre!
Mientras tanto, Viviana había atendido una llamada telefónica y se había marchado temprano por unos asuntos, dejando a Cecilia sola entre la multitud. Hacía tiempo que no daba un pasco por Tudela. Como estaban en pleno verano, el tiempo cambió rápidamente y, en poco tiempo, el cielo se había vuelto sombrío.
Poco después, el ciclo ardía con relámpagos y rugía con truenos, dando paso a un torrencial aguacero. Cecilia estaba de pie bajo el alero de una casa cuando un Bentley se detuvo lentamente ante ella.
La ventanilla del coche se bajó, revelando el atractivo rostro de un hombre.
-Sube–dijo Natanael desde el asiento del conductor, sus finos labios apenas separándose para hablar.
Tras un momento de vacilación, Cecilia abrió la puerta trasera del coche.
-No soy chófer. Siéntate delante -indicó Natanael.
Al ver que la puerta trasera no se abría, Cecilia no tuvo más remedio que sentarse delante. En cuanto se acomodó en el coche, giró la cabeza para mirar por la ventanilla.
Por un momento, el interior del coche quedó en silencio. La fuerte lluvia golpeaba contra la ventanilla, pero el interior no se enfriaba mucho. Por el contrario, se sentía inusualmente sofocante.
Natanael conducía en silencio, sin pronunciar palabra. Cecilia miraba la carretera, algo desconocida, sin saber adónde la llevaba. El coche se alejó poco a poco de la carretera principal y tomó un camino más pequeño.
Cecilia miró el camino desolado, recordando de repente dónde estaba ese lugar. Cuando era adolescente, un grupo de jóvenes privilegiados de su colegio la habían conducido y abandonado en este camino desolado.
Aquel día había llovido a cántaros, igual que ahora. Calada hasta los huesos, caminó descalza hasta altas horas de la noche. Fue Natanael quien condujo hasta allí para encontrarla.
Entonces, él era como su faro de luz. Con esmerado cuidado, la subió al coche y la consoló suavemente, asegurándole que no. había nada que temer.
«¿Cómo el chico que una vez fue tan tierno y amable se volvió tan indiferente más tarde?», se preguntó Cecilia. «Tal vez la gente cambie, después de todo…»
Natanael no detuvo el coche. Su visión periférica vislumbró el rostro sereno de Cecilia, lo que le hizo tragar saliva. Cuando empezó a alejarse de aquel lugar, Cecilia se quedó algo
2/3
4:28 pm
- MD.
Capitulo 69 Adonde me llevas?
confusa.
-Sr. Rotela, a dónde me lleva?-preguntó con cierta inquietud en su voz.
