Capítulo 132
La química entre Liam y Silvia había sido instantánea desde el primer momento, una conexión tan natural y poderosa que terminó catalizando la unión de sus padres. No compartían sangre, pero su vínculo sobrepasaba con creces los lazos biológicos convencionales, demostrando que en las familias, especialmente en las de alta sociedad, el verdadero parentesco se mide más por el afecto que por la genética.
La posición de Silvia en la familia Yáñez era testimonio de este amor incondicional. A sus doce años, ya controlaba el ocho por ciento de las acciones familiares, convirtiéndola en la segunda accionista más importante después de Liam. Su influencia en la empresa era innegable, y nadie se atrevería a cuestionar su lugar en la familia.
Liam, fingiendo indignación, agarró un peluche de la cama y se lo lanzó a su hermana con precisión teatral. “¡Vaya! Después de todos estos años tratándote como a un tesoro, resulta que no soy nada comparado con tu mejor amiga, ¿verdad?” Su voz mezclaba humor y un toque de verdadero reproche. “Ya veo claro que cuando decías que querías un hermano mayor, solo me estabas tomando el pelo. ¡Lo que querías era un compañero de juegos!”
“Cuando eras pequeña, no parabas de seguirme y llamarme ‘hermano‘ a todas horas,” continuó, aumentando el dramatismo de su actuación. “¡Ahora que has crecido y te sientes más independiente, ya no necesitas a tu hermano y prefieres estar con tus amigas! ¿Así que me utilizas y luego me descartas? ¡Vaya, Silvia, eso sí que es jugar sucio!”
La reacción de Silvia fue inmediata y dramática. Se lanzó hacia él, aferrándose a sus piernas como cuando era niña. “¡Hermano, lo siento! ¡Por favor, deja de estar enojado! ¡Eres lo más importante para mí! ¡Nadie puede compararse contigo en mi corazón!”
“Me alteré porque lo de Dante fue una locura,” continuó, su voz mezclando súplica e indignación. “¡Lo que hizo ese hombre no tiene nombre! Hermano, ¡deberías alejarte de él! ¡Te va a mal influenciar! Y cuando busques esposa, asegúrate de no acabar como Dante, ¡porque de verdad que tu mujer puede acabarse yendo!”
Liam apartó las manos de Silvia de sus piernas con una sonrisa que intentaba ser fría pero revelaba su afecto. “Como si tuviera tiempo para buscar esposa. Si tan solo dejaras de causarme problemas, ya sería suficiente para mí. Ya tengo bastante con preocuparme por ti, ¿cómo voy a tener tiempo para otras mujeres?”
La historia de su familia era considerada un milagro en Nueva Castilla. La unión había surgido de forma orgánica: dos niños que encajaban perfectamente en los ideales del otro – ella anhelando un hermano protector, él soñando con una hermana a quien mimar, Sus padres, inicialmente desconcertados por la conexión instantánea entre sus hijos, terminaron descubriendo su propia compatibilidad en el proceso.
Los rumores en la alta sociedad de Nueva Castilla oscilaban entre la admiración y la suspicacia. Algunos murmuraban que Liam había elegido a Silvia como su futura esposa desde su niñez, mientras otros, más cínicos, sugerían que la armonía familiar era una elaborada actuación, típica de las familias adineradas que sabían mantener las apariencias.
Capítulo 132
Liam observó a su hermana con una sonrisa conocedora, detectando instantáneamente el significado oculto en sus palabras. “Entonces… ¿Lydia se fue?”
La sorpresa en el rostro de Silvia fue genuina. “¿Cómo lo sabes?”
La risa suave de Liam resonó en la habitación. Por supuesto que la conocía; años de convivencia le habían enseñado a leer entre líneas. Su comentario sobre “la esposa que realmente puede irse” era demasiado específico para ser hipotético, especialmente considerando la desesperada búsqueda de Dante.
Con un gesto de afecto fraternal, le acarició la cabeza a Silvia. “Mantente alejada de Dante en estos días. Tengo el presentimiento de que va a perder los estribos. Dado que tú y Lydia son cercanas, si él no puede encontrar a Lydia, podría empezar a causarte problemas.”
El desdén en el rostro de Silvia era palpable. “¿Y ahora la culpa es mía? ¿No fue él quien la alejó? ¡Se lo merece!”
La tensión en la habitación reflejaba la complejidad de la situación: una familia unida por elección protegiendo sus lazos mientras observaba el desmoronamiento de otras relaciones a
su alrededor.
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