Capítulo 179
Con esas palabras, Ainhoa Llorente dejó clara su insinuación: Saúl Montoya era un intruso en aquel lugar. El rostro de Olimpia Montero se tensó visiblemente ante la sutil afrenta.
Sin embargo, Ainhoa no tenía intención de atacarlos directamente. Con una sonrisa calculada, suavizó el momento:
-Aunque no estoy familiarizada con el señor Montoya, hoy tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos. He escuchado que en Cancún hay muy pocas personas que pueden reservar El Salón Real para un evento, lo que muestra que el señor Montoya tiene un futuro brillante por delante.
A pesar de sus palabras conciliadoras, Saúl no pasó por alto el desdén y desprecio que brillaban en los ojos de Ainhoa. La heredera de los Llorente no podía ocultar del todo su desagrado.
Desde la distancia, Esther observaba la escena con interés. Para los demás, podría parecer una charla amistosa entre Saúl y Ainhoa, pero ella conocía mejor la realidad. “¿Cómo podría una chica como Ainhoa interesarse en alguien como Saúl?“, pensó con ironía. Si no fuera por el estatus de Samuel De la Garza, la familia Llorente ni siquiera se habría dignado a aparecer.
-Esther, ¿qué estás mirando? -preguntó Clara Coral con curiosidad, apenas conteniendo su indignación.
La mejor amiga de Esther estaba furiosa. ¿Qué se creían Olimpia y su hijo? Ni siquiera habían tenido la cortesía de saludar a Esther. Y Samuel, completamente absorto caminando junto a Anastasia Miravalle, ignorándola por completo.
El salón rebosaba de la élite observadora, y todos podían notar cómo ni Samuel ni la familia de Olimpia tomaban en cuenta a Esther. Como resultado, nadie se acercaba a conversar con ella. La trataban como si fuera invisible.
-Samu, ¿por qué no vamos a brindar también? -sugirió Anastasia, sosteniendo ya una copa de champán entre sus dedos delicados.
Según las reglas sociales, alguien del rango de Samuel no necesitaba rebajarse a brindar con Saúl. Incluso siendo este el anfitrión, debería ser él quien se acercara a Samuel.
En ese momento, la mirada de Samuel se posó en Esther, quien observaba a Saúl sin mostrar el menor interés en la cercanía entre él y Anastasia. Con el ceño fruncido, tomó la copa de champán de Anastasia y su muñeca:
-Si tú dices que vayamos, entonces vamos.
El rostro de Anastasia se tiñó de rosa ante el contacto.
-¿Vieron eso? ¡El presidente De la Garza y Anastasia se tomaron de la mano! -susurró alguien entre la multitud.
-¿Será esto intencional? ¡La oficial aún está aquí!
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Capitulo 179
-¿Qué oficial ni qué? Todos saben que al presidente De la Garza no le gusta Esther. Yo digo que Esther pronto será historia, jese matrimonio nunca sucederá!
Clara, notando los cuchicheos alrededor, golpeó suavemente el brazo de su amiga:
-¡Oye! Están hablando mal de ti, ¿no escuchas?
-¿Eh? -Esther, quien no había prestado la menor atención a Samuel, finalmente notó cómo este se dirigía hacia Olimpia y su hijo, tomado de la mano de Anastasia.
-¡Este Samuel es el colmo! ¿Qué clase de ocasión es esta? ¡Y anda ahí de manitas sudadas con Anastasia! ¡Me tiene harta! -exclamó Clara indignada.
-Ya déjalo, Clari, ¿quién no sabe que me acerqué a Samuel imitando a Anastasia? No tiene caso que te enojes.
-Esther…
-Mira, mira, se va a armar el buen show–interrumpió Esther con una sonrisa enigmática.
-¿Qué? -Clara se quedó perpleja.
A lo lejos, Samuel y Anastasia se aproximaron a Saúl. Para sorpresa de todos, Samuel tomó la iniciativa de brindar con él. Ante este gesto inesperado, incluso los miembros de la familia Llorente no pudieron evitar dirigir miradas más intensas hacia Saúl, reevaluando su posición en la jerarquía social.
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