Capítulo 142
Clara observó con indignación a Paula alejándose por el pasillo y se volvió hacia Esther.
-¿Por qué la ayudas? ¡Solo quiere usar tu nombre para resaltar! He visto a mucha gente como ella -espetó Clara, quien había detectado de inmediato las intenciones de Paula.
Esther esbozó una sonrisa calculadora mientras ajustaba el cuello de su blusa.
-No es por ayudarla. La necesito para mantener a Samuel a raya -respondió con voz serena.
“Si Samuel se entera de mis tratos con Alfonso, todo se vendría abajo”, pensó Esther con preocupación. “El Grupo Montoya volvería a estar bajo su yugo“.
Un dolor punzante atravesó sus sienes al recordar su vida pasada, donde se había humillado siguiendo a un Samuel que ni siquiera la miraba. Ahora que buscaba alejarse de él a toda costa, parecía más determinado que nunca a no dejarla ir. La ironía de la situación le provocó una sonrisa amarga.
De pronto, las voces excitadas de los estudiantes en el pasillo interrumpieron sus pensamientos.
-¡Miren, miren! ¡El presidente De la Garza está aquí!
-¡Es cierto! ¿Cómo que vino otra vez? Ha estado viniendo bastante seguido estos días.
-Seguramente vino por Anastasia. Escuché que tuvieron una pelea y por eso viene tanto a buscarla.
-¡Qué va! Yo lo he visto buscando a Esther las últimas veces.
-¿A Esther? Pero si el presidente De la Garza la detesta…
Desde su posición junto a la ventana, Esther y Clara observaban a Samuel avanzar con su imponente séquito.
-¿Qué pretende Samuel viniendo una y otra vez? -preguntó Clara asombrada-. ¿El Grupo De la Garza no tiene nada mejor que hacer? ¡Siempre detrás de ti, qué fastidio!
-¿Qué se le va a hacer? Seguramente viene a pedirme explicaciones -respondió Esther, sorprendida por la rapidez con la que Samuel había llegado tras ella.
-¡Vamos! ¡Te acompaño a enfrentarlo! -exclamó Clara, dispuesta a intervenir.
-¡Espera! -Esther la detuvo antes de que pudiera arrastrarla-. Si me llevas así frente a él, sería como gritarle que tenemos algo que ocultar?
-Entonces, ¿qué hacemos?
-¡Sígueme!
Esther tomó a Clara del brazo y se dirigieron en dirección contraria. Los estudiantes en el pasillo las observaban con curiosidad, especialmente porque el lugar estaba repleto de
¿no
Capítulo 142
guardaespaldas del Grupo De la Garza.
Al llegar a las escaleras, un guardaespaldas les bloqueó el paso.
-Señorita Montoya.
-¿Qué sucede? -preguntó Esther con tono indiferente.
-El presidente De la Garza desea verla. Por favor, acompáñenos.
-Dile a tu presidente De la Garza que no quiero verlo -replicó Esther con firmeza.
Intentó pasar, pero el guardaespaldas ya había contactado a Samuel por radio. En cuestión de segundos, la figura imponente de Samuel apareció avanzando hacia ellas con paso decidido.
Clara, exasperada por la situación, no pudo contenerse:
-¿Qué pasa con su presidente De la Garza? ¡Es como un chicle! Esther solo viene a la escuela y él siempre detrás de ella. ¿No les da pena?