Capítulo 132
-¿No has visto el muro de confesiones de la escuela?
-¿Qué muro de confesiones? -Clara frunció el ceño, confundida.
Antes de que pudiera entender de qué hablaba su amiga, Esther le pasó su celular. En la pantalla se mostraba la página del muro de confesiones del INC, donde alguien había publicado varios artículos sobre Esther y Samuel, arrastrando incluso a Anastasia en el
asunto.
“¿Esther en un triángulo amoroso con el presidente del Grupo De la Garza y la heredera de la familia Miravalle?”
Cuando Clara vio ese título, no pudo evitar inhalar bruscamente. Sus ojos se abrieron como platos mientras seguía leyendo: “Esther – la madame de la alta sociedad, la legendaria mujer que juega con tres de los hombres más top?”
-Híjole, qué titular tan descabellado -comentó Clara, observando cómo su amiga mantenía una expresión impasible-. Y tú aquí, leyéndolo como si nada.
Esther apretó los labios, sin atreverse a verbalizar el contenido de esas publicaciones. Todo lo escrito no eran más que especulaciones de extraños, combinadas con técnicas de redacción exageradas para crear chismes sin fundamento.
-¡No manches! -exclamó Clara con una risita nerviosa-. Quien escribió esto podría ser editor de nuestra revista. ¡Mira nada más qué imaginación!
-¡Hola muchacha!
De repente, un chico guapo y tímido se acercó corriendo hacia Esther. El joven, bastante atractivo, sacó una rosa que ya tenía preparada y se la entregó con manos temblorosas.
-¿Tienes novio? -preguntó con voz entrecortada.
Clara suspiró y negó con la cabeza.
-Ay, muchachito, ella ya tiene un prometido. ¿Por qué no mejor le echas un vistazo al muro de
confesiones?
Al oír eso, el joven se quedó paralizado. En ese momento, otro estudiante se adelantó y lo jaló del brazo.
-¿Estás loco o qué? ¿No sabes quién es ella? ¿Cómo se te ocurre declarártele así nada más?
El joven, claramente confundido, palideció al darse cuenta de que la persona frente a él era la famosa Esther, el centro de todos los chismes del INC. Los dos amigos huyeron precipitadamente.
-Mira nada más comentó Esther con una sonrisa irónica-, cuánto poder tiene el nombre Esther aquí. Creo que hasta los perros y gatos del INC me evitarían.
Capitulo 132
-No es necesario evitar a nadie.
Una voz grave y masculina resonó detrás de ella. Esther se giró y se encontró con Alfonso, impecablemente vestido en un traje oscuro.
Clara, quien nunca había visto a Alfonso de tan cerca, contuvo la respiración. Las noticias decían que se había enamorado de Esther a primera vista y que incluso la había defendido en una subasta, ofendiendo a Samuel en el proceso. Clara originalmente no creía en esos rumores, pero ahora que veía a Alfonso en la escuela, comenzaba a dudar.
-¡Es Alfonso! ¡El mismísimo Alfonso! -susurró Clara emocionada, tirando del brazo de su
amiga.
-Presidente Betancourt -saludó Esther con formalidad-, ¿viene a la escuela a hablar de inversiones? ¿Cuándo decidió el presidente Betancourt entrar al campo de la filantropía?
-No vengo a hablar de inversiones -respondió él con una sonrisa enigmática-. Vengo a buscarte.
Con un movimiento fluido, Alfonso tomó el brazo de Esther. Clara ahogó una exclamación de sorpresa mientras los espectadores alrededor solo se atrevían a mirar desde lejos, ninguno acercándose.
Entre la multitud, una mujer observaba la escena con particular interés. Paula Elizondo no podía creer que, habiendo ingresado a la escuela hace solo unos días, Esther también hubiera sido aceptada. Y no solo eso, sino que ya estaba involucrada con personas de la talla de Gabriel y Alfonso.
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