Capítulo 47 Sólo un niño
+5 Perlas
Cecilia no tenía ningún desco de provocar a aquel hombre, incapaz de distinguir el bien del mal y que devolvía la amabilidad con enemistad.
-Mis disculpas, cai enferma hace unos años y he perdido la memoria de muchas personas y acontecimientos -dijo Cecilia.
Dicho esto, dio media vuelta y se dirigió de nuevo a su residencia. Zacarías, con su imponente estatura, se quedó helado en el sitio. «¿No se acuerda?», pensó, observando su figura que se alejaba, encontrando difícil soltarla durante un largo rato. Mientras tanto, sus guardaespaldas presenciaban por primera vez al joven en un estado tan distraído. Nadie se atrevía a acercarse a él.
Cuando Cecilia regresó a la mansión, se desplomó exhausta en el sofá. Lo que no sabía era que en ese mismo momento, en el aeropuerto de Eldoria, su mejor amiga, Viviana, ya había comprado un billete de avión con antelación y llegaría a Tudela esa misma noche.
Mientras tanto, Jonás también había conseguido comprar por Internet un billete para el mismo vuelo. Sin llamar la atención, se mezcló con los demás pasajeros y subió discretamente al avión.
A las siete de la tarde, en cuanto Viviana bajó del avión, llamó a Cecilia. Aún no se había dado cuenta, pero detrás de ella iba un niño pequeño, no más alto que una maleta, vestido con ropa deportiva y enmascarado bajo una gorra. El niño arrastraba una maleta aún más grande que él.
A pesar de las miradas curiosas de los demás, Viviana permaneció completamente ajena. Hubo bastantes voces críticas entre la multitud.
-¿Cómo puede una madre dejar que su hijo arrastre una maleta tan grande? -comentó alguien.
-La generación posterior a los noventa de hoy en día realmente deja a uno sin palabras – añadió otro.
-¡Este tipo de persona no merece ser madre! -exclamó un tercero.
—
Viviana no entendía por qué todo el mundo la miraba raro. No fue hasta que resonó la voz sincera pero tierna de Jonás que se dio cuenta de que había ocurrido algo grave.
-Mami–le advirtió-, no deberías hablar por teléfono mientras caminas. Es importante que estés segura.
«¿Qué?», pensó Viviana, perpleja. «¿Desde cuándo tenía un hijo?». Se dio la vuelta y vio a Jonás arrastrando una enorme maleta, con una máscara y un sombrero. Sus ojos, brillantes como la obsidiana, irradiaban inocencia, casi lo suficiente para hacerla dar un pisotón de frustración.
1/3
4:17 pm
Capítulo 47 Sólo un niño
+5 Perlas
Sintió un fuerte impulso de maldecir, pero ¿qué podía hacer? Si Cecilia descubría que su hijo la había seguido en secreto, seguramente se volvería loca.
La multitud del aeropuerto no se dio cuenta. Al oír las palabras del pequeño, se llenaron al instante de una mezcla de dolor y afecto.
-Qué niño tan tierno y sensible–dijo alguien.
-Ojalá fuera mi hijo -comentó otro.
-Es una pena tener una madre tan irresponsable -añadió un tercero.
Viviana se quedó muda. Quería derramar algunas lágrimas, pero no le salieron. Jonás habló con consideración por Viviana:
-No culpen a mi madre. Ha trabajado duro para mantener a nuestra familia ella sola.
Una vez dichas estas palabras, la multitud lanzó miradas compasivas y lastimeras.
-Es madre soltera, qué desgracia -murmuró alguien.
El rostro de Viviana se ensombreció. Levantó a Jonás con una mano, mientras con la otra arrastraba su maleta, abriéndose paso rápidamente entre la multitud.
Jonás no olvidó mostrar su preocupación por ella mientras permanecía en sus brazos.
-Sra. Cazal, ino está cansada? Puedo caminar solo.
Finalmente, Viviana le condujo a una zona menos concurrida. Después de dejarlo en el suelo, se quedó sin aliento.
-¿Cuándo empezaste a seguirme? ¿Sabe Ceci que has venido? -preguntó, agitada.
A diferencia del pánico de Viviana, Jonás estaba notablemente sereno. La miró con sus grandes ojos y le dijo:
-Señorita Cazal, las chicas tienen que tener cuidado cuando salen. Te he seguido hasta aquí y ni siquiera me has visto. Eso demuestra que tu conciencia de la seguridad necesita mejorar.
Viviana pellizcó las mejillas regordetas de Jonás a través de su máscara con sus delgados dedos.
-Querido, responde a mi pregunta exigió.
Los ojos de Jonás se curvaron divertidos.
-¿Qué te parece? -respondió con picardía.
2/3
4:17 pm✡nn
Capítulo 47 Sólo un niño
777
+5 Perlas
Viviana lo supo entonces, aquel joven no era realmente un caballero, sino más bien un lobo con piel de cordero.
-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Viviana, resignada.
Jonás siguió mirándola con sus ojos chispeantes.
-¿Me lo preguntas a mí? Ten en cuenta que sólo soy un niño de tres años que aún no ha
cumplido los cuatro -respondió con fingida inocencia.