Capítulo 486
Aurora había crecido acostumbrada a la pobreza, lo que forjó en ella la virtud de la austeridad. Al enfrentarse a un regalo cuyo valor competía con el de una casa, aceptarlo le resultaba enormemente difícil. Sin embargo, su carácter siempre había sido suave y jamás rechazaba la bondad de los demás.
“Esta vez, lo aceptaré aunque me cueste. Pero la próxima, no puedes comprarme algo tan caro,” dijo al recibir el regalo. Las joyas plateadas resplandecían con una luz fría, haciendo que su piel pareciese aún más blanca y perfecta. Salvador, al verla tan hermosa y al mismo tiempo tan sencilla, sintió como si hubiera encontrado un tesoro, lo que lo hizo rebozar de felicidad.
“Te he dado mi tarjeta con mi salario hace tanto tiempo y nunca te he visto gastar un centavo. Si realmente no sabes cómo darte un gusto, entonces deja que yo lo haga por ti. Si no quieres gastar dinero, yo lo gastaré por ti.” Dijo Salvador.
Aurora, avergonzada, explicó: “El dinero que gano es más que suficiente. No hay necesidad de usar el tuyo.”
Salvador se sintió herido y desolado…
“¿Entonces cuál es el propósito de que yo gane dinero? Aurora, ¿Acaso no me amas? ¿Por qué no puedo sentir tu amor?” El joven parecía un niño suplicando por dulces.
Cuando Aurora levantó la vista, vio los ojos enrojecidos de Salvador y repentinamente se puso de puntillas para darle un beso rápido en los labios, como una libélula tocando el agua.
Después del beso, sus propias orejas se tornaron tan rojas que parecían sangrar.
Sin embargo, Salvador, con esos profundos y misteriosos ojos, finalmente mostró una sonrisa astuta.
A lo lejos, Isaac, quien observaba la escena, se quedó atónito como si una bomba hubiera explotado en su mente, dejándola en blanco.
Ese beso lo dejó sintiéndose increíblemente vacío por dentro.
Parecía haber entendido finalmente que Aurora nunca había sido exclusiva de él.
Ella nunca lo esperaría en el mismo lugar.
Y Aurora, libre de su sombra, era inexplicablemente hermosa y embriagadora.
Salvador, que había notado a Isaac desde antes, tomó la mano de Aurora y caminó hacia él con el propósito de mostrar su amorío.
“Presidente Córdoba, hace tiempo que no nos vemos.”
La mirada de Isaac cayó sobre las manos entrelazadas de la pareja. Debería haber pensado que Salvador era despreciable y calculador. Pero al ver sus manos, tan limpias que parecían inmaculadas, tragó de vuelta cualquier insulto,
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Capitulo 486
“¿Tú y Aurora… están juntos?” Aunque ya lo había deducido, le resultaba tan increíble necesitaba confirmarlo personalmente.
que
Salvador levantó la mano entrelazada con la de Aurora, y dijo: “Presidente Córdoba, ¿Acaso no es obvio que Aurora y yo estamos juntos?”
Isaac se sintió inexplicablemente irritado.
Cynthia no podía creer que el novio de Aurora fuera el muy cotizado Salvador, ni que él estuviera dispuesto a gastar tanto en ella. En ese momento, su envidia hacia su hermana aumentó. Estaba decidida a hacer lo que fuera para romper su relación, confiada en que lograria lo que se propusiera.
Pero cuando finalmente intentó poner su plan en marcha, se dio cuenta de lo difícil que sería. Con la intención de sembrar discordia, dijo: “Señor Nolan, ¿Realmente le interesa mi hermana? ¿Realmente la quieres? Debo decirte algo, aunque mi hermana ha estado casada y tiene un hijo, no puedes menospreciarla.”
Cynthia se mostró con la actitud de una hermana noble y considerada.
Aurora tenía una mirada más oscura que su propio semblante.
Salvador abrazó a Aurora, y acarició su hombro con una mano en un gesto de ternura que desbordaba amor.
Al ver eso, Cynthia se llenó de amargura.
Después de tranquilizar a Aurora, Salvador lanzó un contraataque feroz contra Cynthia. Luego miró a Isaac con una sonrisa burlona, y aunque la conversación entre hombres parecía justa, Salvador no perdió oportunidad de lanzar sarcasmos encubiertos hacia Cynthia: “Presidente Córdoba, he oído que su esposa ascendió de ser la otra, es una mujer de moral cuestionable, y aun así la trata como un tesoro. Su magnanimidad, ciertamente, es algo digno de verse.”
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