Capítulo 106
Jordana se sintió como si hubiera recibido una descarga eléctrica, soltando de repente la
cintura de Lorenzo.
Entre el ajetreo, sus ojos se encontraron con los de Lorenzo, quien la miraba con una sonrisa.
Sus miradas se cruzaron, y como si hubieran sido sorprendidos haciendo una travesura, Jordana se sonrojó hasta las orejas y huyó al baño.
Frente al lavamanos del baño, había un gran espejo.
Lorenzo acababa de ducharse, y en el espejo aún quedaba una capa de neblina.
Jordana limpió la neblina del espejo, y en su reflejo, las mejillas pálidas estaban enrojecidas como si se trataran de los duraznos en marzo.
Jordana se lavó la cara varias veces en el baño hasta que el calor en sus mejillas se disipó.
Cuando salió, Lorenzo ya estaba acostado en la cama, y ella también se metió bajo las sábanas como si nada hubiera pasado.
Lorenzo estaba a la izquierda, y ella se acostó de lado en el extremo derecho, dándole la espalda al hombre, aún sintiéndose tensa y nerviosa.
Justo cuando pensaba en enviarle un mensaje a Eduardo para distraerse, un recordatorio emergió de su teléfono.
[Mañana es el aniversario luctuoso de la abuela.]
El cierto era que Jordana casi había olvidado este evento, pues hacía casi tres años que no visitaba la tumba de su abuela.
Siempre había detestado el otoño, una estación demasiado melancólica.
Yolanda había fallecido en otoño, el año en que Jordana comenzó la universidad.
La partida fue tan repentina que Jordana solo recordaba los días continuos de lluvia otoñal.
Cuando la lluvia cesó, la persona que en algún momento estuvo viva se convirtió en una pequeña tumba, separada por el yin y el yang, sin posibilidad de volver a verse.
Jordana reflexionó por un momento y luego le envió un mensaje a Eduardo.
[He hablado con mi esposo y podría ser cualquier otro día, pero mañana no. Mañana tengo que visitar la tumba de mi abuela.]
Al escribir “mi esposo“, Jordana sintió su corazón acelerarse de nuevo.
Aun así, no pudo evitar lanzar una mirada furtiva hacia un lado, afortunadamente, Lorenzo no estaba mirando.
Eduardo respondió rápidamente al mensaje.
12:48 1
Capitulo 106
[No es mañana, es pasado mañana.]
[Entonces está bien.]
Después de responder a Eduardo, Jordana notó que tenía varios mensajes sin leer en WhatsApp.
Tanto Máximo como Roque le habían enviado mensajes.
Pero no tenía el menor deseo de abrirlos, y eliminó la conversación directamente.
También había un mensaje de Otilia Noriega, al cual echó un vistazo.
[Mañana es el aniversario luctuoso de la abuela, ¿vendrás?]
[Hace tres años que no visito la tumba de la abuela, seguro iré este año.]
[Entonces le diré al anciano con anticipación sobre tu regreso. Avisaré a la familia Soler con antelación para que no vengan. Así no tendremos que cruzarnos con ellos, sería una situación incómoda.]
Jordana respondió con un “De acuerdo.”
Realmente no quería tener ningún encuentro con los miembros de la familia Soler.
Mejor dejar las cosas claras y cortar por lo sano.
Algún día, si casualmente escuchara que les va mal, se contentaría con ser una espectadora que se alegra de la desgracia ajena.
Aun así, tenía que hablar con Lorenzo sobre el aniversario luctuoso de la abuela.
Saliendo de WhatsApp, Jordana se giró, sin atreverse a mirar directamente a Lorenzo, solo observando el techo.
“Mañana es el aniversario luctuoso de mi abuela, ¿tienes tiempo para acompañarme a la antigua mansión y visitar su tumba juntos?”
“Estoy libre.” Respondió Lorenzo sin dudarlo.
“Vale.”
Jordana estaba a punto de voltearse.
Lorenzo extendió su brazo largo, bloqueando su brazo derecho.
“No te escondas de mí, Jordana. Te has movido tanto al borde que una vuelta en la cama y caerás al suelo.”
Jordana se sintió terriblemente avergonzada. “Eso no pasará, duermo muy tranquila.”
Aun así, no siguió moviéndose hacia el borde y se desplazó un poco hacia el centro de la cama. La luz tenue de la habitación bañaba a ambos, que yacían no muy lejos el uno del otro, en un
213
Capitulo 106
silencio donde se podía escuchar caer un alfiler, Jordana podía escuchar la respiración tranquila y profunda de Lorenzo.
Había una sensación de paz y tranquilidad, como si el tiempo se detuviera.
Ella era quisquillosa con las camas, y pensaba que le costaría dormirse en un entorno desconocido, pero apenas su cabeza tocó la almohada, cayó en un sueño profundo.
Escuchando que la respiración a su lado se volvía regular, Lorenzo finalmente se giró hacia ella. Jordana tenía una forma de dormir muy tranquila, con su delgado y pequeño cuerpo
acurrucado de manera instintiva en un pequeño ovillo al dormir.
Dormía profundamente.
Era tan pacífica al dormir, que era imposible esperar a que ella se acercara por iniciativa propia. Lorenzo la miraba con una mirada tierna y cálida, extendiendo sus brazos para acogerla en su abrazo.
No quería seguir esperando, así que decidió tomar la iniciativa.