Capítulo 162
Hablando de eso, Jordana no le debía nada, pero él sí le debía a ella.
Como si fuera un carrusel de recuerdos, los eventos del pasado empezaron a desfilar uno tras
otro en su mente.
Hace tres años, justo después de enterarse de que sus piernas quedaron paralizadas debido a un accidente automovilístico, no pudo aceptar esa realidad. Se llenó de desesperación, creyendo que su vida había terminado.
Intentó quitarse la vida en varias ocasiones.
Una vez, se tomó todas las pastillas para dormir que el doctor le había recetado, en un solo intento. Luego, se desplomó en la cama y cayó en un profundo sueño.
En aquel momento, los sirvientes lo trataban como si fuera un fantasma, evitando acercarse a su habitación. Las pocas personas que entraban, pensaban que simplemente estaba durmiendo y no le daban mayor importancia.
Fue Jordana quien, al notar algo extraño, lo encontró a tiempo y consiguió que lo llevaran al hospital para hacerle un lavado de estómago, salvándole la vida.
El doctor dijo que si hubieran tardado un poco más en llevarlo al hospital, habría muerto.
En otra ocasión, pidió a los sirvientes que lo llevaran a la azotea para “tomar un poco de sol“, y aprovechando un descuido, intentó saltar desde la barandilla.
Jordana, sintiendo que algo andaba mal, subió al tejado.
En el momento más crítico, Jordana corrió hacia él y lo agarró de la mano con todas sus fuerzas. Él salió ileso, sin más que un gran susto, pero Jordana se dislocó la mano.
Aparte de estos incidentes, hubo muchos más.
Decir que Jordana le debía una vida, era menos cierto que decir que él le debía a Jordana
varias vidas.
Álvaro se veía pálido, una mezcla de blanco y verde.
¿Cómo se atrevía a decirle a Jordana que ella le debía una vida?
Durante esos tres años, su temperamento fue terrible. Incluso su propia madre lo evitaba, y ni hablar de los sirvientes de la Mansión Luna Azul, quienes preferían rodearle.
Solo Jordana, siempre trabajadora y dedicada, lo cuidaba con esmero.
Y él, en aquel momento, simplemente lo daba por sentado, incluso pensando que Jordana continuaría soportándolo sin quejarse.
Pero nunca consideró que la paciencia de esta también tenía un límite.
Álvaro se cubrió la cara con las manos, colapsando completamente, llorando
1/3
17:38 1
Capítulo 162
desconsoladamente.
“Jordana, por favor, dame otra oportunidad. Realmente no puedo vivir sin ti, no puedo perderte.” Su súplica era humilde, con lágrimas corriendo por su rostro, incapaz de ocultar su
arrepentimiento y lo triste que se encontraba.
Sin embargo, Jordana permaneció impasible, rechazándolo sin dudarlo.
“No puedo.”
Lorenzo le echó un vistazo, apretando la mano de ella.
El calor de su palma envolvía la mano fría de Jordana.
Con Lorenzo a su lado, ella se sentía tranquila, sin una pizca de agitación.
Así, pudo continuar hablando con Álvaro de manera calmada.
“Álvaro, en estos tres años, el hecho de que no me haya enamorado de ti ya dice mucho.
No eres mi tipo y no somos compatibles. Incluso si estuviéramos juntos por obligación, sería
como estos tres años.”
“Me salvaste la vida, y te devolví tres años. Con eso, estamos en paz. Espero que nos podamos despedir en buenos términos y que no me vuelvas a molestar. También te deseo que encuentres tu propia felicidad.”
Tras decir esto, Jordana se sintió aliviada.
Finalmente había aclarado todas las cuentas entre ella y Álvaro, dejando sus asuntos resueltos de una vez por todas.
Sin mirar atrás a Álvaro, Jordana apretó la mano de Lorenzo y se giró.
Álvaro avanzó, intentando agarrar la mano de Jordana para impedir que se marchara.
Sin embargo, de la nada, aparecieron dos hombres corpulentos, vestidos de traje, que se pararon uno a cada lado, imponentes como guardianes, bloqueando su camino.
Jordana, sin girar la cabeza, entró a la sala de espera del aeropuerto.
Álvaro solo pudo ver cómo Jordana se alejaba cada vez más, hasta desaparecer de su vista.
Desolado, las lágrimas comenzaron a fluir incesantemente de sus ojos.
Finalmente entendió que, desde aquella noche en que le dijo a Jordana que se fuera de Mansión Luna Azul, ya la había perdido, sin posibilidad de retroceder.
¿Por qué dijo esas palabras?
Álvaro lloraba sin poder emitir sonido.
Solo podía golpearse la boca frenéticamente, una bofetada tras otra.
2/3
17:38
Se sentía como si el cielo se hubiera derrumbado, en su corazón solo quedaba un arrepentimiento infinito:
Si él no hubiera expresado esas palabras, Jordana no habría abandonado la Mansión Luna Azul.
Y él no habría perdido a Jordana.