Capítulo 453
“Andrés, tú te metiste en este lío. Tú mismo lo dijiste.”
Andrés, sin querer hacerse cargo, dijo: “Esta idea tan mala fue tuya.”
Salvador, presintiendo lo peor, tomó su celular y revisó su Instagram. Al ver ese mensaje tan dramático, sorprendentemente, no se enojó.
Al parecer, las cosas estaban saliendo según lo deseado.
Salvador, de manera inesperada, aprobó la acción de Andrés: “¿Aurora vino?”
Victor y Andrés se miraron confundidos. Sus miradas finalmente se posaron en Daniela, quien dormía profundamente. “Señor, ¿quién es ella?”
“La señorita Hidalgo.”
Víctor casi se cayó de la sorpresa.
“Señor, realmente tiene un encanto especial, anoche vinieron muchas chicas. Había algunas inocentes y lindas, otras frías y sexys, y también las sencillas… pero ella, dijo ser su prometida, así que pensamos que era su amor verdadero.”
Salvador, serio, preguntó: “Entonces, ¿Aurora no vino?”
Andrés, con su extraordinaria memoria, recordaba el nombre de cada mujer que se había presentado la noche anterior. A la única que no le preguntó fue a una campesina con los zapatos llenos de lodo, pero estaba seguro de que ella no era del gusto del señor.
“No, no vino.” Dijo Andrés negando con la cabeza.
Al escuchar eso, Salvador se sintió completamente decepcionado.
Víctor, intentando salvar la situación, dijo: “Señor, quizás la señorita Aurora sí vino, pero con tantas personas, no pudimos identificarla claramente.”
Andrés insistió: “No vino.”
Víctor comenzó a exasperarse por la franqueza de Andrés.
“Estás equivocado, ella sí vino.” Dijo guiñándole el ojo.
Salvador regañando a Víctor, dijo: “¿Qué te pasa en los ojos?”
“¿Crees que con esas pequeñas trampas me vas a engañar?”
Víctor, al borde de las lágrimas, dijo: “Señor, solo pensamos que, su enfermedad es un asunto del corazón y que quizás… la señorita Aurora podría curar esa herida… por eso…”
Salvador admitió: “Tienen razón. Ella realmente podría curarme. ¿Pero acaso vino?”
Víctor suspiró.
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Capitulo 453
“¿No pensaron que si ella no venía me sentiría aún peor?”
Victor volvió a suspirar.
Salvador despertó a Daniela, quien abrió sus ojos somnolientos.
“Daniela, mejor vete a casa.”
“Salva, estás muy enfermo. Debo quedarme contigo.” Dijo levantándose.
Salvador le explicó: “Tengo un virus contagioso muy grave. Es peligroso que te quedes cerca mío…”
Al oír eso, Daniela se retiró voluntariamente. “Está bien. Volveré a verte cuando te mejores.”
Salvador asintió.
Una vez que Daniela se fue, Victor comentó indignado: “Esa chica parece agradable, pero no está dispuesta a compartir las adversidades, definitivamente no es la pareja adecuada.”
Salvador sonrió levemente, pareciendo estar de acuerdo con sus palabras.
Esa noche, hubo muchas idas y vueltas.
En la villa Nolan, esa noche, no solo Salvador estuvo agitado. Su padre y su hermanastro también lo estuvieron.
Guzmán regañó a Federico durante toda la noche. “Eres un complete inútil en todo lo que haces, excepto en causar problemas.
Otros te tienden una trampa y tú saltas directamente dentro. Ahora bien, por los próximos cinco años, tendrás que tratar a Salvador como a un dios, esperando que te lance un chip y te dé algo de comer. Si él se molesta, cortará el suministro y tendrás que pagar una enorme indemnización.”
Guzmán, profundamente frustrado, dijo: “Me deshice de esa espinilla con mucho esfuerzo, pero tú lo has traído de vuelta. Me has matado de la ira.”