Capítulo 122
-¡Claro que sí, presidente De la Garza! No tiene idea, ¡Esther estaba haciendo un escándalo hace un momento! Incluso amenazó con usar su poder para meternos en problemas -exclamó Marta con malicia, deleitándose en el drama sin considerar las consecuencias.
Al ver cómo estas personas se apresuraban a acusarla, una risa fría escapó de los labios de Esther. Sus ojos, usualmente cálidos, se tornaron gélidos como el hielo.
-La verdad es que no sabía que ser la futura señora De la Garza te diera tanto poder–comentó Samuel con tono mordaz, claramente ignorante de los eventos previos-. Esther, realmente no te detienes ante nada.
Clara, con el rostro enrojecido por la indignación, se apresuró a defender a su amiga.
-¡Presidente De la Garza! ¿Acaso sabe lo que ocurrió? ¿Con qué derecho habla así de Esther?
-Señorita Coral -intervino Anastasia con su característico tono dulce pero venenoso-, Samu y yo escuchamos todo claramente. En cuanto a lo que ocurrió, creo que todos tenemos una idea.
-¡Exacto! ¡Fue Esther quien empezó a molestarnos! -saltó Mónica, ansiosa por echar más leña al fuego.
Clara, temblando de rabia, estaba a punto de responder cuando Samuel la interrumpió con voz glacial:
-Esther, ser la futura señora De la Garza no es una excusa para abusar de tu poder. Pideles disculpas.
-¡Samuel! ¡Estás loco! -explotó Clara, su voz cargada de incredulidad-. Esther es tu prometida, ¿y te pones del lado de otras en vez de apoyar a tu propia prometida?
Esther observó a Samuel con una mirada penetrante. Era evidente que había decidido respaldar a Anastasia sin importar el costo.
-Samu, déjalo, no es para tanto -intervino Anastasia con falsa modestia,
-Anastasia, no puedes ser tan buena! -protestó Marta, ansiosa por congraciarse- ¿Ya olvidaste cómo te molesto Esther antes? ¡Anoche te humilló en público y lloraste mucho, fuimos Moni y yo quienes te consolamos!
-¡Te voy a romper el hocico! -rugió Clara, lanzándose hacia adelante.
En un movimiento rápido, Anastasia se interpuso frente a Marta. El golpe de Clara impacto directamente en su rostro, dejando una marca rojiza en su mepila de porcelana.
Samuel frunció el ceño, sus ojos grises oscureciéndose peligrosamente.
-¡Bianca! -llamó, antes de propinar una bofetada a Clara
La expresión de Esther cambió instantáneamente al ver a su amiga agredida. Sin dudario un
Capitulo 122
segundo, levantó la mano y, para sorpresa de todos, abofeteó no a Bianca, sino a Samuel.
El aire se congeló. El tiempo pareció detenerse.
-¡Samu! -chilló Anastasia, palideciendo visiblemente.
El rostro de Samuel se ensombreció aún más. Nadie, jamás, se había atrevido a levantarle la mano, y menos en una situación así.
-Clari, vámonos -dijo Esther con voz firme, tomando a su amiga del brazo.
-Presidente De la Garza… -comenzó Bianca, su rostro tenso.
-¡Esta Esther es demasiado atrevida! -escupió Marta-. ¡Atreverse a golpear a alguien! De verdad, Esther y Clara son como perros locos. ¡Están buscando su propia muerte!
-¡LÁRGATE! -rugió Samuel.
Marta retrocedió asustada, y Mónica, reconociendo el peligro, la arrastró lejos de allí.
-Samu, déjame ver si te lastimó -murmuró Anastasia, acercándose con preocupación.
Antes de que pudiera tocarlo, un papel rasgado flotó hasta aterrizar en la pierna de Samuel. Él se inclinó para recogerlo, revelando un volante lleno de fotografías de Esther y cubierto de insultos.
El rostro de Anastasia se contorsionó en una mueca al ver el contenido. Samuel siguió la dirección de donde provenía el papel hasta el tablón de anuncios, donde aún colgaba un fragmento arrancado.
Su expresión se tornó sombría al comprender la situación.
-Es un malentendido, Samu… -intentó explicar Anastasia, su voz temblando de nerviosismo.
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