Capítulo 125
Las miradas de los estudiantes se clavaron en Anastasia como dagas tras la reacción desesperada de Marta. Después de semejante escena, ¿quién podría creer en su supuesta inocencia?
-Yo… yo de verdad no sabía -protestó Anastasia con voz trémula, sus ojos verdes brillando con lágrimas contenidas-. Si lo hubiera sabido, jamás habría permitido que hicieran algo para lastimar a la señorita Montoya.
En el INC, Anastasia siempre había proyectado una imagen de refinamiento y bondad. Era difícil imaginar que una joven de tan buena familia pudiera dañar a Esther por celos, y menos aún usando métodos tan bajos.
Sin embargo, con Marta y Mónica ya bajo custodia policial, sus protestas de inocencia sonaban cada vez más huecas.
-Señorita Miravalle -intervino el abogado con calculada frialdad-, no se preocupe, solo fue una pregunta al azar. Sin pruebas, no tenemos forma de pedirle formalmente que responda por
esto.
Siguiendo las instrucciones de Esther para sembrar el miedo en Anastasia, el abogado se dio la vuelta y se retiró, dejando que sus palabras calaran hondo.
El impacto del incidente dejó a Anastasia visiblemente perturbada.
“Si los rumores sobre mí se esparcen por la escuela, ¿cómo me van a ver los demás?“, pensó mientras sus puños se cerraban con frustración.
Había subestimado a Esther, creyéndola una presa indefensa, pero resultó ser un lobo disfrazado de cordero. Era momento de comenzar a planear su contraataque.
Por la tarde, en la residencia De la Garza, la tensión era palpable.
-¡PUM! -el sonido seco de las fotografías golpeando la mesa resonó en la habitación.
-¿Qué significa esto? -la voz de Montserrat cortó el aire mientras señalaba las imágenes esparcidas frente a Esther.
Apenas había puesto un pie en la casa cuando se encontró con el interrogatorio de la matriarca. Las fotos mostraban a Esther en situaciones comprometedoras con Gabriel y Alfonso, las mismas que Marta y Mónica habían exhibido esa mañana en el tablón de anuncios.
-Doña Montserrat, alguien está intentando arruinar mi reputación a propósito -respondió Esther con calma estudiada.
-Para arruinar tu reputación, ¡necesitan tener algo concreto! -espetó Montserrat-. Y ya hice verificar estas fotos, json reales!
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Capítulo 125
La matriarca inhaló profundamente antes de continuar:
-¡Me has decepcionado demasiado! Siendo la prometida del Grupo De la Garza, ¿cómo te atreves a estar tan cerca de gente como Gabriel y Alfonso? Y encima, permitir que te fotografíen y que esas fotos se esparzan por la escuela.
-Doña Montserrat… -intentó explicar Esther.
-¿Acaso no lo entiendes? Todos los que asisten al INC son hijos de familias importantes de nuestro círculo. ¡Estás haciendo que la familia De la Garza quede en ridículo! -Montserrat hizo una pausa, su desaprobación evidente-. Ya te había dicho que no fueras al INC. Tu principal tarea ahora debería ser llevarte bien con Samu, y prepararte para el embarazo y la boda. Y mira ahora, has armado un escándalo. ¿Quién sabe qué dirán los demás?
Esther, consciente de que Montserrat solo velaba por los intereses del Grupo De la Garza, respondió con mesura:
-Ya he llamado a la policía y han detenido a las dos responsables para interrogarlas. Pronto deberíamos tener resultados.
-¿Quién fue? -preguntó Montserrat, su interés picado al oír que ya se habían tomado medidas.
-Fueron dos amigas de la señorita Miravalle.
El rostro de Montserrat se ensombreció al escuchar la mención de Anastasia.
-¡Otra vez esa Anastasia! Como si no fuera suficiente con haber engañado a Samu, jahora hace esto! ¡Qué detestable!
En ese preciso momento, Samuel cruzó el umbral de la puerta. Montserrat, sin perder un segundo, se giró hacia él.
-Samu, ¿me puedes explicar qué está pasando aquí?
El ambiente en la habitación se tornó aún más tenso, mientras esperaban la respuesta de Samuel.
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