Capítulo 107
Al oír que Verónica había sufrido arritmias y casi murió de un shock debido a haber sido encerrada, las pupilas de Adolfo claramente temblaron. Sin embargo, por instinto trató de defender a Zulma, “Abuela, no tiene nada que ver con Zulma.”
“¡Adolfo!”
La abuela Ferrer casi no logró recuperar el aliento de la ira que le provocó Adolfo. “Apoyen a la señora mayor a descansar.” Adolfo señaló a los sirvientes que sostenían a la abuela Ferrer. “Abuela, tampoco querrás que Verónica se preocupe por ti al despertar.” Con esas palabras, tocó el punto débil de la abuela Ferrer.
“¡Hmpf Emitió un fuerte resoplido por la nariz, lanzándole una mirada fulminante a Adolfo
antes de salir del dormitorio.
En el dormitorio, Adolfo se quitó la camisa blanca sin darle mucha importancia. Dejando al descubierto las cicatrices entrecruzadas de látigos en su espalda, estas heridas eran mucho mas graves que las que la señora mayor había ordenado castigar anteriormente. Las antiquas heridas de látigo aún no habían sanado cuando recibió más de una decena de golpes mas. Las heridas nuevas sobre las viejas resultaban terroríficas a la vista.
Damián rápidamente trató las heridas de Adolfo. Durante todo el proceso, la expresión de Adolfo no cambió ni un ápice. Sentado en un sillón, su mirada se posó sobre Verónica. Una vez tratadas las heridas, Damián se dispuso a cambiar el vendaje en el dedo de Verónica,
“Sal” Adolfo le pidió a Damián que dejara la pomada especial y le hizo señas para que se fuera “SI” Una vez que Damián se fue, Adolfo se acerco y se sentó junto a la cama. Tomando la
mano herida de Verónica, comenzó a desenrollar cuidadosamente las vendas alrededor de su
dedo, exponiendo la punta de su dedo gravemente lastimada. Aunque la herida había sido
tratada en el hospital, aun era evidente lo que había sufrido
La garganta de Adolfo se movió incomodamente Sentia como si algo le pinchase el pecho,
una incomodidad inexplicable. Mirando la herida en el dedo de Veronica, se quedo inmovil por
un momento
“Ahora te das cuenta de que le duele? La abuela Ferrer apareció detrás de Adolfo en algun momento, observandolo Parecia que este chuco todavia tenia algo de conciencia.
Adolfo, con los labios apretados, no respondió, ocultando rapidamente cualquier ansbo de
emoción en su rostro Evidentemente, no admitia sentir dolor por ella
La abuela Ferrer no dejo pasar la oportunidad de ver la reacción de Adolfo ante las hendas de
Veronica Sacó su telefono del bolsillo, mostro a Adulto las fotos que habia hecho tomar
especificamente en el sotano de Mansion Belleza por sus guardaespaldas y las puso frente a sus ojos. “Mira por ti mismo lo que realmente le hiciste a Vero
La puerta se abrió, y los ratones que habla dentro ya habian desaparecido. Sin embargo, las
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marcas de sangre dejadas en la puerta golpeaban directamente a la vista. Las pupilas de Adolfo se contrajeron violentamente. Ese malestar que había suprimido volvió a surgir, sintiendo una opresión en el pecho. No era de extrañar que ella estuviera tan enfadada, hasta el punto de golpearlo con fuerza.
“Cuida bien a Vero. Viendo que Adolfo aun podia ser rescatado, la abuela Ferrer dejó esas palabras antes de finalmente sentirse tranquila para regresar al jardín a descansar.
La puerta del dormitorio se cerro nuevamente. Adolfo tomó la pomada que estaba a un lado y comenzó a aplicarla en la herida del dedo de Verónica. Sus movimientos eran muy suaves. Pero por suaves que fueran, el dolor era inevitable. Verónica, aún inconsciente, frunció el ceño por el dolor, y el sudor frio comenzó a humedecer las raíces de su cabello.
Adolfo se detuvo un momento al aplicar la pomada. Su mirada se posó en el rostro de Verónica. Una imagen pasó por su mente de manera inesperada. Antes de que Zulma y su hija Yessie se fueran del país, una vez que regresó a Hogar de la Harmonía, vio a Pilar sosteniendo la mano de Verónica, soplando suavemente sobre el dedo herido de su madre. La voz de la pequeña era suave y melosa, diciendo: “Mamá, si Pilar sopla, ¿ya no dolerá?”
En ese momento, Verónica acarició la cabeza de Pilar y respondió sonriendo, “Si, si Pilar sopla,
a mamá no le dolerá en absoluto.”
Adolfo hizo un gesto que ni él mismo esperaba; sostuvo la mano de Verónica y sopló suavemente sobre su dedo herido. Mientras soplaba, le aplicaba el medicamento a ella. No se sabía si era realmente efectivo, pero el ceño fruncido de Verónica se relajó notablemente. Al ver esto, Adolfo se concentró en aplicarle el medicamento a Verónica. No se dio cuenta de que Verónica estaba despertando lentamente.
El suave movimiento de aplicar el medicamento en su dedo la hizo sentir confundida por un momento. En la antigua casa de la familia Ferrer, la única persona que podría cuidarla.con tanta ternura era su abuela Ferrer, quien siempre la mimó y la adoro. Verónica abrió los ojos y, con voz suave, comenzó a decir: “Abue…”
Las palabras que no termino se quedaron atascadas en su garganta. No esperaba que no fuera su abuela Ferrer, sino Adolfo. Al ver a Adolfo soplando suavemente sobre la herida de su dedo, la expresión en el rostro de Verónica claramente se congeló. Desde que Zuima apareció, Adolfo nunca había sido tan tierno con ella, sus ojos solo tenian lugar para Zulma,
El desconcierto y la confusión de Verónica fueron solo momentáneos, rápidamente recuperó su compostura. Sin aferrarse a ese breve momento de ternura de Adolfo, Veronica retira rápidamente su mano
Debido a la descuidada reacción, su dedo golpeó contra el borde de la cama, y el dolor agudo le hizo emitir un gemido ahogado
La expresión de Adolfo cambio ligeramente, extendiendo su mano por instinto para sostener la de ella. Pero Verónica la evitó nuevamente. Podía soportar ese dolor.
Verónica sabía claramente que la ternura de Adolfo era una bala recubierta de azúcar Al desgarrarla, se revelaba el veneno oculto. Viendo como el semblante de Adolfo se oscurecia,